En el 2005 todo será divisible por dos
Columna JFM

En el 2005 todo será divisible por dos

Nada está definido de cara al 2006, se engañan quienes consideran que algo, siquiera el esquema de partidos que competirá en esos comicios, está ya claro. Por encima de declaraciones vacías, la mayoría de los actores que participan en el proceso lo saben y ya están trabajando para tratar de afianzar sus posiciones.

Nada está definido de cara al 2006, se engañan quienes consideran que algo, siquiera el esquema de partidos que competirá en esos comicios, está ya claro. Por encima de declaraciones vacías, la mayoría de los actores que participan en el proceso lo saben y ya están trabajando para tratar de afianzar sus posiciones. Recordemos una vez más que hace exactamente seis años, en diciembre del 98, el político más popular en el país, con tasas más altas que las que hoy dice tener López Obrador, era Cuauhtémoc Cárdenas, que acababa de ganar el Distrito Federal; en el PAN nadie se acercaba ni remotamente a los índices de popularidad de Diego Fernández de Cevallos, y Vicente Fox era un aspirante más, que aún no tenía ni siquiera a la mayoría de su partido apoyándolo. El PRI superaba por amplio margen a perredistas y panistas pero todavía no tenía definido a un candidato, aunque un año después cuando ya estuvo en esa posición, Francisco Labastida, tenía como 30 puntos de ventaja sobre Cuauhtémoc y Fox, sus oponentes. Y todos sabemos cómo terminó la historia del año 2000.

En los partidos lo saben y ya están trabajando, buscando consolidar posiciones que están muy lejos de estar resueltas. Esta fin de semana, López Obrador ya presentó extraoficialmente su equipo de campaña, donde la mayor novedad es que en él no hay un solo integrante que venga de orígenes perredistas. Los principales personajes son Ricardo Monreal, que con ello, en los hechos, abandona la pretensión de disputar la candidatura presidencial y ya está en la mira para cumplir el doble papel de presidente del partido y/o coordinador de la campaña de López Obrador. La otra figura central, mucho más importante de lo que se cree, en el entorno del jefe de gobierno es Manuel Camacho: el ex regente le está manejando las relaciones y buena parte del trabajo político a López Obrador, repitiendo casi paso a paso, el esquema que siguió Camacho cuando buscó la candidatura para las elecciones del 94. La paradoja es que en aquella época, López Obrador llegó a ser una pieza más de la maquinaria que había diseñado Camacho; ahora se han invertido los papeles, pero el ex regente capitalino tiene en sus manos muchos de los hilos lopezobradoristas. Por ejemplo, varias de las más recientes adquisiciones del equipo de campaña del jefe de gobierno parten de esa labor: los amarres de Marcelo Ebrard con varios grupos en la capital del país para ir reemplazando a las huestes bejaranistas; el trabajo de Juan Enríquez Cabot buscando algunos contactos internacionales que López Obrador no tiene; la presencia de José María Pérez Gay e Ignacio Marván en la coordinación de asesores, o el evidente apoyo que está teniendo López Obrador en el ámbito jurídico de figuras como Diego Valadez, Jaime Cárdenas o Ernesto Villanueva. No en vano, la "secretaría técnica" de toda esta operación será nada menos que Socorro Díaz. La idea central sería que Monreal opere dentro del perredismo y con algunas figuras del PRI y de los medios con las que mantiene buenas relaciones y Camacho busque reforzar con "independientes", con los sectores que en el pasado estuvieron cerca suyo, la estrategia. Llama la atención cómo en este equipo no aparecen dirigentes del partido ni parece existir la intención de incorporarlos.

Eso está definiendo también la estrategia de Cuauhtémoc Cárdenas. El fundador del PRD está muy lejos de decidir abandonar la carrera por la candidatura para apoyar a López Obrador: la lista de agravios políticos crece cotidianamente con varios golpes bajos que le han propinado al ex candidato presidencial desde el propio corazón de lopezobradorismo. Cárdenas lanzará su candidatura con el apoyo de varios senadores y diputados perredistas, pero también con personalidades independientes para demostrar que su fuerza puede haber menguado, pero sigue viva y podría fortalecerse en la misma medida en que el perredismo comience a comprobar que está fuera de la campaña de López Obrador. Cárdenas está apostando, además, a la posibilidad de acuerdos con sectores que están fuera del PRD o que no van a apoyar a López Obrador, y en esa situación se encuentran desde algunos de los partidos pequeños, hasta fuertes corrientes priistas, pendientes de cómo se resuelva el proceso interno en su partido.

