AMLO o las pifias de la ambición
Columna JFM

AMLO o las pifias de la ambición

?Errar es humano?pero echarle la culpa a otro es más humano todavía? dicen los intérpretes de Les Luthiers en uno de sus extraordinarias composiciones. Y qué mejor demostración de ello que las derivaciones que estamos observando del caso López Obrador, un hombre que está haciendo toda su apuesta política enfocada en un solo objetivo: demostrar que sus errores son responsabilidades de los otros.

“Errar es humano…pero echarle la culpa a otro es más humano todavía” dicen los intérpretes de Les Luthiers en uno de sus extraordinarias composiciones. Y qué mejor demostración de ello que las derivaciones que estamos observando del caso López Obrador, un hombre que está haciendo toda su apuesta política enfocada en un solo objetivo: demostrar que sus errores son responsabilidades de los otros.

López Obrador está desaforado y separado de su cargo de gobierno, pero anunció que regresará a esa posición el próximo 25 de abril, después de una gira por varios estados de la república, aunque en realidad no puede hacerlo. No es verdad, como han dicho el propio López Obrador, Alejandro Encinas y Javier Quijano, que la aceptación de la controversia constitucional de la ALDF impidan legalmente a un juez consignar a López Obrador o dejen en suspenso su situación legal. No es verdad porque la ministro Olga Sánchez Cordero en su resolución no aceptó la suspensión que solicitaba la propia ALDF sobre las actuaciones de la cámara de diputados. Al no aceptar la suspensión, como lo aclaró la propia ministra, las decisiones de la cámara de diputados quedaron firmes y por lo tanto el desafuero (y la separación del cargo) son efectivas. Lo demás es, simplemente, un intento deliberado de confusión.

Entonces ¿por qué el ex jefe de gobierno y sus amigos recurren a estas medidas, hacen ahora estas declaraciones? Porque se equivocaron, porque las cosas no les están saliendo como esperaban y necesitan recurrir a una suerte de provocación política para levantar una campaña que se está cayendo, en lo político, en lo legal y en lo mediático. Y se equivocaron porque la estrategia que le propuso Quijano a la Asamblea Legislativa era que se apelara a la controversia no tanto para atender la situación de fondo, sino para lograr un suspensión provisional del desafuero: resulta evidente para cualquiera que se haya tomado la molestia de leer la constitución que el Distrito Federal no es un estado, que no tiene ese estatuto político y que se rige por uno distinto y seguirá siendo así mientras el DF sea el asiento de los poderes de la Unión. El objetivo entonces era la suspensión, no tanto una decisión de la Suprema Corte que equiparara al Distrito Federal con los 31 estados de la república que se sabe prácticamente imposible de lograr. Pero la ministra Sánchez Cordero aceptó la controversia (me aseguran que mucho más probablemente para analizar otros puntos de la resolución de la cámara que éste sobre las atribuciones de la ALDF) pero no otorgó la suspensión, con lo que sus asesores dejaron a López Obrador en un limbo legal peor que el que tenía con anterioridad.

