26.10.2022
En todos los gobiernos hay diferencias, en todos hay grupos, personajes, propuestas enfrentadas. Quien piense que hay algún gobierno homogéneo se equivoca, ni siquiera en las más férreas dictaduras de partido. Quien lo dude que vea lo mal que le fue al ex presidente de China, Hu Jintao, retirado abruptamente del lugar que ocupaba junto a quien se ha consolidado con el poder absoluto en ese país, el presidente Xi Jinping, en cuanto se ceró el congreso del PCCh.
Lo que distingue las democracias de las dictaduras, sean de derecha o de izquierda, es que en las dictaduras esasdiferencias se pueden resolver en forma más o menos civilizada (que mejor ejemplo que la caída de Liz Struss y la llegada de Rishi Sunak en el Reino Unido) mientras que en las dictaduras o regímenes autoritarios populistas terminan en purgas que llevan a la cárcel, el exilio o el paredón.
Por eso llaman tanto la atención las fuertes diferencias que se exhiben en la administración López Obrador, en una forma mucho más descarnada que en los años anteriores. El Presidente quiere ejecutar una sucesión al estilo priista antigua, con tapados y todo, para poder engañar con la verdad y decidir por quién ya había decidido. El problema es que le adicionó un componente, la sucesión adelantada, que está perjudicando todo el proceso, incluso de la toma de decisiones de gobierno. Y como el régimen sigue siendo democrático pero exhibe cada vez más rasgos autoritarios, en un equipo de gobierno que casi se ha quedado sin moderados, también ese proceso parece servir como una suerte de purga dentro del movimiento. El problema es que al final nadie terminará de tener el control total de ese proceso, ni siquiera el presidente López Obrador.
No sé qué audios contra Ricardo Monreal sacó noche en Los Martes del Jaguar, contra Monreal, la gobernadora Layda Sansores, pero es vergonzoso que una funcionaria pública esté utilizando esos instrumentos, ilegales por definición, como lo son las grabaciones telefónicas, para realizar chantajes políticos. Por lo pronto ya sabemos que, como Monreal tampoco está manco, mañana le dará una dosis de su propia medicina en Los Miércoles del León.
Lo increíble es que nadie lo detenga este golpeteo, como si la intención fuera la contraria: buscan, dirían los viejos marxistas, muchos de ellos hoy en el gobierno, “agudizar las contradicciones”, pensando que así tendrán un “salto en calidad”. Lo que nunca aprendieron porque muy pocos leyeron los clásicos, es que ese salto en calidad no significa necesariamente que el resultado termine siendo benéfico para su causa. Todos los gobiernos que han apostado a “agudizar las contradicciones” han terminado en regímenes por lo menos opresivos y autoritarios: ahí están Cuba, Nicaragua, Venezuela, hoy es la carta de Vladimir Putin e incluso la de Xi Jinping y de muchos otros.
Porque de otra forma, quien tendría que haber entrado a calmar aguas, a buscar acuerdos, a hacer lo que ninguna otra instancia del gobierno hace hoy, debería ser el secretario de Gobernación. Pero Adán Augusto López decidió de un día para otro, en un acto casi de trasvestismo político, pasar de ser el funcionario conciliador con el que se podía negociar y llegar a acuerdos a convertirse en una máquina de declaraciones cada vez más duras contra sus opositores, algunas de ellas francamente desproporcionadas, pocas como esa de que “los mexicanos del sur son más inteligentes que los del norte” o que la fuerza civil de Nuevo León (una buena institución policial, “sólo sirve para cuidar los Oxxo”).
Puesto ya en papel de precandidato (aunque yo creo que su objetivo real está en el partido, pero ese es otro tema) su función como secretario de Gobernación se diluye. ¿Se imagina usted a algún gobernador o legislador de oposición yendo a negociar hoy a Gobernación?. La idea es “agudizar las contradicciones”. Por eso también la idea es romper amarras con Monreal, obligarlo a definirse.
Todo esto afecta en otros ámbitos. Raquel Buenrostro no dejó ni sacar sus pertenencias al equipo de Tatiana Clouthier, al que desplazó por completo de economía. La gobernadora de Baja California inicia procesos contra funcionarios el gobierno de Jaime Bonilla, sólo protegido, él mismo, por el fuero, y eso incluye al que era el actual jefe de oficina de Alfonso Durazo en Sonora. Los primeros en denunciar relaciones con el narco del funcionario de Puerto Vallarta asesinado en Guadalajara, relacionado con altos niveles del oficialismo, Salvador Llamas, fueron morenistas.
Los observadores más acuciosos ven en las declaraciones de Adán sobre el tema militar, sobre todo aquello de un candidato militar a la presidencia, una forma de volver a meter al ejército en un tema en el que la institución armada definitivamente no quiere estar. Súmele Ayotzinapa y la declaración del nuevo fiscal especial, Rosendo Gómez, cercanísimo al secretario, de que podría abrir proceso contra más militares; la decisión de hacer comparecer sin poder hacer uso de la palabra a los titulares de Defensa y Marina en el senado para convertirlos en blanco de todas las oposiciones y las propias diferencias entre las dos armas, y tenemos el caldo de cultivo perfecto para “agudizar las contradicciones”, pero sobre todo las internas.