Los narcos, dueños de diputados en Sinaloa y reclusorios en el DF
Columna JFM

Los narcos, dueños de diputados en Sinaloa y reclusorios en el DF

Eran los primeros días de octubre del año pasado y en San Pablo Mochobampo, municipio de Sinaloa de Leyva, el gran acontecimiento eran las exequias de un conocido narcotraficante, sicario del cártel del Chapo Guzmán, de la banda de Los Mochadedos que habían secuestrado a muchas figuras importantes de la región, desde el padre de los Temerarios, hasta el hijo de Vicente Fernández. Se trataba de Miguel Angel Beltran Lugo, El Ceja Güera. El entierro tuvo un ingrediente político, cuando se supo que al mismo había concurrido el entonces candidato a diputado panista Saúl Rubio Ayala, ex presidente municipal de Sinaloa de Leyva. Ayer fue emboscado y ejecutado Saúl Rubio Ayala, en un clásico ajuste de cuentas del narcotráfico.

Eran los primeros días de octubre del año pasado y en San Pablo Mochobampo, municipio de Sinaloa de Leyva, en el estado de Sinaloa, el gran acontecimiento eran las exequias de un conocido narcotraficante, sicario del cártel del Chapo Guzmán; jefe, desde el penal de La Palma, de la banda de Los Mochadedos que habían secuestrado a muchas figuras importantes de la región, desde el padre de los integrantes de la banda Los Temerarios, hasta el hijo de Vicente Fernández. Se trataba de El Ceja Güera , el nombre por el que era conocido Miguel Angel Beltrán Lugo. El entierro tuvo un ingrediente político, cuando se supo que al mismo había concurrido el entonces candidato a diputado panista Saúl Rubio Ayala, ex presidente municipal de Sinaloa de Leyva, y quien aspiraba a sucederlo en la alcaldía, Will Veliz, como lo puso de manifiesto un magnífico reportaje de Diego Enrique Osorno.

Rubio Ayala minimizó su participación: “mi amistad, dijo entonces, es una amistad sincera, solidaria y máxime que esta gente (la familia de Beltrán Lugo) coincide con nuestro proyecto”. Veliz fue más parco o más ingenuo: las cosas por las que acusan al Ceja Güera , dijo, ocurrieron hace mucho tiempo y yo soy muy joven para saber qué ocurrió en realidad. Extraño para un candidato panista que aspiraba a gobernar un municipio donde los Beltrán Lugo son la máxima autoridad y el asesinado era una leyenda que había merecido hasta un corrido de Los Tucanes de Tijuana.

No era el primer problema de Saúl Rubio con la justicia: ya en marzo del 2003 había sido detenido por el Ejército, en la localidad de Palos Blancos, con un fusil ametralladora R-15. En esa misma localidad fue emboscado y ejecutado Saúl Rubio Ayala, la mañana de ayer, en un clásico ajuste de cuentas del narcotráfico.

El asesinato del diputado panista, que increíblemente fue protegido por los dirigentes de su partido y ni siquiera retirado de la lista de candidatos, presionando a la PGR para que no prosperara la investigación en su contra (una investigación que es considerada otro de los “pecados” cometidos por la administración Macedo de la Concha “en contra” de los panistas) está ligado, como la muerte de El Ceja Güera , con el asesinato, meses atrás, de Rodolfo Carrillo Fuentes. Cuando el hermano menor de Amado Carrillo y su mujer fueron asesinados en Culiacán, se rompió la alianza de Vicente Carrillo con el que hoy es el grupo más poderoso del narcotráfico en nuestro país: el que integran Joaquín El Chapo Guzmán, Ismael el Mayo Zambada y Juan José El Azul Esparragoza. La respuesta a la muerte de Rodolfo Carrillo fue el asesinato en el comedor del penal de La Palma de El Ceja Güera , uno de los principales operadores de El Chapo Guzmán y poco después el asesinato, también en La Palma de Arturo Guzmán Loera, su hermano menor.

