Hoy es el día D en el Congreso para la reforma hacendaría, se votará en el pleno el dictamen aprobado el lunes por la comisión de Hacienda e impulsado por el panista Gustavo Madero, al que se le hicieron modificaciones importantes. Al mismo tiempo, y contrarreloj, el PRD y el PRI, elaboraron una propuesta fiscal propia que intentarán presentar hoy mismo al pleno. El martes en la mañana, se reunieron en Los Pinos, Roberto Madrazo, Elba Esther Gordillo y Emilio Chuayffet con el presidente Fox y allí llegaron a un compromiso: el de que se dejaría pasar la reforma fiscal.
Hoy es el día D en el Congreso para la reforma hacendaria. Hoy se votará en el pleno el dictamen aprobado el lunes por la comisión de Hacienda e impulsado por el panista Gustavo Madero, al que se le hicieron modificaciones importantes en la noche del martes, quedando fuera del proyecto algunos de sus puntos más controvertidos como el impuesto a los aguinaldos, las horas extras o las pensiones y algunas cargas que se habían impuesto al sector rural. Al mismo tiempo, contrarreloj, el PRD y un sector del PRI, elaboraban una propuesta fiscal propia que intentarán presentar hoy mismo al pleno, aunque el presidente de la comisión de Hacienda, el panista Madero, adelantó que sería difícil, por los tiempos, que la comisión le pudiera dar trámite. De la nueva propuesta perredista-madracista lo que resulta más interesante es la aplicación de una cuota fija por concepto del IVA e ISR al comercio ambulante, algo que por alguna razón no se incluyó en la propuesta aprobada en la comisión de Hacienda por los panistas-elbistas. En los demás temas, fuera de buenas intenciones, sigue pareciendo una propuesta realizada demasiado sobre las rodillas.
El punto en todo caso es político. Porque debemos recordar que el martes en la mañana, se reunieron en Los Pinos, Roberto Madrazo, Elba Esther Gordillo y Emilio Chuayffet con el presidente Fox y allí llegaron a un compromiso: el de que se dejaría pasar la reforma fiscal y, al mismo tiempo, Elba Esther dejaría la coordinación de la fracción en manos de Chuayffet, incluso se acordó que se buscarían mecanismos de consenso para encontrar una salida que legitime a Chuayffet con el resto de los legisladores (incluso asumiendo como dicen los voceros del ex gobernador del estado de México, que Emilio tendría hoy el apoyo de unos 140 diputados, no se puede ocultar que entonces serían por los menos 80 los que siguen respaldando a Elba Esther). Ayer, como dijimos, el regreso del presidente Fox de Mérida se adelantó porque saliendo de esa reunión, algunos de los diputados más cercanos a Madrazo, como Carlos Jiménez Macías, habían comenzado a cabildear una propuesta fiscal alternativa con el PRD. Y el acuerdo no era ese sino que el sector madracistas no votaría la reforma impulsada por el PAN y los elbistas pero que ésta pasaría. En otras palabras, el acuerdo que se alcanzó el martes en la mañana, aparentemente se estaría violando el martes en la tarde.
Probablemente por eso, al mediodía de ayer se reunieron nuevamente Chuayffet y Gordillo. Para ver, para analizar, cómo iban a procesar ese acuerdo, en sus dos vertientes, cómo se traspasaría el poder en la cámara a Chuayffet y cómo transcurriría la sesión de hoy, donde todo indica que las fuerzas estarán prácticamente empatadas a la hora de votar la nueva ley fiscal.
El priismo, y sobre todo el sector de Madrazo y Chuayffet, se encuentran en una coyuntura que, bravatas de algunos diputados aparte, no es sencilla. Madrazo asumió primero ante el propio Vicente Fox y luego en una reunión ante los principales dirigentes empresariales de todo el país, el compromiso de sacar adelante una reforma fiscal de fondo. El martes otra vez ante Fox, ese compromiso se reiteró y fue refrendado por Emilio Chuayffet. Pero al mismo tiempo pareciera que se camina en otra dirección. Algunos dirán que esa ha sido una norma en el comportamiento pasado de Madrazo, pero lo sensato es pensar que alguien con las expectativas de poder que tiene el presidente nacional del tricolor no puede, a esos niveles y ante ese tipo de compromisos, simplemente desconocerlos sin pagar un alto costo político.
