27-03-2019 El presidente parece no encontrar un límite en su lógica de polarización. En la conferencia mañanera del martes, en un sola respuesta, insultó a los periodistas que considera fifís y los emparentó con los que festejaron la caída de Madero; aseguró que sus antecesores no tenían legitimidad moral para contestar a los medios pero que él sí la tiene y que las seguirá contestando (sin embargo, no responde a la crítica, sólo descalifica a quien la ejerce), y en un giro extraño terminó enlazando todo esto con la muy controvertida carta enviada al gobierno español y al Vaticano demandando disculpas por lo sucedido durante la conquista.
Incluso el presidente dijo que él no había divulgado la carta y responsabilizó del tema al gobierno español, a pesar de que fue evidente de que el propio mandatario acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Muller, divulgó el contenido de la misma en un video filmado en Tabasco.
Todo esto sencillamente no tiene sentido. El Presidente inicia un endurecimiento diplomático con un país con el que tenemos inmejorables relaciones diplomáticas, culturales, sociales, incluso familiares en el caso del propio mandatario; un país, España que estuvo presente con autoridades de todos los niveles en su toma de posesión; cuyo presidente de gobierno, Pedro Sánchez, fue el primero en visitarlo en México, el que le trajo de regalo la copia del acta de nacimiento de su abuelo en Cantabria. Y todo por exigir disculpas por hechos ocurridos hace 500 años, en un contexto absolutamente distinto al actual.
Es el mismo presidente que recibe a Jared Kushner, el yerno del presidente Trump, en un domicilio particular donde se negocian delicados temas de Estado, y al que no se le hacen reclamos por la actitud histórica de Estados Unidos hacia México, sino tampoco sobre las agresiones actuales contra nuestros paisanos, ni sobre la intención de construir un muro en la frontera (por cierto, ayer, el gobierno estadounidense destinó mil millones de dólares para iniciar esa construcción, y la posición oficial de México es que no hará ninguna reclamación al respecto). No hablemos de reclamarle disculpas por, apenas hace 150 años, haberse quedado con la mitad del territorio nacional.
Nos enojamos con España por lo ocurrido hace 500 años con la conquista pero no tenemos ni una palabra para criticar al gobierno de Venezuela por sus actuales violaciones graves a los derechos humanos y políticos, del gobierno ilegítimo de ese país. Esgrimimos en ese caso neutralidad pero le estamos ayudando comprándole combustibles, como lo demostró la llegada de un barco tanque de bandera venezolana al puerto de Veracruz.
Y como en el caso de Venezuela, con la carta hemos quedado al mismo nivel que Nicolás Maduro y Evo Morales, los otros dos mandatarios que hacen reclamos similares.
Hace unos días veía un video del extraordinario grupo cómico musical Les Luthiers, llamado la comisión. En el sketch le piden a un músico que cambie el himno nacional para adecuarlo a los nuevos tiempos derivados de la llegada al poder de su partido. Quieren, entre otras cosas, encontrar un nuevo enemigo en el himno, escrito en la época independentista, porque con España acaban de firmar un nuevo tratado comercial. Tampoco el enemigo puede ser Estados Unidos o Rusia, ni ningún país limítrofe, pero necesitan, insisten los funcionarios encargados de reescribir el himno, de un enemigo. Y deciden que sea Noruega. ¿Y qué conflicto tenemos con Noruega, les pregunta el músico? Ninguno, precisamente por eso es el ideal para ser el enemigo que necesitamos en el nuevo himno nacional, le responden. Ahora nuestro nuevo enemigo, nuestra Noruega, parece ser España en la pretensión, declarada, de reescribir la historia desde una perspectiva polarizada, de blancos y negros.
La verdad todo podría ser un capítulo, una fábula más, escrita por artistas que tan bien explotan el ridículo cómo Les Luthiers, pero resulta que es la política exterior de un país tan grande, tan importante, como el nuestro.
Morena, ahora BC
Mientras la situación de Morena en Puebla se sigue deteriorando por la demanda que presentó el senador Alejandro Armenta ante el TEPJF, la situación se ha repetido en Baja California, donde Jaime Martínez Veloz y sus seguidores, dejaron MORENA porque, acusan, se le cerraron los caminos para competir por la gubernatura de BC o la alcaldía de Tijuana. Martínez Veloz, se fue al PRD donde será candidato a gobernador. Mientras tanto a nadie le queda claro lo que sucederá en Puebla.