En este sentido, en el PRI volverán a registrarse movimientos antes de fin de año. La corriente antimadracista, volverá a reaparecer en los próximos días, recordándole al jefe de gobierno su compromiso en el proceso de sucesión. Ya están mucho más organizados, y si bien no tienen la mayoría del CEN priista, su presencia sigue siendo fuerte, tanto en los estados como en el senado de la república, donde el peso de Enrique Jackson (que ha tenido la inteligencia de desmarcarse de este conflicto sobre el presupuesto) sigue creciendo y la labor de Roberto Campa como virtual secretario técnico de toda esa tendencia comienza a notarse, a darle forma a algo que pase de una corriente de opinión a un movimiento más orgánico. En los próximos días, ese movimiento reaparecerá, probablemente con nuevos y en algunos casos no esperados integrantes. Beatriz Paredes, por su parte, sigue consolidando sus propias bases de apoyo (que no son en absoluto escasas) y jugará sus cartas a su tiempo. En el exterior, recuperándose de su enfermedad, sigue Elba Esther Gordillo. En el 2005 la volveremos a ver y comprobaremos que sigue teniendo una enorme influencia: no sólo ha consolidado su liderazgo en el sindicato de maestros, sino que, de la mano de éste ha logrado concretar una nueva central sindical de trabajadores al servicio del Estado, con la que acaba de ganar la representación oficial de un millón 600 mil trabajadores. Y, al mismo tiempo, nada parece impedir la creación del nuevo partido político que están construyendo algunos sectores del magisterio. En los hechos, todos los opositores de Madrazo están construyendo por lo menos dos pistas, una alternativa, si el presidente del partido tricolor intenta dejarlos fuera de la jugada sucesoria. Y a partir de lo que suceda allí, de las decisiones que tome el propio Madrazo sobre la candidatura presidencial y el futuro de su partido, pueden abrirse muchas opciones diferentes.

En el PAN ven este panorama con cierto entusiasmo pero con muchos problemas. El partido en el poder está lejos aún de tener un candidato definido. Es verdad que en las encuestas, el secretario de Gobernación, Santiago Creel aparece muy por encima de los demás aspirantes, pero el propio Creel sabe que nada está definido. Esta semana ya se lanzó oficialmente su corriente interna, bautizada "panistas con Santiago", mientras que sus principales contendientes, sobre todo Felipe Calderón y Carlos Medina Plascencia, se aprestan a hacer lo mismo. Faltará por ver qué hacen Francisco Barrio, Luis Ernesto Derbez y Alberto Cárdenas que de una u otra forma han dicho que irán por la candidatura. En realidad, todos son concientes de que los candidatos reales serán, más temprano que tarde, sólo dos y entonces será la hora de ver qué hacen con esos apoyos, del tamaño que sean. El gran temor en el panismo, sobre todo entre la gente de Creel, es que se percibe un proceso interno muy duro, con una fuerte confrontación política que podría terminar desgastando a cualquiera de los oponentes y, sobre todo, porque es el más vulnerable, al propio Creel, dejando en una situación de debilidad a la hora de iniciar la campaña de verdad. Por otra parte, saben que la polarización que pudiera darse en el PRD y en el PRI podría terminar beneficiándolos, siempre y cuando el índice de efectividad gubernamental pueda mejorar sobre todo en este 2005, lo que no resulta imposible pero tampoco sencillo.

A este escenario hay que sumarle el proselitismo independiente de Jorge Castañeda al que cada vez más le urge una estructura formal a la cual poder treparse, la casi segura posibilidad de que la corriente socialdemócrata de Patricia Mercado pueda obtener el registro, que partidos que jugarán, sin duda, un papel importante como el Verde y Convergencia decidan cómo se alinearán, para comenzar a vislumbrar un 2005 del cual puede surgir un panorama completamente distinto al actual.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *