?Encuentro en las nubes? o la norma es la mediocridad
Columna JFM

?Encuentro en las nubes? o la norma es la mediocridad

Nuestra vida política nacional es tan absurda, rayando en el rídiculo, qué ?la nota? de ayer fue que el presidente Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador se encontraron en el acto conmemorativo de los Niños Héroes, no estaban solos, no se sentaron ante una mesa, no platicaron, no llegaron a acuerdo alguno, simplemente en un acto público donde estaban funcionarios de todos colores y sabores, simplemente se dieron la mano y cada uno siguio su camino, fue obvio fuera del saludo no cruzaron palabra alguna. Es rídiculo, pero ese es el nivel de nuestra clase política.

Nuestra vida política nacional es tan absurda, rayando en el ridículo, que "la nota" de ayer fue que el presidente Vicente Fox y el jefe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador "se encontraron" en el acto conmemorativo de los Niños Héroes. Que nadie se confunda: no estaban solos o acompañados por sus asesores, no se sentaron ante una mesa, no platicaron, no llegaron a acuerdo alguno, simplemente en un acto público donde estaban funcionarios de todos los colores y sabores, simplemente se dieron la mano y cada uno siguió su camino. Y algunos destacaron que lo hicieron "dos veces", aunque "conservando la distancia": fue obvio, fuera del saludo no cruzaron palabra alguna.

Es ridículo, pero ese es el nivel de nuestra clase política. Tan ridículo como la especulación sobre cuándo se reunirán de verdad, o la queja del jefe de gobierno de que no lo invitaron a la ceremonia del grito y al desfile del 16 de septiembre, lo que debe ser desmentido por el vocero de la presidencia, Rubén Aguilar y quizás, hoy mismo el jefe de gobierno ocupará su conferencia de prensa matutina para explicar que eso en realidad no fue así. Pero para compensar el secretario de Gobernación, Santiago Creel, vuelve, en menos de dos semanas, a aparecer en el programa Vida TV con la guapa y nada más Galilea Montijo, se supone que para promocionar el Himno Nacional y hoy, 150 aniversario del Himno, amenaza con participar en Hoy, o sea que pasará del canal 4 al 2 (siempre es un avance). Lo cual, por supuesto ayudará mucho para distender el escenario político nacional.

Pero, mientras nuestros dirigentes se abocan a "lo importante", ninguno de los últimos procesos electorales locales ha tenido resultados aceptados por todos los participantes; no hay diálogo o negociación seria entre los partidos; los empresarios, como lo demostraron con toda claridad en Monterrey la semana pasada, están hartos de que no haya definiciones; la economía pese a la insistencia en los blindajes que supuestamente la sostienen, depende cada día más de unas pocas variables, incluyendo la política; ninguna de las reformas importantes que requiere el país está hoy en la agenda legislativa; pocos parecen espantarse ante el despropósito de confundir el hipotético desafuero de López Obrador con un golpe de Estado; en términos de seguridad no sólo no hemos avanzado sustancialmente sino que, además, estamos asistiendo a una guerra entre grupos del narcotráfico que se extiende a todo el país, con centenares de muertos y consecuencias imposibles de determinar para el futuro; uno de los principales narcotraficantes del país, paga un dineral por publicar un desplegado de prensa reclamando por sus derechos, los de sus familiares y abogados, sin que nadie se pregunte de dónde salió el dinero; el jefe de gobierno capitalino chantajea a la sociedad diciendo que si siguen con el proceso de desafuero en su contra, dejará sin terminar las obras públicas iniciadas (como si, por la razón que fuera, su sucesor no pudiera terminar obras que son responsabilidad de un gobierno no de una persona); el presidente Fox, cuando se le pide mayor eficiencia responde con que esos son los costos de la democracia; el gobernador de Veracruz, Miguel Alemán ordena pedir en el discurso de ayer en recuerdo de los Niños Héroes en su estado, que la sociedad y los partidos tengan paciencia y mesura, pero inmediatamente después declara a la prensa que los panistas están "locos" y que bueno que no ganó Gerardo Buganza porque sino el estado quedaría en manos de una "bola de locos"; el propio Buganza, en lugar de apostar a la legalidad y las instancia electorales, llama a una insurección azul (¿qué haría el senador con licencia si la gente le toma la palabra y efectivamente se insurrecciona?). La lista podría continuar hasta el hartazgo y eso es lo que está sintiendo la mayoría de la sociedad respecto a la política y los políticos: están hartos de tanta mediocridad.

