Los ajustes antes de la tregua
Columna JFM

Los ajustes antes de la tregua

Como el objetivo es la victimización, Andrés Manuel López Obrador se ha concentrado en atacar la tregua electoral decretada por el IFE desde el próximo 11 de diciembre. Olvida que esa decisión fue tomada por unanimidad en el seno del IFE, con el voto no sólo de los consejeros sino también de todos los partidos, incluyendo el PRD, que consideraron conveniente esa ?tregua? para acomodar candidaturas, procesar campañas, organizar y clarificar la parte de los recursos, no saturar al electorado y relanzarlas en enero, cuando comienza formalmente la campaña electoral.

Como el objetivo es la victimización, Andrés Manuel López Obrador se ha concentrado en estos días, luego del berrinche por las encuestas que lo mostraban con una fuerte tendencia a la baja, en atacar la tregua electoral decretada por el IFE desde el próximo 11 de diciembre, asegurando que es en realidad “un toque de queda que tiene como objetivo beneficiar al PRI y al PAN” (por supuesto no nos explica porqué esos partidos saldrían beneficiados de una situación que les impide a todos por igual realizar campaña). Olvida que esa decisión fue tomada por unanimidad en el seno del IFE, con el voto no sólo de los consejeros sino también de todos los partidos, incluyendo el PRD, que consideraron conveniente esa “tregua” para acomodar candidaturas, procesar campañas, organizar y clarificar la parte de los recursos, no saturar al electorado y relanzarlas en enero, cuando comienza formalmente la campaña electoral. Puede ser una buena o mala decisión (que será difícil de implementar en realidad, aunque los propios funcionarios del IFE han establecido que la tregua no impide, por ejemplo, la realización de entrevistas o la cobertura periodística de los candidatos y partidos), pero insistir una y otra vez en que se trata de una nueva trampa, podría significar un síntoma de paranoia política.

En realidad, la fecha importante para los partidos, es el 10 de diciembre y no les vendrá nada mal la tregua. Para esa fecha se tienen que definir las alianzas, con previa presentación de los compromisos de las mismas y de una plataforma común. Y obviamente, una vez establecidos los compromisos por posiciones electorales, dentro de cada partido vendrá una intensa etapa de negociación para sacar adelante esos acuerdos.

En este fin de semana, sólo hubo definiciones en el partido Alternativa Socialdemócrata, que designó, no sin contratiempos, a Patricia Mercado como su candidata presidencial. Los problemas, anunciados, surgieron por la intención de la llamada corriente campesina de ese partido (que encabeza Iris Salomón y en la que participa el ex perredista oaxaqueño Héctor Sánchez) de buscar otro candidato que no fuera Mercado: su apuesta principal era Víctor González Torres, más conocido como el Dr. Simi, y se habló también de Jorge Castañeda, aunque de no ser Simi la otra opción para ese grupo era el propio Sánchez. Perdieron la votación y los delegados de esa corriente abandonaron el consejo nacional de Alternativa y aseguraron que irán al Trife para impugnar el proceso. Es una decisión estúpidamente absurda: Alternativa es un partido nuevo pero que arrastra el prestigio (y también las debilidades) de Democracia Social y de México Posible. En ese sentido Patricia Mercado es, con mucho, su personaje más reconocido y respetado, con posibilidades de articular una fuerza de izquierda diferente, mucho más orientada hacia posiciones socialdemócratas y con el respaldo a muchas de las causas que los demás partidos han abandonado por un exceso de pragmatismo. Paradójicamente, lo que Salomón y Sánchez pretendían era caer exactamente en el mismo, o un peor, pragmatismo que todos los demás: importaba poco que entre González Torres y Castañeda, por ejemplo, casi no haya puntos de contacto, o que de ellos con Mercado exista mucha distancia política. El único razonamiento era que lo importante resultaba tener más votos y, según algunos, mayor financiamiento. No comprenden que si Alternativa puede ser lo que su nombre indica en el panorama electoral, será por mostrar una cara propia y diferenciada en el proceso, sobre todo asumiendo, incluso aprovechando la oportunidad, de que por ser un partido de nuevo registro, no pueda realizar, a nivel federal, ninguna alianza.

