Quizá la cercanía de Marte, pero los sones de guerra no se apegan en los partidos, todo indica que será difícil llegar a pactos en la próxima legislatura para acuerdos de fondo. Lo políticamente correcto es decir que sí, que se apostará por las reformas, apenas se comienza analizar la situación que priva en los partidos y en los grupos parlamentarios. Lo que puede ejemplificar lo que sucederá en el primer periodo ordinario podría ser la malograda negociación que se tuvo para convocar a un periodo extraordinario de sesiones, para tratar, entre otros temas, la reforma al informe presidencial y la reforma eléctrica.
Quizás es la cercanía de Marte (nunca el planeta rojo ha estado tan próximo a la Tierra en los últimos 60 mil años) pero los sones de guerra no se apagan en los partidos y pese a las promesas en contrario, todo indica que será difícil llegar a pactos en la próxima legislatura para acuerdos de fondo, de los llamados estructurales.
Lo políticamente correcto es decir que sí, que se apostará por las reformas, pero apenas se comienza a analizar la situación que priva en los partidos y en sus grupos parlamentarios, se llega a la conclusión de que esos acuerdos son más difíciles de lo que muchos creen y que la sobreoferta que se hace de ciertas reformas, como ocurrió en la legislatura que está por terminar, genera tantas expectativas que, finalmente, las hace parte de un juego político tan complejo que frustra expectativas e iniciativas.
Lo que puede ejemplificar lo que sucederá en el primer periodo ordinario podría encontrarse en la malograda negociación que se tuvo para convocar a un periodo extraordinario de sesiones durante este mes de agosto, para tratar, entre otros temas, la reforma al informa presidencial y la reforma eléctrica. El presidente nacional del PRI, Roberto Madrazo, cuando se entrevistó con el presidente Fox a fines de julio, se comprometió a apoyar la propuesta del periodo extraordinario, con el respaldo del PRI y el PAN. Una y otra vez se reunieron funcionarios federales y los dirigentes priistas: una veces el problema era que no habría quórum, otras que no habría acuerdo en la comisión permanente, en unas más que el tiempo estaba en contra de la convocatoria, pero el hecho es que nunca se pudo avanzar en un periodo extraordinario que, incluso, en alguna ocasión fue anunciado como inminente y ya acordado. El punto es que lo que se había acordado de palabra, nunca se pudo concretar en los hechos, porque ningún dirigente partidario está queriendo pagar costos por su accionar: todos hablan de acuerdos y pocos están decididos a trabajar por ellos.
El gobierno contribuye con una agenda ahora mucho más ordenada que en el pasado, pero que todavía adolece de ciertos errores. Cuando el propio presidente Fox insiste tanto en las reformas llamadas estructurales, cuando coloca en el primer lugar del debate entre la clase política y empresarial el tema de la reforma hecendaria y fiscal o la reforma energética, cuando por esa misma lógica del debate todo se va concentrando sólo en capítulos específicos como el sí o el no al IVA en medicinas y alimentos, el debate está naciendo contrahecho, con graves malformaciones y no habrá un producto que pueda sobrevivir.
La agenda debería ser más corta, más circunstancial, más gradual, apostando a las medidas que le permitan a los grupos parlamentarios avanzar sin enfrentamientos graves, mientras el gobierno apuesta a sus propias políticas públicas sin demostrar que depende de esas reformas para poder avanzar, porque de esa forma en lugar de voluntad de diálogo muestra debilidad y genera la tentación en las oposiciones de mantenerlo bajo coacción.
De todas formas en esta ocasión la agenda parece estar mucho más controlada y centralizada, pero mucho terminará dependiendo de lo que diga el presidente Fox en su informe del próximo lunes, y no sólo en lo que diga sino en cómo lo diga, cómo se lo presente al congreso. Por supuesto que esas son cuestiones de forma, pero debemos recordar que en estas luchas de poder que se están escenificando entre los distintos actores políticos, la forma es muy importante, porque lo que se está jugando son expectativas de cara al futuro.