La intrascendencia es ha convertido en norma y permea la agenda mientras los temas centrales no son atendidos por nadie o casi nadie. Allí residen la mayor parte de nuestros problemas actuales. No existe profundidad, las palabras se utilizan con tanta facilidad que terminan perdiendo su sentido y nuestros dirigentes parecen jugar graciosamente con el poder sin saber qué hacer con él. Ello se aplica incluso a aspectos claves de la legalidad: por ejemplo, en Veracruz, el PRI se ha negado a abrir los paquetes electorales de los comicios estatales pero apenas la semana pasada, en una entrevista televisiva, como al pasar Fidel Herrera dijo algo así como que si quieren abrir los paquetes electorales que los abran, aunque el gobernador Alemán fue enfático en rechazar esa posibilidad; el PAN dice que la elección fue ilegítima pero más que recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación exige que se abran esos paquetes electorales (lo que no está contemplado en la ley) porque quiere ver si así puede modificar los resultados en la elección de gobernador, pero no están interesados en la anulación ni mucho menos de los comicios de presidencias municipales y congreso local porque allí les fue muy bien; Convergencia sí quiere anular las elecciones, pero sólo también las de gobernador, alegando la intervención tanto del gobierno estatal en beneficio del PRI como del federal, en beneficio del PAN, primero porque en lo municipal y lo legislativo local les fue también muy bien, y segundo, porque ante la confrontación Herrera-Buganza y el desgaste consiguiente, su candidato Dante Delgado podría pegar el salto que el faltó para imponerse en los comicios. La congruencia está al servicio de una sola cosa: el poder. ¿O como se podría explicar que el priista Isidro Pastor esté coqueteando con el perredismo mexiquense o que uno de los personajes con peor fama como operador electoral priista, José Guadarrama (al que en su ex partido todavía le preguntan dónde quedaron los recursos que "distribuyó" para la elección de Francisco Labastida), se haya convertido nada más y nada menos que en el principal candidato del perredismo para gobernar Hidalgo?

El deterioro de la clase política es tan profundo que, quizás, no puedan salvarla de su propia mediocridad los muchos políticos de los diferentes partidos serios y con proyectos reales que hoy parecen desplazados del centro del poder. Quizás, se trate como dijo Porfirio Muñoz Ledo de algo que los trasciende, de que, sencillamente, el nuestro es el sistema político peor diseñado del mundo. Pero el reformarlo está sólo en manos de esa misma clase política que parece ser la única que no lo ve así.

La carta de Osiel

El desplegado de Osiel Cárdenas pagado en algunos periódicos, confirma lo que decíamos ayer mismo en este espacio. Por primera vez en forma tan clara desde los terribles hechos del 93-94, los grupos del narcotráfico están apostando en el terreno político. No son tontos: ven la debilidad de ciertas instituciones, las indefiniciones, la posibilidad de influir y presionar y, simplemente lo están haciendo. El problema en realidad no es la carta sino la respuesta que le darán las autoridades: en el plano legal existen pruebas contundentes de que algunos de los abogados de estos personajes, algunos de sus familiares, algunos de los que los visitan regularmente, simplemente actúan como intermediarios tanto para continuar con la dirección de sus negocios desde las cárceles, como también para colaborar, desde afuera, en las operaciones de control interno en el propio penal, comprando voluntades con dinero o quebrándolas con amenazas. Ese, decíamos es un problema. El otro, más grave es que habiendo descubierto los flancos débiles que muestra el poder, mañana, ante el próximo proceso electoral, decidan, como ya lo han comenzando a hacer, explotar al máximo esos espacios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *