Malo, muy malo para la causa del presidente Fox y del PAN el cierre de campaña que tuvo este fin de semana, luego del desaseo con que se decidió poner fin a la campaña de anuncios de promoción del voto, luego del ultimátum del IFE. Pero más lo es el yerro garrafal que se cometió el viernes cuando la titular de la Unidad Especializada en el Combate al Lavado de Dinero, María de la Luz Núñez Camacho reconoció que del total de los recursos destinados a Amigos de Fox que están bajo investigación, provenían del extranjero.
Malo, muy malo para la causa del presidente Fox y del PAN el cierre de campaña que tuvo este fin de semana. Por una parte, luego del desaseo con que se decidió poner fin a la campaña de anuncios de promoción del voto (luego del ultimátum del IFE, de las protestas de los diez partidos de la oposición, luego de que se le había ordenado al secretario de Gobernación, Santiago Creel de que reiterara de que no se retiraría la campaña, lo que fue desmentido por el propio Fox en un mensaje ofrecido apenas unas horas después de que Creel hiciera su declaración) el sábado, en el también muy cuestionado (por su costo exorbitante: 900 mil pesos por cada emisión) programa radial Fox Contigo, el presidente, acompañado para la ocasión por el secretario Creel, volvió a revivir la campaña que apenas 48 horas antes había decidido suspender. Es, la verdad, una estrategia incomprensible.
Pero más lo es el yerro garrafal que se cometió el viernes cuando la titular de la Unidad Especializada en el Combate al Lavado de Dinero (UECLD), María de la Luz Núñez Camacho reconoció que del total de los recursos destinados a Amigos de Fox que están bajo investigación, entre un 15 y un 20 por ciento efectivamente provenían del extranjero. La funcionaria de la PGR especificó que consideraba que esos recursos tenían un origen lícito, pero lo cierto es que si ya sabe la PGR que esos recursos provinieron del extranjero y entraron a Amigos de Fox y por lo tanto a la campaña presidencial, no tiene razón alguna la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales en no haber actuado ya contra la organización y contra el PAN y menos razón existe aún para que no se hubiera entregado toda esa información al IFE que la viene reclamando desde hace meses. Porque, evidentemente está penado por la ley, considerado un delito grave, el financiamiento de campañas electorales desde el extranjero.
Apenas el viernes en la reunión del comisión de fiscalización del Instituto Federal Electoral tuvieron que suspender, una vez más, las investigaciones porque, nuevamente, los bancos no entregaron la información completa que el propio IFE les había solicitado sobre los movimientos bancarios de Amigos de Fox. Pero lo dicho por la fiscal Núñez Camacho confirmaría que esa información ya está disponible sólo que los bancos no quieren entregarla al IFE, porque de otra forma la UECLD no podría llegar a esa conclusión.
En la noche del mismo viernes, la PGR emitió un comunicado en la que especificó que la única conclusión que se podía sacar de la declaraciones de Núñez es que los recursos utilizados en la campaña de Vicente Fox fueron de procedencia lícita y que no le corresponde a la UECLD determinar si existen o no delitos electorales, sino a la Fepade que encabeza María de los Angeles Fromow, que reiteradamente ha dicho que no ha concluido las investigaciones iniciadas hace ya tres años y no ha entregado copia de las averiguaciones previas al IFE argumentando precisamente que aún no están concluidas (pese a que hace ya varias semanas la fiscal Fromow declaró en CNI noticias de la mañana que si el IFE le solicitaba esa información la entregaría, pero cuando el consejero Jaime Cárdenas la volvió a solicitar le fue nuevamente negada). El comunicado de la PGR, por cierto, no desmiente lo dichopor Núñez Camacho en el sentido de que entre el 15 y el 20 por ciento de los recursos de Amigos de Fox provenían del extranjero.
