14-08-2020 En medio del caso Lozoya, de las órdenes de aprehensión por las investigaciones en torno a la Policía Federal, de los amparos negados a Billy Alvarez y otros dirigentes de la cooperativa Cruz Azul, el proceso iniciado contra uno de los grupos sindicales más corruptos que operan en el país, debe ser valorado, quizás, como un acto anticorrupción de mayor trascendencia que otros mucho más publicitados.
El líder de la llamada Confederación Libertad de Trabajadores de México, Hugo Bello, fue detenido, junto con seis de sus más cercanos colaboradores, acusado de extorsión, secuestro express y una larga serie de delitos. Esta Confederación sindical, más conocida como sindicato Libertad, opera en muchos sectores productivos, pero sobre todo en el ámbito de la construcción, la minería y el transporte. Tiene unos dos millones de afiliados y su líder, Hugo Bello presume ser cercano al presidente López Obrador. En realidad no lo es, se trata simplemente de acercarse a quien detenta el poder para demostrar una relación política inexistente.
La CLTM se ha caracterizado por utilizar a sus afiliados, pero sobre todo a sus grupos de choque, para extorsionar, inmovilizar obras pidiendo recursos para los líderes, se apropian de contratos de transporte y alquilan esos grupos de choque al mejor postor. Han tomado en innumerables ocasiones carreteras y caminos, exigiendo siempre alguna concesión, directa o indirecta, para liberarlas. En Oaxaca, sobre todo, han cometido todo tipo de tropelías. En la Ciudad de México se han caracterizado por la invasión de tierras y propiedades.
Se apropiaron de contratos de transporte en el anterior aeropuerto de Texcoco y ahora, en la construcción del aeropuerto de Santa Lucía se han convertido en el mayor dolor de cabeza para la operación cotidiana, con bloqueos, exigencias de contratos fuera de toda norma de mercado, intentando apropiarse de terrenos y evitando por la fuerza que otros grupos puedan participar en esa y muchas otras obras. En el camino participan de otras actividades ilegales desde el secuestro hasta la intimidación.
En realidad todo es un gran mecanismo de extorsión, que genera enormes recursos para sus líderes. Bello fue detenido acusado de haber secuestrado a tres personas, tres empresarios, en Huixquilucan en el Estado de México, para extorsionarlos. La Unidad de Inteligencia Financiera le congeló a Bello y sus familiares cuentas por mil 250 millones de pesos producto de sus actividades criminales, montos alcanzados por depósitos, sobre todo en efectivo. También de esas cuentas retiró Bello unos 844 millones de pesos, y compró 10 inmuebles por valor de 44 millones y ocho vehículos por los que pagó también en efectivo, 15 millones de pesos.
La capacidad de operación y expoliación que tienen estos grupos sólo se puede definir como formas del crimen organizado, y sus grupos de choque y la movilización de sus afiliados son el arma que utilizan para lograr sus objetivos. Los costos económicos que generan estos grupos en la iniciativa privada y los gobiernos, desde los municipales hasta el federal, son altísimos, pero es mucha mayor la distorsión que generan en términos de gobernabilidad y estabilidad. Y todo para el beneficio individual de sus dirigentes.
Esta Confederación Libertad dista de ser la única organización de estas características y con este modo de operar. En esta ocasión creo que ha sido decisivo, a la hora de tomar medidas en su contra, sus intentos de extorsión en la construcción del aeropuerto de Santa Lucía (¿a quién se le ocurre extorsionar a las fuerzas armadas? A nadie, pero de ese nivel es el sentimiento de impunidad que acompaña este y otros grupos similares), pero más allá de eso, el desarticular estos grupos, conocer sus manejos financieros y literalmente liberar a los empresario y afiliados a los que explotan es una tarea prioritario y siempre relegada. Es hora de asumirla de lleno. Y la captura de Bello es un buen primer paso.
Golpes en Acapulco
Poco a poco los índices de violencia y de inseguridad está disminuyendo en Acapulco y otras zonas de Guerrero. Los delitos desde principio de año han caído un 22 por ciento y ello se debe a los operativos que se han realizado en torno al puerto, que está lejos de haber recuperado la seguridad pero avanza. Los detenciones fueron claves en los últimos días: fueron cayeron dos sujetos apodados El capuchino y el Negro Pipa, líderes del Cártel Independiente de Acapulco que son los mayores generadores de violencia en el puerto. Insistimos, aunque no se lo reconozca públicamente algo está cambiando en el ámbito de la seguridad.
PD: nos tomaremos unos días de descanso. Estas Razones regresarán con nuestros lectores el lunes 24 de agosto. Gracias.