A fines del año pasado, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari invitó a su casa a un ex colaborador suyo, ahora destacado madracista. Al despedirse, Salinas le preguntó ¿cómo era Madrazo?. Pregunta pertinente: ¿cómo es Madrazo? ¿cómo sobrevive a tantas tempestades políticas? ¿cómo, con tantos enemigos, crece en sus espacios reales de poder? ¿cuánta gente, conociéndolo, sabe realmente cómo es? Quizás una de las mejores maneras de contestar como es Madrazo es diciendo que es un hombre con instintos políticos desarrollados, es camaleónico y apuesta a todas. Tal vez para el 2006, en el seno del PRI existan mejores candidatos que Madrazo, pero si no termina imperando una lógica diferente, será difícil derrotarlo, ya que es difícil derrotar a alguien que no se siente atado a nada ni a nadie.
El ex presidente Carlos Salinas de Gortari invitó a su casa, en plena crisis del congreso, a fines del año pasado, a un ex colaborador suyo, ahora destacado madracista. Hablaron de la situación política, y el ex presidente le pidió a su antiguo colaborador que tratara de apoyar las reformas que impulsaba el grupo de Elba Esther Gordillo, éste le dijo que no, que no la apoyaría. La plática no pasó de allí y de rememorar algunas historias del pasado. Cuando se despedían, Salinas le preguntó a su interlocutor ¿cómo era Madrazo?. Este le dijo que él ya lo conocía, que lo había tratado cuando era presidente. Salinas le dijo que sí, pero que en realidad nunca lo conoció, que la relación se había dado porque Madrazo había sido recomendado por Colosio. La pregunta quedó flotando ahí, en el jardín de la casa en camino de Santa Teresa, del ex presidente.
Y es una pregunta pertinente: ¿cómo es Madrazo?¿cómo puede sobrevivir a tantas tempestades políticas?¿cómo, a pesar de contar con tantos enemigos logra incluso crecer en sus espacios reales de poder?¿cuánta gente, conociendo a Madrazo, realmente sabe cómo es?. No es una simple duda filosófica: cuando todos daban por muerto a Madrazo, no sólo logró sobrevivir al experimento tabasqueño, sino también a la frustrada campaña para candidato priista en el 99 y desde que es presidente del PRI, a todos los enfrentamientos que se han suscitado en torno suyo. En ese camino son innumerables los aliados (coyunturales o de toda la vida) que se han quedado al margen o se han transformado en sus enemigos. A muchos, porque les ha fallado, porque no les ha cumplido compromisos, muchos otros porque lo subestimaron, algunos porque no supieron jugar sus cartas y leer las del tabasqueño.
Lo que sucede es que es un hombre con instintos políticos muy desarrollado y, como lo describe uno de sus amigos, el que mejor responde en situaciones bajo presión. Pero también porque sabe dividir a sus adversarios para jugar sus propias cartas. Un ejemplo es lo sucedido en el último Consejo Político Nacional del PRI. El ambiente estaba preparado para una situación verdaderamente crítica para el presidente del partido: se acumulaban los agravios que habían quedado pendientes después de las listas de candidatos, el compromiso no asumido con las reformas, la ruptura con Elba Esther, los movimientos internos en el propio partido, el surgimiento de otros precandidatos con posibilidades de disputarle la candidatura en el 2006. Todo en un contexto en el cual la enorme mayoría de los gobernadores priistas se oponen a su gestión y su hipotética candidatura.
Cuando día antes de la reunión del consejo político, los gobernadores priistas se reunieron primero en Hermosillo, convocados por Eduardo Bours, y días después en Metepec, en la casa del gobernador Arturo Montiel, parecía que Madrazo sería finalmente frenado. No fue así, terminó saliendo fortalecido. La respuesta está en lo que le plantearon los gobernadores: en lugar de analizar lo sucedido en los meses pasados, de buscar responsabilidades, de establecer verdaderos equilibrios internos de poder, de unificar criterios para fortalecer desde el inicio alguna precandidatura que se oponga a la del ex gobernador de Tabasco, los mandatarios priistas llegaron con una demanda que los unía a casi todos: que no se quitara a Elba Esther Gordillo de la secretaría general del partido.
