El fin de semana tuve la oportunidad de entrevistar a Santiago Creel y a Jorge Castañeda y percibí, en ambos, en el secretario de Gobernación y el Canciller, la voluntad de avanzar mucho más decididamente en la agenda política de la administración Fox, ambos con sus propias lógicas, con sus propios objetivos y, también, voluntaria o involuntariamente, perfilándose cada vez más como los dos principales alfiles del foxismo de cara al 2006.