Eso fue lo que le recordó ayer la iniciativa privada al priismo, en un insólito desplegado de prensa. Insólito porque los empresarios en ese texto, primero reconocen al PRI como "motor y actor" de muchos de los "cambios fundamentales" vividos por el país en los últimos años, reconocen al PRI como "factor de estabilidad, responsabilidad y visión comprometida" con el futuro de México. Y sin medias palabras le preguntan "qué país quieren gobernar" si ganan la presidencia en el 2006, uno "postrado, sin competitividad y con dificultades permanentes" o "un país pujante y con visión de largo plazo". Le recuerdan a Madrazo que se "ha comprometido a favor de una reforma fiscal integral. Se ha comprometido, agregan, con la representación del sector privado nacional y con el país entero". Las organizaciones empresariales luego reconocen las iniciativas aprobadas en la comisión de Hacienda y las califican como positivas. Y literalmente le piden al PRI que las respalde y cumpla con su compromiso "independiente de las discusiones al interior de dicho partido". Le dicen al PRI que la suya es una responsabilidad histórica para evitar que el país regrese a "políticas populistas, a tiempos que (el país) quisiera olvidar". Y concluyen advirtiéndole que el sector privado "estará atento" al voto de los legisladores en los próximos días.
Más claro, proviniendo de una posición conjunta de todo el sector empresarial no podría estar. Hoy, el voto no implicará para el priismo sólo el romper un compromiso con Fox o con algún actor político importante, sino también con buena parte de la iniciativa privada nacional. Y el año que viene hay diez elecciones para gobernador, y en el 2005 hay 14 elecciones más, y luego viene el 2006 y el priismo verá mermadas sus arcas en mil millones de pesos por la multa del IFE y querrá, obviamente, apoyo para sus candidatos, fuera de la capacidad de operación que tiene la iniciativa privada en una enorme cantidad de ámbitos de la vida política y social del país. En otras palabras: los priistas, y en particular los partidarios de Roberto Madrazo, pueden hoy decidir no sacar la reforma hacendaria, pero saben, también, cuál es el costo que, por lo menos en esa vertiente pagarán.
¿Lo saben? Porque si aparentemente el martes el presidente Fox estaba desconcertado por el giro que habían tomado los acontecimientos como para regresar antes de la hora prevista de la cumbre de Mérida, los dirigentes de la IP lo estaban más cuando vieron que los legisladores del PRI aliados a Madrazo estaban acordando de última hora una reforma hacendaria con el PRD que va a contramano del compromiso adquirido por Madrazo con ellos. Más desconcertados deben haber quedado cuando escucharon al subcoordinador del PRD en la cámara baja, René Arce, decir que esa iniciativa podría ser el inicio de una amplia alianza nacional para el 2006 encabezada por el perredismo: ¿alguien puede imaginarse una alianza López Obrador-Madrazo para sacar al PAN de Los Pinos en el 2006?
La gente de Madrazo debería comprender (y algunos de ellos lo entienden perfectamente bien, otros están en apuestas demasiado personales como para entender algo, lo que sea) que es mucho lo que tienen en juego en la votación de hoy, y que va mucho más allá de la aprobación o no de una iniciativa o de la ruptura o no de su propio grupo parlamentario. Tienen en sus manos, de acuerdo a como resuelvan el problema en el que se han metido solos, por su lucha interna, su propio futuro hacia el 2006 y su relación con importantes grupos de poder. La lógica que ha aplicado en todo este proceso Madrazo ha sido apostar a ganar el voto duro de su partido aunque pierda el de otros sectores sociales. No sé si esa lógica puede seguir siendo sustentable. La paradoja de todo esto es que si el madracismo hoy no actúa con mucha inteligencia en la cámara de diputados se verá en el peor de los mundos posibles: si pasa la propuesta acordada por el PAN con los elbistas, se lo percibirá como una derrota interna. Si se aprueba la iniciativa que presentarán con el PRD, habrá un claro ganador, el PRD y con él Andrés Manuel López Obrador.
Hablando de López
¿Qué tan honesto, austero y cuidadoso de los recursos públicos es un gobierno que le paga a unos empresarios una obra vial cotizada en 900 millones de pesos con terrenos valuados, en su estimación más baja de precios, en mil 800 millones de pesos ubicados en la zona de mayor plusvalía de la ciudad de México?. Como dirían los amigos de la competencia, es pregunta.