Símbolos, Caro Quintero, Tabasco y Maradona

26-11-2020 Si alguien tenía dudas de que la relación de México con la DEA se sigue rigiendo por el caso Camarena, la realidad lo vuelve a confirmar: esta semana la agencia antidrogas de los Estados Unidos, puso en la cima de su lista de los más buscados a Rafael Caro Quintero, principal responsable de la tortura y muerte del agente de la DEA, Enrique Camarena, secuestrado en 1985 en Guadalajara.


Caro Quintero fue liberado inexplicablemente a inicios del sexenio pasado, por una decisión judicial que alegó que tendría que haber sido juzgado en el ámbito local y no federal. “Se violó su debido proceso”. Cuando se le informó a la PGR, Caro ya había sido liberado y desapareció. Alguna vez dio una entrevista diciendo que se había retirado pero lo cierto es que actúa, opera y ha recuperado parte del poder que alguna vez tuvo, ayudado, por cierto, por el hecho de que nunca se pudo, o no se quiso, recuperar buena parte de la fortuna que había amasado en los años 80.


Es un personaje mediático, es un narcotraficante con un peso y una capacidad de operación real, pero lo cierto es que está lejos de tener el poder que tienen hoy Nemesio Oseguera, El Mencho, o Ismael El Mayo Zambada, incluso el poder del que disponen los Chapitos, los hijos del Chapo Guzmán, o incluso de uno de sus hermanos.
Pero la recompensa que puso la DEA por Caro Quintero, es de 20 millones de dólares, el doble que la de El Mencho, que es de 10 millones y muy superior a la de El Mayo y los Chapitos, que quedó en apenas 5 millones de dólares.


No tiene que ver con las capacidades actuales de Caro Quintero, es el símbolo y la cuenta pendiente. El caso Camarena sigue vivo 35 años después y Caro Quintero es el único actor de primer nivel que sigue vivo y en libertad. Las acusaciones de la DEA siempre fueron mucho más allá de los entonces jefes del cártel de Guadalajara, pero nunca se pudieron probar, pero sus coletazos se siguen escenificando una y otra vez.


Pero tiene relación también con un episodio del que se ha hablado mucho, que hemos investigado y publicado pero que nunca ha terminado de tener reconocimiento oficial: la relación del cártel de Guadalajara y áreas de la desparecida DFS, con la CIA en la trama del Irán Contras, la que habría sido descubierta por Camarena y que podría haber detonado, junto con el decomiso del rancho El Búfalo, propiedad de Caro Quintero, el asesinato del agente de la DEA. Y probablemente también el del periodista Manuel Buendía, que tenía información de esa trama, y había comenzado a esbozarla en sus columnas.


Caro Quintero es el símbolo y el eslabón perdido que siempre quiso tener en sus manos la DEA no sólo para hacer justicia por la atroz muerte de Camarena y de su piloto, Alfredo Zavala, sino también para terminar de ajustar aquella cuenta.


Pero todo eso no permite explicar porqué Caro está considerado un narcotraficante el doble de peligroso que El Mencho y cuatro veces más que El Mayo o los Chapitos. Muestra que el orden de prioridades no se rige por la exigencia del momento, ni siquiera por la importancia de los capos, sino por la trascendencia política de cada uno de estos personajes. Caído el Chapo, Caro Quintero es hoy el principal objeto de deseo. Es importante, es un símbolo, es un criminal terriblemente violento, pero no es el principal narcotraficante en México.


Tabasco


Estuve ayer en Tabasco, recorriendo las zonas afectadas por las inundaciones que tienen asolado a buena parte del estado desde hace dos meses. La situación, para muchos, sigue siendo inclemente. Los esfuerzos que se están haciendo, luego de errores institucionales iniciales, algunos de ellos muy graves, sobre todo el ámbito del manejo de las presas del Río Grijalva, sigue siendo notable, por autoridades locales y federales, pero sobre todo por el ejército mexicano con la aplicación del plan DN-3.
El esfuerzo de los miles de mujeres y hombres del ejército se pone de manifiesto en muchos ámbitos, pero se simboliza mejor que nada con esa carrera contra el tiempo, el agua y el agotamiento, que implica construir durante días una barrera de sacos de arena en una colonia de Macuspana, que llegó a quedar hasta tres metros bajo el agua. Y ayer las aguas volvieron a subir otros 37 centímetros. Para muchos la tragedia no tiene fin. El símbolo de esos hombres y mujeres tampoco.
Maradona
Qué más se puede decir de Maradona, fallecido ayer a los 60 años, cargando sobre sus hombros el cuerpo de un hombre de más de 80, destruido por fama y excesos que no pueden hacer olvidar su puñado de años maravillosos en las canchas.
En 1986, Maradona tocó el cielo con el gol del siglo (y el de la mano de Dios) contra Inglaterra y con el mundial ganado a Alemania. La genialidad era intuitiva, fruto de los orígenes más pobres y marginales concebibles. Eso fue lo que lo convirtió en un símbolo, en una leyenda, como siempre ampliada por la imagen del ídolo caído, por la autodestrucción sistemática, los abusos y la tristeza de saber que desde aquel mundial de 1994, donde fue suspendido por uso de efedrina (él, que para esa fecha ya se había esnifado toda la cocaína del mundo) ya todo era cuenta atrás. Verlo jugar en 1986 será inolvidable.

 

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