Al presidente le gusta hacer campaña
Columna JFM

Al presidente le gusta hacer campaña

En la encuesta realizada por María de la Heras en Milenio Diario, coincide con un estudio realizado en enero pasado en Milenio Semanal. El resultado es obvio: no habrá cambios dramáticos en la próxima cámara de diputados. María estima que el PRI obtendrá unos 207 diputados, el PAN aproximadamente 181, el PRD 96 legisladores, el Partido Verde, aliado con el PRI 97 y el PT obtendría 5. Con esa base, la lógica política tendría que haber sido, desde el gobierno, de coalición y acuerdos.

La encuesta que hoy publica María de las Heras en Milenio Diario, coincide con un estudio que ya había publicado en enero pasado en Milenio Semanal y que había ampliado en marzo, después de las elecciones del estado de México. El resultado es obvio: no habrá cambios dramáticos en la próxima cámara de diputados. María estima que el PRI obtendrá unos 207 diputados, el PAN aproximadamente 181 (ambos tendrían un porcentaje de votos similares pero el del PRI está mejor distribuido y le permite ganar muchos más distritos), el PRD tendrán unos 96 legisladores, el Partido Verde, aliado con el PRI en 97 de los 300 distritos y con un compromiso de actuar coaligados en la próxima legislatura, unos once diputados y si obtiene su registro, el PT obtendría 5, los demás partidos, dice María difícilmente obtendrán su registro. Ese es el verdadero escenario que cualquier estudio serio, como el de María, podría dejar de manifiesto.

Con esa base, la lógica política tendría que haber sido, desde el gobierno, de conciliación y acuerdos, alejando todo lo posible la estrategia de ir hacia una elección plebiscitaria, donde se vote a favor o en contra del presidente Fox. Se hizo todo lo contrario.

Por algunas extraña e incomprensible razón, el propio presidente y su partido optaron por la estrategia contraria a la lógica política: buscar el plebiscito, el voto a favor del presidente e incluso una suerte de confrontación con las oposiciones a través de distintas campañas publicitarias (una, para colmo, plagiada a unos jóvenes del Politécnico) que no parece tener destino político alguno porque está empíricamente comprobado que no están influyendo en las intenciones de voto de la ciudadanía. Ayer fue un día paradigmático al respecto: temprano en la mañana, el secretario de gobernación, Santiago Creel convocó a una conferencia de prensa, para tratar de adelantarse a la reunión del Consejo General del IFE que estaba convocada para las once de la mañana. Allí Creel anunció que el gobierno daría tiempos oficiales al IFE para promocionar el voto pero que no retiraría su propia campaña que gira, al igual que la del PAN, en torno a la figura del presidente Fox.

Obviamente, esa declaración no frenó la reunión del IFE, en donde el PAN y el propio gobierno recibieron una tunda política tan formidable como innecesaria si las cosas se hubieran pensado con más prudencia. Ayer el Consejo General del IFE decidió reiterar una demanda al Ejecutivo para que retire su campaña de promoción del voto en un plazo de 36 horas y, si no se acepta esa demanda, el propio IFE presentará una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia para que sea ella la que decida la legalidad de la acción del Ejecutivo, y todo indica que, pese a que Creel dijo en la mañana que si era necesario se irían a los tribunales, el caso será ganado por el IFE, sentando un precedente que impida este tipo de campañas en el futuro.

Como hemos insistido, todo esto no tiene lógica alguna y menos aún porque la tozudez del gobierno demuestra que no se trata de la decisión personal de algún funcionario sino de una estrategia diseñada desde el propio poder. Y esa decisión sólo puede provenir del propio presidente Fox en forma directa, un presidente al que le gusta estar en campaña y la confrontación con sus adversarios. La diferencia es que no estamos en el 88, durante su primera campaña para diputado, ni en el 91 cuando compitió con enorme éxito por la gubernatura de Guanajuato ni en el 95 cuando ganó su estado, ni mucho menos en la histórica campaña del 2000: hoy Vicente Fox es presidente de la república, vive en Los Pinos, encabeza un gobierno que no tiene mayoría propia en el congreso, que definitivamente no la tendrá (ni en la cámara de diputados ni en la de senadores, que continuará sin cambios hasta el 2006) y la lógica de campaña tendría ser reemplazada por la de los acuerdos, la concertación y el principio de gobernabilidad. No ha sido así y el gobierno vive una situación en la cual la gestión de gobierno se le hace cada día más compleja.

El gobierno federal debe decidir en qué sentido quiere caminar y con quiénes. Ahora, con sus actuales decisiones parece estar decidido a hacerlo solo. La causa, quizás, es la que mostró ayer Hernández en su magnífico cartón: el presidente decidió lanzarse a la campaña porque es lo que más le gusta y lo que mejor sabe hacer, haya o no necesidad de ello.

Mal día para Cárdenas

El consejero electoral Jaime Cárdenas Gracia parece estar decidido a cerrar su periodo al frente del IFE con espectacularidad, como para ser recordado y, de esa forma, de la misma manera en que jugó un papel importante en la investigación del pemexgate se ha transformado en el principal impulsor de la investigación sobre Amigos de Fox, llegando incluso a ser criticado por sus otros compañeros del consejo general por divulgar los avances de esa investigación antes de que ésta haya concluido o cuando sólo existen indicios de determinados delitos.

Pero, sin duda, aceptado o criticado, Cárdenas Gracia se ha convertido en un personaje de la política nacional. Pero los personajes también tienen días malos: el 20 de junio pasado, Jaime recibió una cédula de notificación enviada por la Unidad Especializada contra el Lavado de Dinero, con base en una solicitud presentada por él mismo, sobre el caso Amigos de Fox y la denuncia presentada por ese delito en contra de esa organización. Jaime se apresuró a decir que la PGR ya había cerrado el caso de lavado de dinero en contra de Lino Korrodi y sus asociados en esa organización y los había exonerado. Y, paradójicamente, tanto en el PAN como en el gobierno se festejó esa decisión, sin duda la acusación penal más importante contra Amigos. Pero el hecho es que la propia cédula de notificación no dice exactamente eso: dice que es una consulta de no ejercicio de acción penal, por lo cual el propio Cárdenas "tiene quince días hábiles para oponerse a la consultad de referencia y presentar los argumentos que a su derecho convengan". O esa que esa causa no está cerrada. Tampoco es esa la única causa abierta por lavado de dinero contra Amigos de Fox, quedarían otras y están pendientes las investigaciones en la Fepade y en el propio IFE. El hecho es que todavía el caso no está cerrado y por lo tanto, todavía Lino, Carlota y los otros miembros de esa organización no han sido exonerados.

Pero no fue la única mala noticia para Jaime en esos días, el martes se le notificó que había sido rechazado el amparo que interpuso contra el nuevo reglamento de información y transparencia del IFE. En otras palabras, Cárdenas no podrá divulgar información sobre casos bajo investigación del IFE hasta que éstos estén concluidos.

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