Marcos o cuando los líderes se olvidan de las bases
Columna JFM

Marcos o cuando los líderes se olvidan de las bases

Diez años en política, sobre todo cuando se ha estado demasiado tiempo fuera de los reflectores, suelen ser muchos, y en ese periodo Marcos ha pasado de autoproclamado líder altermundista a ser uno más en un mundo político que está ya muy lejos de la sorpresa del levantamiento del primero de enero del 94.
Por eso lo que ha sorprendido ahora es la alerta roja decretada por Marcos cuando en los hechos ni siquiera proporciona una exposición de motivos o causas que lo podrían haber provocado.

Diez años en política, sobre todo cuando se ha estado demasiado tiempo fuera de los reflectores, suelen ser muchos, y en ese periodo Marcos ha pasado de autoproclamado líder altermundista a ser uno más en un mundo político que está ya muy lejos de la sorpresa del levantamiento del primero de enero del 94 o incluso del zapatour de inicios del 2001.

Por eso lo que ha sorprendido ahora a todos es la alerta roja decretada por Marcos cuando en los hechos ni siquiera proporciona una exposición de motivos sobre las causas que hipotéticamente la podrían haber provocado. En realidad, las causas parecen ser varias y todas bastante alejadas de la posibilidad de un ataque contra el zapatismo.

Lo primero es lo que ha sucedido en las comunidades indígenas: hace ya mucho tiempo que el zapatismo no tiene la hegemonía en ellas. Desde que concluyó el zapatour y la dirigencia del EZ decidió que no aceptarían apoyos de programas de desarrollo social, lo cierto es que la mayoría de las comunidades sí los aceptaron, tanto los provenientes del gobierno estatal como el federal. En todo caso la distancia de la dirigencia zapatista con sus comunidades, acrecentada por el hecho de que los principales dirigentes, incluyendo a Marcos, hace tiempo que no están en Chiapas, se acrecentó. Tanto, que las comunidades zapatistas no fueron siquiera advertidas de que Marcos declararía una alerta roja que obliga a esas comunidades a abandonar sus labores e incluso convocándolos a reclutarse nuevamente. Ayer, en la Garucha, los dirigentes de las comunidades zapatistas fueron convocados para “explicarles” porque se rompía el status quo. Lisa y llanamente, las comunidades no estaban preparadas ni advertidas de la decisión tomada por la lejana comandancia zapatista. El EZLN dijo que hacia un año no había contactos oficiales con sectores gubernamentales pero resulta que apenas la semana pasada se había dado la última reunión, precisamente en la Garucha. Otro de los argumentos que han dado personajes cercanos a Marcos es que en tres de las cinco grandes comunidades consideradas zapatistas ya se había llegado a acuerdos con Luis H. Alvarez para aplicar distintos proyectos comunes y que eso detonó la reacción. Se supone que a eso se tenía que dedicar don Luis, pero si es así la apuesta de Marcos es muy alta, porque lisa y llanamente esta alerta roja, este nuevo reclutamiento, esta decisión de regresar a las armas (ese es el sentido y la amenaza del comunicado de Marcos) se le puede revertir porque la mayoría de las comunidades ya están, desde hace años, en otra lógica.

Otro factor importante es el dinero. Hace tiempo que no fluye el dinero a la dirigencia zapatista como antes: aquella solidaridad internacional, incluyendo la etarra, que les permitió durante años tener una economía relativamente boyante, sobre todo para algunos grupos que trabajaron en la industria de la solidaridad, se ha detenido. El cierre de las cuentas en BBVA-Bancomer, generó una sobre reacción de los grupos ligados al zapatismo y está demostrando, primero, la importancia que tenían esos recursos y las cantidades involucradas que aparentemente serían mucho mayores que las divulgadas por los voceros movimiento, pero que, además tendría un origen muy poco transparente.

