Cien días y pagando costos
Columna

Cien días y pagando costos

Se cumplen cien días de gobierno de Donald Trump y los festejó haciendo lo que ha marcado su administración en estos poco más de tres meses, con órdenes ejecutivas contradictorias que incentivan lo que ha sido la norma: una profunda incertidumbre respecto al futuro.

Ayer Trump dio una nueva marcha atrás parcial en los aranceles para los fabricantes de automóviles, estableciendo un reembolso de 15 por ciento durante un año a las compañías estadounidenses para compensar el costo que le generarán los aranceles; luego en el segundo año habrá un reembolso adicional de 10 por ciento para los vehículos que sean ensamblados en la Unión Americana. Las empresas automotrices han declarado que agradecían las medidas y que buscarán establecer ensambladoras en territorio estadounidense pero que reconfigurar las cadenas de suministro será mucho más difícil.

En realidad, estos cien días del gobierno de Trump han sido un torbellino marcado por las contradicciones y las incertidumbres. El optimismo económico con que asumió el cargo el 20 de enero ha desaparecido, gracias a los aranceles las bolsas han sufrido gravísimas pérdidas, el dólar se ha devaluado y la popularidad de Trump también. Estas contramarchas parciales en los aranceles han sido obligados por el costo económico y de popularidad que le han generado al presidente Trump, pero cada medida en lugar de recuperar la confianza pareciera empantanar más a su administración.

No queda claro cómo podrán estas medidas compensar el aumento de los costos de producción generados por los aranceles ni queda claro cómo se aplicarán estos, por ejemplo, a los vehículos y piezas confeccionadas bajo las reglas del TMEC. El propio Tratado ha sido vulnerado y las reacciones que ha provocado Trump en sus aliados son notables, sobre todo en Canadá.

El triunfo en este país del partido liberal de Mark Carney (un ex banquero central que reemplazó hace apenas unas semanas de Justin Trudeau) es una consecuencia directa de las políticas erradas y las agresiones de Trump. Hace cien días, el partido conservador de Canadá, abiertamente trumpista, estaba 25 puntos arriba de los liberales. Las provocaciones de Trump, con los aranceles y el llamado a que Canadá se convierta en el estado 51 le han dado una mayoría legislativa inimaginable hace apenas dos meses a los liberales. En su discurso de aceptación Carney dijo que “Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país… El presidente Trump está tratando de quebrarnos para poder poseernos. Eso nunca sucederá”. Y sostuvo que la Unión Americana ya no era un socio y un aliado confiable, agregando que buscará acercarse mucho más a la Unión Europea y Asia.

No imagino una derrota geopolítica mayor en apenas tres meses para un gobierno estadounidense con su aliado más cercano, con un presidente que ostenta la popularidad más baja para sus primeros cien días, apenas 39 por ciento, desde que se miden esas tendencias en los Estados Unidos.

La quiebra generada, calculada en por lo menos 9 billones (trillones en nuestro sistema de medición) de dólares en bolsa, ha golpeado seriamente incluso a sus más cercanos aliados, como la empresa Tesla de Elon Musk, que esta semana prácticamente abandonará el gobierno (donde tuvo un papel tristemente célebre con el tema de los recortes gubernamentales indiscriminados) para tratar de reflotar su empresa. Otro de sus potenciales aliados, Jeff Bezos, también fue atacado por Trump porque su empresa Amazon informó que estaba estudiando dejar en claro en el precio de sus productos cuál es el costo que generan los aranceles de Trump. Dijo el mandatario que era un “acto hostil y político” contra su administración. Unas horas después, cuando Amazon informó que no tomaría esa medida Trump declaró que Bezos era “muy amable y fantástico”.

La presidenta Sheinbaum ha tenido una respuesta acertada ante Trump: sencillamente no podemos tener la respuesta que ha tomado Canadá, porque no tenemos la fortaleza económica e institucional de nuestros otros socios en el TMEC. Se está tratando de atender tema por temas, esperar a la renegociación global del TMEC, aceptar implícitamente la herencia que dejó López Obrador y a que la propia realidad le vaya ajustando el panorama Trump, como comienza a suceder.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *