Tumaco, departamento de Nadino, Colombia.- Uno tras otro, seis helicópteros artillados con dos ametralladores calibre 7.60 que disparan unas 3 mil 500 balas por minuto, despegan protegiendo cuatro aviones que tienen como misión la fumigación y luego de repostar combustible vuelven a partir: los pilotos son en su enorme mayoría estadounidenses la operación la controla un contratista estadounidense que uno apostaría que participó en la guerra de la tormenta del desierto a principio de los noventa.