El gobierno federal ha decidido darle un bajo perfil a la masacre de Agua Fría. El presidente Fox tardó cinco días en condenar públicamente el hecho, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos no ha intervenido. Semarnat y la Reforma Agraria se enredaron en una serie de mutuas acusaciones. La PGR no atraerá la investivación.