Por supuesto que Madrazo lo aceptó encantado: Gordillo ha quedado desplazada tanto de la coordinación de la bancada en la cámara como de la dirección real del partido: Madrazo ha impuesto sus condiciones en los dos ámbitos. Por el contrario, la insistencia de los sectores más duros, como los diputados muratistas de Oaxaca, para expulsar del PRI a Elba Esther, hubiera sido de un alto costo político y de enorme beneficio para el propio grupo de la maestra. Entonces Madrazo "concedió" la petición a los gobernadores a cambio de que no lo molestaran en la presidencia del partido hasta el 2005. Simultáneamente aceptó no involucrarse abiertamente en los procesos de selección interna de candidatos en las plazas gobernadas por priistas, algo que difícilmente hubiera podido hacer y más aún con éxito.
Ese acuerdo le permitió sortear el consejo político sin problemas, le permitió quedar fuera de los focos sucesorios durante algunos meses (lo que inevitablemente lo hubiera desgastado) y le ha permitido operar colocando candidatos suyos en espacios que no están controlados por gobernadores priistas. Sólo así se puede explicar, por ejemplo, que Jorge Hank Rhon se haya convertido en candidato priista en Tijuana, sin que ninguno de los sectores del priismo supuestamente reformista lo impugnara públicamente y que, al mismo tiempo, Madrazo pudiera estar en el Polyforum, esta semana, con los amigos de Colosio dejando abierta la posibilidad de involucrar a Carlos Salinas (un hombre que lo hizo gobernador precisamente en aquellos días del asesinato de Luis Donaldo y que posteriormente lo apoyó, a él y a Elba Esther, para llegar a la presidencia del partido). No sé, nadie podrá saberlo, si Colosio era muy amigo de Madrazo: tenían sí, una relación política, trabajaron juntos pero no parecía ser del primer círculo del sonorense. Así y todo, Salinas lo asumió como un hombre de Colosio. Pero de lo que no cabe duda es que éste no quería saber nada con Carlos Hank González y menos con su hijo Jorge Hank, una distancia que compartían tanto Salinas como el propio Colosio. Ese equilibrio para poder impulsar como candidato a Hank Rhon y aparecer simultáneamente como un implícito acusador de Salinas en el homenaje a Colosio, es quizás una de las mejores maneras de contestar la pregunta sobre cómo es Madrazo: es camaleónico y apuesta a todas, aunque sean contradictorias entre sí y con su propia historia. Y aunque se base sólo en eso le alcanzó para ganarle a muchos de sus adversarios, internos y externos.
En este contexto, no cabe duda que podría haber para el 2006 candidatos mucho mejores que Madrazo en el seno del PRI, pero si no termina imperando una lógica diferente entre los propios priistas, será muy difícil que lo puedan derrotar, sobre todo porque es difícil derrotar a alguien que no se siente atado a nadie ni a nada.
El PAN contra Marta
La fracción parlamentaria del PAN terminó apoyando una propuesta presentada por Manuel Camacho Solís para que se auditen los gastos de la presidencia de la república con el fin de esclarecer si Vamos México o Marta Sahagún de Fox utiliza recursos públicos para su promoción. El senador panista Juan José Rodríguez Prats apenas si puso reparos a la propuesta de la oposición. Es una decisión que será muy costosa para el gobierno, porque será muy complejo para cualquier auditor identificar con claridad qué recursos y apoyos se utilizan bajo el rubro de la primera dama, cuándo ésta se transforma en la presidenta de Vamos México o en la precandidata presidencial. Y además, existe un vacío legal que impide ahondar con certidumbre en este tema. Pero autorizada la auditoria, esa misma indefinición, esos mismos vacíos, permitirán que los datos que de allí surjan puedan ser demoledores no sólo para Marta Sahagún, sino también para la administración de su esposo. Y serán utilizados, recuérdelo usted, por muchos panistas.
Y hablando de auditar, parece que el Congreso finalmente logró un punto de acuerdo que permitirá develar un secreto de estado: el costo de los segundos pisos y otras obras construidas por el gobierno capitalino que éste decidió calificar como información reservada (o sea secreta) hasta dentro de diez años. Si es así, habrá turbulencias, y recordemos que el Nicogate le costó a Andrés Manuel nueve puntos.