Todo indica que la relación de Saúl Rubio Ayala con la familia Beltrán Lugo era más estrecha de lo que decía el ex diputado. Lo cierto es que apenas la semana pasada, se fugaron del penal de Culiacán, sin mayor esfuerzo, nueve reos, todos ligados al cártel del Chapo Guzmán y también a la banda de secuestradores que en su momento había dirigido El Ceja Güera . Entre los fugados se encontraba el presunto asesino material de Rodolfo Carrillo: la respuesta llegó días después, con la ejecución de Saúl Rubio, el diputado que había asistido a las exequias del narcotraficante muerto en La Palma.

El Chapo Guzmán logró, con la fuga de Culiacán, volver a colocar en sus estructuras a varios de sus sicarios más importantes, pero un éxito mayor para su causa fue la fuga, desde el reclusorio Sur de uno de sus más importantes socios en Centroamérica, el guatemalteco Otto Roberto Herrera García, apodado El Profe y que “se fue” del reclusorio administrado por el gobierno del DF, literalmente por la puerta, sin que existan datos, siquiera, de cómo y cuándo dejó el penal. Herrera García lleva trabajando una década para El Chapo Guzmán y es una pieza clave para la llegada de droga a Guatemala y para su posterior traslado a México. Recordemos que unas 300 toneladas de cocaína llegan anualmente a México, vía la conexión centroamericana, además de ser un espacio idóneo para el tráfico de personas, de armas y de otras drogas.

El caso de la fuga de Herrera García ha sido atraído ya por la PGR y las primeras investigaciones confirman algo que se dijo en su momento y que fue desmentido por las autoridades capitalinas: que el reclusorio sur, donde está recluido (es un decir) René Bejarano, está controlado por el narcotráfico. Unos 40 custodios y funcionarios del penal están siendo ahora interrogados por las autoridades federales y lo que se ha ido confirmando en apenas unas horas es más que preocupante. El director del reclusorio sur, Amado Azuara González, declaró que el viernes 13, cuando se descubrió la fuga, fue informado en la mañana por uno de los comandantes del área de gobierno de apellido Illescas “que la población estaba completa y sin novedad”, lo cual, dice le fue ratificado entre las 6 y 6.30 de la tarde. Que más tarde, a las nueve de la noche del mismo viernes, el primer inspector José Luis Cortés, le informó que se iba a realizar una revisión “sorpresa” en el reclusorio por miembros de la secretaría de seguridad pública del DF y media hora después que ya se encontraban en las afueras del penal los elementos que harían la inspección. Pero resultó que, al dar órdenes al cuerpo disciplinario de que apoyara el operativo, el mismo comandante Illescas que había informado que “la población estaba completa y sin novedad”, le informó, según el director del penal, que faltaba un recluso, pero “que lo estaban buscando”.

Pero los hechos son aún más graves. Según el testimonio del hoy arraigado director del penal, esa misma noche solicitó el expediente jurídico y la ficha de Otto Herrera, y el subdirector jurídico le dijo que los mismos se encontraban incompletos, ya que faltaban todos los documentos del expediente que contenía las partes judiciales, sólo quedaban parte de los amparos promovidos por el detenido para bloquear su extradición a Estados Unidos. Pero su colaboradora Araceli Valencia le dijo que ella había revisado el expediente días atrás y que estaba completo. Pero no sólo faltaban el preso y su expediente, sino también, cuando se quiso revisar los libros de registros de acceso y salida de la aduana del penal, resultó que faltaban los datos principales en ambos libros. Que, además, en el dormitorio donde estaba Otto Herrera, había 52 camas que deberían ser monitoreadas por cuatro cámaras, pero resulta que de éstas cámaras la primera se encuentra en el acceso al dormitorio, la segunda no funciona, la tercera está fija y enfoca a un pasillo y la cuarta, la de la aduana de vehículos, tampoco funciona. El director del penal, en su declaración preliminar, alega que las cámaras de control constantemente están descompuestas “porque los empleados no desean ser monitoreados”.

O sea que uno de los principales narcotraficantes no sólo de México sino también de Centroamérica, que estaba a punto de ser extraditado a Estados Unidos, que es una pieza clave para la conexión del cártel del Chapo Guzmán con Colombia, estaba en un dormitorio general, sin control y sin custodia especial y, hoy, no saben ni siquiera cuando se fugó del penal. Esperemos que cuando se profundice en la investigación y se sepa la verdad, que nadie diga que se trata de otro complot…ni que, por “razones de Estado” se perdone a los responsables.

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