Si sus asesores comprendieron lo que pasó en la gira europea de la última semana, el presidente Fox debe haber asumido ya que el famoso bono democrático que le proporcionó su triunfo electoral en el 2000 ya se lo gastó, ya no existe y su propia legitimidad no es asumida por nuestros principales socios comerciales más que como un hecho normal que no diferencia a su gobierno de muchos otros en el mundo. Lo que esos socios esperan (¿recuerda usted eso de que en la diplomacia no hay amigos sino intereses?) son resultados y la única forma de que la administración Fox recupere cartel internacional es con resultados internos que puedan ser de interés en el contexto internacional. En otras palabras, el presidente Fox se debe concentrar en lo interno, en los resultados y en un agenda concreta si no quiere pasar desapercibido como ocurrió en esta gira europea.