Un tercer factor es el propio Marcos. Hace ya muchos meses, por lo menos un año, que el subcomandante no visita la zona de conflicto. Ello ha agudizado la división interna y la versión que ha circulado es que en ese contexto, en su larga estadía en la ciudad de México, para efectuar la “reorganización político-militar interna” (que ayer anunció en otro escueto comunicado), Marcos se habría volcado hacia los sectores más radicales del movimiento, todos de inserción urbana, como consecuencia de la distancia que se estaba generando entre el aparato del partido y las propias comunidades indígenas.

Está la versión de la erradicación de plantíos de marihuana y amapola en la supuesta zona de control zapatista. Si esta fuera la razón del abrupto rompimiento estaríamos ante un contrasentido muy gravoso para el propio EZLN. Narcotráfico y cultivos ilegales ha habido en la zona de erradicación antes, durante y después del movimiento zapatista: la secretaría de la defensa, cada año, erradica cultivos en estas zona que, además, se ha convertido en una de las de mayor tránsito de drogas hacia el centro y norte del país, pasando la frontera con Guatemala, particularmente por Marqués de Comillas. Llamaría la atención que ahora, se generara esa reacción por una labor de erradicación que debería considerarse normal, sobre todo cuando no hubo ningún detenido por esos hechos y cuando los plantíos erradicados en Rayón y Tapilula de ninguna forma pueden considerarse en zonas de influencia zapatista.

No hay datos duros, hasta ahora, de una relación estrecha del zapatismo con el narcotráfico, aunque en muchas ocasiones ha habido sospechas al respecto, sobre todo en el sentido de permitir los plantíos a cambio de armas para el movimiento, una situación que se podría haber agudizado en los últimos tiempos por la escasez de dinero que estaría sufriendo la dirigencia y por la pérdida de control sobre algunos grupos.

Pero también existen otros datos que deberían llamar la atención, aunque sea en el terreno de la especulación. No es una novedad de que, desde los años 70, los grupos que terminaron dando origen al EZLN tienen contactos y bases en Tamaulipas y, sobre todo en la entrada a la zona de las huastecas, vía Tampico, de donde es originario Sebastián Guillén. Tampoco se puede ignorar que la alerta zapatista se da exactamente en el mismo momento en el que el grueso de las fuerzas de seguridad está concentrada en ese estado, por la violencia de la lucha entre los grupos del narcotráfico. Para algunos tampoco es casual que, según los organismos de inteligencia, en los últimos meses, se hayan dado muchos viajes de Marcos a su estado natal. Y finalmente que la procuradora de justicia de ese estado sea la señora Paloma Guillén, hermana del subcomandante. Es una hipótesis aventurada, pero mientras el EZLN no proporcione una explicación coherente del porqué de su actitud y en qué consiste esa “estrategia arriesgada” en la que puede “perder lo logrado” y en la que ha hecho constante referencias a las posibilidades militares, cualquier hipótesis termina siendo viable.

Porque los otros argumentos que se han dado desde sectores cercanos al zapatismo tampoco tienen fundamento: uno de ellos es que el ejército habría retirado retenes en la zona de Chenalhó, y que ello estaría preparando las condiciones para un nuevo Acteal, sin asumir que si algún sector ha sido castigado en la administración de Salazar Mendicuchia han sido, precisamente, los grupos priistas que el zapatismo identificaba como paramilitares. También se habla de que puede ser una respuesta a aquella declaración de Vicente Fox en Chiapas de que el EZLN era una cosa del pasado y que ya no existía. Puede ser considerado, lo era, un exceso verbal del presidente, pero abandonar una vía de lucha pacífica y de promoción del bienestar de las comunidades para regresar a un esquema político militar de guerra y enfrentamiento, por una mala declaración, no parece tener sentido…salvo si se refrenda la idea de que la dirigencia se radicaliza porque está perdiendo a sus bases.

El EZLN siempre ha reaparecido cuando se aproxima una elección federal o estatal: ahora están, ellos también, en los tiempos electorales, buscando volver a colocarse en la agenda nacional. Pero, en esta ocasión, están haciendo una apuesta demasiado arriesgada, donde, efectivamente pueden perder todo lo logrado hasta ahora a cambio de casi nada.

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