Debo reconocer mi admiración por la buena, inteligente, liberal prensa estadounidense y particularmente por esa larga cauda de periodistas investigadores que hacen bien su trabajo y por esos representantes del nuevo periodismo. Por eso es lamentable lo que está ocurriendo con la mayoría de los medios estadounidense en la cobertura de la guerra de Irak. El prestigiado New York Times el mismo día que comenzaron los bombardeos en Bagdad: en su editorial institucional sostuvo ye ya había pasado la hora de la diferencias con el gobierno, ahora se trataba de sumar fuerzas en torno al gobierno y a los soldados.