Dos de las principales cartas políticas del PRD, Andrés Manuel López Obrador y Lázaro Cárdenas Batel están gobernando bien el Distrito Federal y el estado de Michoacán. Los dos, no deberían subestimar el mayor de sus desafíos: la seguridad pública, sobre todo en su vertiente del crimen organizado. Lo que está ocurriendo en la capital del país en Tepito y sus alrededores no es nuevo; allí están las extensas zonas de Iztapalapa controladas por distintas bandas de narcotraficantes. Lo mismo está ocurriendo en Michoacán, en donde es evidente el crecimiento exponencial del cártel de los Valencia que han convertido al estado en una de las principales puertas de entrada de drogas a México.