Pero eso no es lo más grave: lo que realmente preocupa a la gente del ex jefe de gobierno es que no pasa nada. ¿Recuerda usted aquellos textos dantescos que hablaban de las insurrecciones populares que se darían en el momento del desafuero, de las masas en las calles cimbrando las bases mismas del estado mexicano, que eran el sustento político de aquella fábula sobre el golpe de Estado?¿se parece en algo aquella historia con lo que estamos viviendo?. En nada: por supuesto que hay gente, un porcentaje importante, que está enojada con el desafuero de López Obrador, pero la misma encuesta de María de las Heras publicada en Milenio Diario la semana pasada, demuestra que ni son tantos, ni tampoco están dispuestos a ir mucho más allá quea expresar su propia indignación por el hecho. Se podrá argumentar que esa misma encuesta demuestra que alrededor de un 20 por ciento, que equivale a la base electoral tradicional del perredismo, sí estaría dispuesta a movilizarse por López Obrador. Pero el propio equipo cercano al ex jefe de gobierno es conciente de que esa circunstancia sería la peor para su causa e incluso la que están esperando sus enemigos: López Obrador se hizo famoso por aquellas tomas de pozos petroleros en Tabasco, su imagen era de un activista que no vacilaba en recurrir a la violencia para conseguir sus objetivos. Y esos mismos adversarios están convencidos de que esa es la verdadera personalidad de López Obrador, que cada vez que está molesto o algo no se ajusta exactamente a lo que quiere, muestra esa faceta de su personalidad, dura, intolerante, poco reflexiva (como cuando públicamente se molestó porque la televisión no le dio la misma cobertura a su desafuero que a la agonía y muerte del papa Juan Pablo II) y ello lo llevará a cometer más errores aún.

Y los están cometiendo: ¿a quién le ayuda, por ejemplo, el ver a los militantes perredistas tratando de invadir nuevamente el rancho de la familia Fox?¿no era que apenas la semana pasada, Encinas y López se desgarraban las vestiduras porque habían sido “provocados” porque el subprocurador Santiago Vasconcelos había osado ir a misa, como va siempre, a una iglesia cercana al domicilio del ex jefe de gobierno?¿el que un funcionario de la procuraduría vaya a misa cerca de la casa de López Obrador es una provocación y que un grupo de activistas se quiera meter a la fuerza en la casa de la familia Fox es un acto de resistencia civil?. Es absurdo, en todo caso se trata de un intento de intimidación contra un gobierno que ha demostrado, en demasiadas oportunidades, que es susceptible de ser intimidado y el que el propio gobierno federal no haya adoptado medida pública alguna contra Agustín Gutiérrez Canet y sus declaraciones sobre un supuesto indulto para López Obrador, lo confirma. La administración Fox suele ser timorata y no pensar sus estrategias más allá de sus primeros dos o tres pasos y, cuando es presionada, da marcha atrás: ¿quién lo sabe mejor que López Obrador que con un grupo de manifestantes logró reventar el que era el mayor proyecto de inversión pública de esta administración: el nuevo aeropuerto?.

El otro objetivo de anunciar un regreso al gobierno del DF el 25 de abril, es mediático. Los medios están sacando del foco a López Obrador. Fuera del gobierno capitalino parece haber perdido buena parte de las expectativas que se generaban en torno suyo: llega al ridículo de pedir que no lo quiten de las encuestas, demostrando cuál es el centro de sus preocupaciones y parece ser evidente que una conferencia de prensa en un parque tiene un efecto muy diferente que en la sede del gobierno del DF. Pero, además, el anuncio de regresar al gobierno capitalino el 25, trata de paliar uno de los mayores errores de la estrategia seguida por sus abogados con la controversia: que como la Corte aceptó la controversia pero no la suspensión, la PGR pueda tomarse meses en presentar la consignación de su acusación ante un juez, alargando aún mucho más los tiempos para el inicio del proceso y aumentando los riesgos de quedar definitivamente fuera del cartel electoral para el 2006 (con el agravante de que las encuestas también están demostrando que para la enorme mayoría, esa circunstancia no implicaría una ilegitimidad del proceso electoral). Lo que quiere López Obrador es generar una situación de confusión que obligue a la PGR a acelerar la consignación y no esperar a que la Corte decida sobre el fondo de la controversia, aunque una vez más es una jugada arriesgada.

La situación, el momento de López Obrador se ha tornado cada día más difícil. En los últimos días han crecido en su entorno las opiniones respecto a que dé marcha atrás en sus posiciones originales y acepte ir por la vía legal, presente el amparo y busque estar en libertad para tratar llegar a la candidatura. No es una reflexión desinteresada, resulta evidente que las cosas no están saliendo como esperaban López Obrador y sus asesores.

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