28-01-2020 Agustín González Chavarín, es un hombre de aspecto cansado y con un rostro triste. Moreno y corpulento, le cuesta disimular la diabetes que le aqueja y que en muchas ocasiones le impide trabajar a pleno en la responsabilidad que tiene encomendada: ser el principal operador del Cártel Jalisco Nueva Genración en la costa norte del estado, en la estratégica zona de Puerto Vallarta y Nuevo Vallarta. Apodado Don Guty, El 14 y el Señor de las Tacomas, González Chavarrín tiene también la encomienda del abastecimiento de víveres y apoyos de todo tipo para su amigo y jefe Rubén Oseguera Cervantes, el Mencho, líder del CJNG, también enfermo y refugiado en la sierra jalisciense junto con su principal círculo de seguridad para evitar ser detectado por las autoridades. Don Guty, es uno de los seis principales operadores del CJNG y recibe órdenes directas del Mencho.
Toda la zona costera de Jalisco, y sobre todo Vallarta, es estratégica para el CJNG. Ahí llega buena parte de la droga que comercializa esa organización criminal proveniente de Centro y Sudamérica, al tiempo que se estrechan cada vez más los lazos con países asiáticos. Allí llega también la droga que se produce en la sierra, sobre todo opiacios y drogas sintéticas y desde esa zona se distribuyen hacia los Estados Unidos, además de la importancia que, como zona turística, tiene toda esa región para el propio narcoconsumo, con sus secuelas de extorsión y otros delitos.
La propia importancia de la zona ha ocasionado innumerables disputas con otras organizaciones criminales, como el cártel de Sinaloa, pero también entre grupos internos del CJNG. Los hechos de violencia que se viene sucediendo en la zona se explican por esas disputas que se han agravado por la aparición en escena de otro actor muy importante: Carlos Andrés Rivera Varela, apodado La Firma y designado por el Mencho, jefe de plaza de Puerto Vallarta.
El responsable de toda la costa norte del estado y el jefe de plaza chocan por una cuestión generacional y de cultura delincuencial. La Firma es más joven, no tiene problemas de salud, ni compromisos previos y es colombiano, llegó a Vallarta con su propio equipo y tiene fuertes relaciones en su país y en Centroamérica. Su estrategia es imponerse a sangre y fuego y así lo está haciendo en toda la región, desconociendo el mando de González Chavarín y estableciendo sus propias rutas de comercialización de drogas y zonas de extorsión. Muchos de los recientes asesinatos en poblados como el Tuito y Tomatlán se deben a la operación de Rivera Varela, para desplazar a su supuesto jefe.
Desde finales del año pasado, la posición de González Chavarín se vio desafiada por una doble pinza, que los órganos de inteligencia consideran que podrían ser brazos de una misma amenaza: células de organizaciones antagónicas que ofrecen dinero a los pobladores de la sierra y la costa a cambio de información sobre El 14 y su gente, para aniquilar sus bases de operación. En realidad, todo indica que esas células son manejadas por Rivera Varela y su grupo de operadores y sicarios provenientes de Colombia. Lo cierto es que se han sucedido los enfrentamientos y los de González Chavarín se han llevado, con mucho, la peor parte.
La disputa es transparente: Rivera Varela, traído por el propio CJNG, ha llegado de fuera, tiene su propia gente y sus contactos, no respeta los acuerdos internos de esa organización y se quiere quedar con el control de toda la costa norte de Jalisco y la sierra adyacente, que es la región que controla González Chavarín, uno de los operadores históricos del Mencho.
Esta es una más de las muchas disputas internas del CJNG, sin un esquema de sucesión claro para el Menchoquien observa estos movimientos sin poder intervenir directamente en un proceso donde, además de operadores históricos del cártel, están participando nuevos actores.
Uno de ellos es El Sapo o El Rey Sapo, un operador con un perfil violento, a quienes algunas autoridades atribuyen la expansión del CJNG a distintos estados mediante el sometimiento de las estructuras criminales locales. Este personaje es originario de Apatzingán, tiene 34 años, se llama Gonzalo Mendoza Gaytán y es el brazo derecho y persona de confianza del Mencho. Era el jefe de plaza en Puerto Vallarta habría traído a Rivera Varela, siguiendo una línea que en el pasado marcaron los Zetas, integrando a sus filas a colombianos y guatemaltecos, que cuentan con preparación bélico-militar, lo que se pone de manifiesto en el grado de violencia utilizada contra organizaciones antagónicas y contra las fuerzas federales
Y todos piensan que pueden reemplazar al Mencho ya sea que lo doblegue la enfermedad, la persecución de las autoridades o sus crecientes enemigos internos y externos.