13.07.2022
Ya veremos en los próximos días cuál es el verdadero saldo de la visita a Washington del presidente López Obrador. Por principio, cualquier encuentro de estas características tendría que ser provechoso, sobre todo para que, desde Palacio Nacional, si es que se permite, se deja y se quiere, se vea el mundo desde otras perspectivas. Los montajes folclóricos que siempre se adicionan a estas visitas, como los espontáneos mariachis y manifestantes (los he visto en todas las visitas presidenciales desde Salinas hasta hoy),distorsionan las cosas, pero cualquier encuentro que se décon franqueza entre un mandatario mexicano y uno estadounidense, tendría que dejar saldos positivos.
Ya veremos. Por lo pronto en los dos capítulos principales, migración y energía, nos quedamos con buenos propósitos generales, aunque no dudo que en los encuentros privados se tienen que haber abordado los temas mucho más a fondo. En migración, hay muchísimo por hacer en la agenda bilateral, pero lo cierto es que el tiempo para el presidente Biden en ese capítulo es cada día más exigente, y sin algún movimiento dramático, que no se percibe hoy, los costos en los comicios de noviembre pueden ser alto.
En energía todo sería posible, pero por supuesto no es ni remotamente suficiente, la propuesta que llevó el Presidente: refinar más gasolina en la frontera sur de Estados Unidos o usar gasoductos del lado mexicano para transportar gas de este a oeste de la Unión Americana no son las propuestas que la situación exige y que México tendría que poner sobre la mesa: el tema pasa por las inversiones, la infraestructura, la construcción de un mercado común energético con Estados Unidos y Canadá, como está planteado en el TMEC, por abrir a las inversiones privadas el sector, apostar claramente por las energías limpias, olvidarse de propuestas restrictivas dignas de los años 60.
Estamos desaprovechando una oportunidad económica histórica para la integración de América del Norte. Ante la necesidad de reconfigurar a nivel global las cadenas de producción y abastecimiento, la oportunidad que se le abre a México y que no estamos aprovechando, es equivalente a la que la caída del muro de Berlín abrió para construir el Tratado de Libre Comercio. Y hoy, insisto, estamos dejando ir esa oportunidad por orejeras ideológicas obtusas.
Luchas internas
Porque esa falta de definiciones, ese dejar librado el futuro al azar, salvo en los temas ideológicos de interés presidencial, comienza pasar factura en otros ámbitos, incluso el interno en Morena.
La crisis abierta en el PRI con Alejandro Moreno sólo podrá atenuarse con su salida de la dirigencia del partido(eso no quita que la campaña, incluyendo la amenaza de difundir fotos de legisladoras priistas desnudas, hecho por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, sea no sólo indigna sino también claramente ilegal). Pero ese es el primer problema, luego se debe buscar una dirigencia de consenso (alguien como José Narro Robles), que tienda puentes internos y externos; que se defina qué hacer con las alianzas, en 2023 y en 2024; presentar una propuesta viable como partido y como aliado potencial de otras fuerzas.
Pero si todo se puede para afuera también se lo permitirá adentro. Los golpes internos están a la orden del día en Morena. La sucesión adelantada no sólo ha impuestoprecampañas tácitas, sino que también trajo, inevitablemente, un aumento del golpeteo en torno a los cuatro aspirantes presidenciales. Y con ello la guerra interna.
Las señales ahí están: la semana pasada el jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Pablo Gómez,apareció en la mañanera anunciado investigaciones a Peña Nieto, Calderón, Fox y Zedillo, investigaciones que luego el presidente López Obrador dijo que no procederían por lo menos en el caso de Peña Nieto (las otras en realidad han prescrito o no tienen base), sino que también golpeó a su antecesor, Santiago Nieto, que le contestó en redes. El conflicto se abrió.
Un par de días después, nada menos que el líder de Morena en la cámara de diputados, Ignacio Mier, presentó una denuncia penal en la Fiscalía General de la República contra el propio Santiago, contra el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa y contra su primo, el senador Alejandro Armenta Mier. Todos son de Morena, aunque unos simpatizan con Claudia y otros, como Santiago, con Ebrard, y Armenta con Monreal, quien, por su lado, este fin de semana, aclaró que “no busca premios de consolación” y quesi se sigue con el método de encuesta para elegir candidato,él no participará porque no se presentará a una farsa.
Nuevo León
Aldo Fasci, un secretario de seguridad controvertido en Nuevo León, pero con experiencia, continuidad y relativamente buenos resultados, podría tener que dejar esa responsabilidad por razones de salud. Se ha abierto una consulta implícita en ese estado para analizar posibles reemplazantes. Deberían mirar lo hecho en la ciudad de México por Omar García Harfuch, una experiencia que conocen bien en Nuevo León. Tienen en la lista algunos nombres que encajarían en ese perfil. Destacaría uno, con una historia de alguna forma paralela a la de Omar, el ex secretario de seguridad en Coahuila, José Luis Pliego, ahora en el CNI. Un civil con formación policial y buena relación con militares, que ya ha trabajado en uno de los estados vecinos, no es una mala idea para Nuevo León.