Todo indica que, en esta ocasión, la estrategia gubernamental estará basada en buscar, primero, la reforma energética y luego una serie de reformas menores que consoliden el presupuesto sin apostar a sacar de inmediato la reforma fiscal porque se sabe que las diferencias son importantes. Esas diferencias también están presentes en la energética pero no parecen tan marcadas: la mayor divergencia la aporta el senador Manuel Bartlett y hay muchos priistas en distintos niveles legislativo que dicen estar convencidos de que la del ex gobernador de Puebla sería una posición minoritaria en la propia bancada del PRI: si es así, si realmente y como se dice, Bartlett está tan aislado en el tema de la reforma energética, ésta sería viable. Pero nadie puede afirmar hasta qué punto posiciones como la de Bartlett pueden terminar cuajando por razones completamente ajenas a ellas mismas: simplemente como una reacción a otras cuestiones. De todas formas la pregunta, un poco obvia, es si es lo mejor comenzar la legislatura obligando a los distintos bandos de cada partido a alinearse en torno a una u otra posición, un alineamiento que podría ser muy difícil romper en el futuro.
Sin embargo es mejor, en este panorama, entrar con la reforma energética que con la fiscal o hacendaria: las diferencias son menores y los acuerdos posibles porque el alineamiento no está tan marcado. En el tema fiscal existe un amplio acuerdo sobre la necesidad de recaudar más y de contar con mayores recursos, pero nadie parece estar convencido respecto a cómo hacerlo. Es verdad que la decisión de qué hacer con la tasa del IVA, y su aplicación o no a alimentos y medicinas, como se ha dicho, podría ser la culminación de un debate, no su inicio. Pero también es verdad que si no se analizan esos temas habrá mucho de qué hablar pero poco para acordar en torno a la reforma fiscal: en última instancia, en los sistemas fiscales no se puede descubrir nada nuevo. Los mecanismos recaudatorios ahí están: se los debe analizar y ver cuáles serán los más eficientes. No hay mucho más.
¿Se podrá, entonces, avanzar en algo en este primer periodo ordinario?. Podría ser, pero debe haber mucha "imaginación" en la forma de presentar la agenda y sus temas, el gobierno debe explotar mucho más los intereses de los partidos y el buen diálogo que pudiera establecerse con el congreso para avanzar con pactos muy específicos y sin sobredimensionar la importancia de algunos acuerdos antes de que se obtengan, porque ello genera mayores costos en la negociación y es mucho más difícil asumirlos. Las reformas específicamente políticas, relacionadas con el congreso, la reelección de los presidentes municipales o de los diputados pueden ir despejando el camino hacia acuerdos de otro tipo.
La industria del secuestro
A veces parece increíble pero, al mismo tiempo que se han gastado millares de cuartillas para hablar del guarura de Lucerito, prácticamente ha pasado desapercibida una noticia que, en el ámbito de la seguridad, es de las más importantes que se han generado en las últimas semanas: el desmembramiento, con varios operativos simultáneos realizados en Hidalgo, Morelos y Veracruz, de cuatro de las más importantes bandas de secuestradores, con la detención de 25 de sus miembros. Es la primera operación de este tipo que realizan tres procuradurías estatales en coordinación con la nueva subprocuraduría contra la delincuencia organizada. Se trata de bandas que trabajaban simultáneamente en esos estados aunque muchos de sus operaciones se realizaban en el estado de México, recurriendo cada vez más a secuestros de personas de un nivel medio o medio alto, con índices crecientes de violencia contra sus víctimas.
La pista de las grabaciones
Quienes realizaron la edición del libelo contra Elba Esther Gordillo dejaron una pista importante. Las grabaciones, como se ha dicho, son reales, son de llamadas que existieron. Sin embargo, muchas han sido editadas para colocar o quitar personajes en las pláticas, me imagino que de acuerdo con la conveniencia del autor. Por allí y por otros rastros que han quedado, podrían avanzar las investigaciones.