Pero sí puede realizarla en los ámbitos locales. En el DF, ayer se registró como candidato independiente por el PAN, Demetrio Sodi. En los próximos días, Sodi anunció que se registrará también para esa posición por el partido Alternativa y habría posibilidad de realizar otras alianzas. Para los dos es importante ese acuerdo porque la candidatura independiente de Sodi (y podría suceder lo mismo con la de Beatriz Paredes, desde el PRI), podría funcionar como un gozne entre distintas fuerzas políticas y sobre todo ciudadanas, que le dieran un perfil diferente a esa candidatura. Pero para ello es imprescindible que tenga un componente de izquierda que le otorgue el equilibrio político necesario. Y eso sólo podría provenir de un acuerdo de Sodi con Alternativa. Un perfil interesante podría derivarse del apoyo a esa candidatura, también, por el partido de Nueva Alianza, que en estos días tendrá que tomar decisiones importantes respecto a su futuro.

Por otra parte, luego de las reuniones del fin de semana, el Verde sigue sin definirse aunque muchos aseguran que estaría más cerca del PRI que del PAN (pero en ese sentido nada parece estar aún decidido), y el PRD, luego de amarrar el acuerdo con el PT, aparentemente tendría posibilidades altas de hacer lo mismo con Convergencia. Las alianzas perredistas son, aunque parezca extraño, una confirmación más de que la candidatura de López Obrador se ha debilitado. Hace unos meses, el equipo del ex jefe de gobierno prácticamente desechó al PT y a Convergencia. Cuando se sentaron por primera vez a analizar una alianza electoral, la gente de AMLO, en la cima entonces de la popularidd post desafuero, les dijo que no los necesitaba y les garantizaron, a ambos, un máximo de cuatro diputados a cada uno y el dos por ciento que necesitan para el registro. Por eso Convergencia y el PT estuvieron analizando otras posibilidades, desde el lanzamiento, si éste finalmente se decidía, de Cuauhtémoc Cárdenas hasta las alianzas con el PRI en el caso del PT, y del PAN, en el de Convergencia. Pero en las últimas semanas, esa alianzas que eran prescindibles, según el equipo de AMLO, hace unos meses, se tornaron necesarias y se llegó a rápidos y costosos acuerdos: para la coalición con el PT, quizás el más pequeño de los partidos que pueden coaligarse, el PRD comprometió 13 diputaciones y tres senadurías. Con Convergencia, se supone que el acuerdo tendría que ser un poco más costoso porque el partido de Dante Delgado tiene mayor presencia electoral (si soporta unido este proceso, porque los disensos internos también son intensos allí). En cualquiera de los dos casos se estaría más que duplicando la actual presencia legislativa de ambos partidos. Es una apuesta derivada, ahora sí, de la necesidad, pero también es arriesgada: ya les sucedió al PRD en el 2000, que hizo una serie de acuerdos muy generosos con los partidos pequeños, incluyendo aquel de la sociedad nacionalista de la tristemente célebre familia Riojas, que le garantizó presencia legislativa y el registro a todos sus aliados, pero que dejó al PRD, por la caída electoral de la candidatura de Cárdenas en una situación muy difícil. No se prevé que en julio próximo, la candidatura de López Obrador pueda caer a aquellos niveles del 16 por ciento, pero el PRD también ya está muy lejos de los 40 puntos que aseguraban los publicistas de López Obrador tendría asegurado para los comicios. Si a eso sumamos el que el 70 por ciento, dice Manuel Camacho, de las candidaturas tendrán que ser para externos e independientes, la porción de pastel que queda para los militantes del PRD es muy reducida y puede reducirse más si las cosas no salen tan bien en la campaña electoral como ellos lo esperan o si Marcelo Ebrard se convierte también en el candidato perredista para el DF.

A algunos candidatos no les gustará la tregua, pero en los hechos van a necesitarla, porque tendrán demasiados asuntos internos que arreglar después del 10 de diciembre.

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