El hecho es sencillo: la unidad contra el lavado de dinero debe tener ya toda la información sobre el dinero que ingreso a Amigos de Fox, de dónde proviene y en qué se utilizó para haber llegado ya a la conclusión de que no hubo lavado de dinero en Amigos de Fox, aunque todavía quedaría pendiente el debate respecto a si la operaciones para ocultar el origen, el tránsito y el destino final de esos recursos, aunque éste sea originalmente lícito, no configuran un delito de lavado de dinero, por lo menos ese es el criterio que utilizó la propia autoridad judicial en otro polémico caso, aunque de distinto color político, el pemexgate, a pesar de que la propia Contraloría de la Federación reconoció que el convenio mediante el cual Petróleos Mexicanos entregó casi 500 millones de pesos al sindicato petrolero era lícito. Ahora se aplica un criterio diferente.
Pero fuera de ello, aceptemos que, como dice la fiscal Núñez Camacho no hay lavado de dinero en Amigos de Fox y que, obviamente, se tiene ya toda la información, todos los datos, todos los cheques y ello ha sido estudiado a fondo como para llegar a esa conclusión. ¿Entonces porqué la Fepade no puede concluir con su investigación, porqué esa misma información no le fue entregada al IFE para concluyera la suya, porqué se está postergando una y otra vez esa resolución para que, como sea, se dé a conocer oficialmente hasta después de las elecciones y no influya en el resultado electoral?
Se asegura que el viernes el presidente Fox estaba realmente molesto con las declaraciones de la fiscal Núñez Camacho y que personalmente pidió explicaciones al propio procurador Rafael Macedo de la Concha y al secretario Santiago Creel. Tendría razón en estar molesto porque se develó, aunque fuera involuntariamente, uno de los secretos que se pretendían guardar por lo menos hasta el 7 de julio: que las autoridades ya tienen toda la información de Amigos de Fox, todo sobre los aportes de dentro y de fuera del país y que no han concluido sus investigaciones, no han informado de sus resultados ni han informado al IFE de ello por un simple cálculo electoral. Eso es lo grave: la utilización de las instituciones con fines electorales, un patrón que se repite si analizamos desde esta misma óptica lo sucedido con todo el debate sobre la campaña publicitaria de la presidencia de la república o, apenas el sábado, la utilización del programa oficial del presidente Fox para dar una vuelta de tuerca a la misma campaña que apenas el jueves se había anunciado que se sacaría del aire.
Ahora los momentos difíciles vienen para el consejo general del IFE (que de por sí está pasando por una situación especialmente compleja) que debe exigir esa información y volver a confrontarse con el gobierno y el PAN apenas a una semana de las elecciones (y si no lo hace deberá confrontarse con todos los partidos de la oposición) y tratar de apresurar su resolución, aunque es evidente que no podrá ya darla a conocer antes de las elecciones. Deja pésimamente mal parados a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y a los bancos, porque se supone que éstos no pueden aún terminar de recopilar toda la información sobre Amigos de Fox que les solicitó el IFE y por eso no se la entregaron, pero resulta que sí pudieron hacerlo para la UECLD (¿o la fiscal Núñez Camacho hubiera llegado a esa conclusión de que el origen del dinero de Amigos el lícito y que sólo el 20 por ciento proviene del exterior, sin contar con toda la información?). Deja en una situación también muy difícil a la fiscal Fromow porque resulta inconcebible que teniendo ya la PGR toda la información como para llegar a esas conclusiones, la Fepade no pueda, pese al paso de los meses y años, llegar a sus propias conclusiones sobre la investigación y presentarlas al ministerio público cuando tan rápida y eficiente ha sido en otros casos, como, una vez más, el pemexgate. Deja en una situación difícil a la propia PGR porque estamos hablando de distintas instancias que dependen directamente de sus más altos niveles.
Pero sobre todo, sigue dejando un terrible sabor de boca, una sensación de que el gobierno federal nos ha estado tratando de engañar a todos en esta historia, con tal de proteger algunos de sus intereses. No es en nada diferente a lo que sucedió durante décadas, pero se suponía que las cosas habían cambiado. Nos deben, como sociedad, por lo menos una explicación.