La esquizofrenia (o cinismo) legislativo
Columna JFM

La esquizofrenia (o cinismo) legislativo

Si no ocurre algo extraordinario hoy será aprobada en el plano del senado, sin modificaciones, la reforma a la ley de radio y televisión aprobada en diciembre por la cámara de diputados. Desde el punto de vista técnico, la reforma tiene beneficios y falencias, tiene aciertos y errores, pero ya los expertos podrán valorar con mayor precisión los beneficios y prejuicios de la nueva ley. Lo que no debemos perder de vista, es la esquizofrénica dinámica legislativa que marcó la aprobación de estas reformas y que caracteriza el trabajo en el congreso, consecuencia del cual hoy esa instancia del poder es la que menos confianza genera en la ciudadanía.

Si no ocurre algo extraordinario hoy será aprobada en el pleno del senado, sin modificaciones, la reforma a la ley de radio y televisión aprobada en diciembre por la cámara de diputados. Desde el punto de vista técnico, la reforma tiene beneficios y falencias, tiene aciertos y errores, que van desde la seguridad jurídica de los concesionarios y la decisión de licitar las concesiones, entre los primeros, hasta conflictos derivados de la convergencia tecnológica y la conformación de los órganos reguladores entre los segundos.

Pero ya los expertos podrán valorar con mayor precisión los beneficios y prejuicios de la nueva ley. Lo que no debemos perder de vista, desde la perspectiva política es la esquizofrénica dinámica legislativa que marcó la aprobación de estas reformas y que caracteriza, en buena medida, el trabajo en el congreso, consecuencia del cual hoy esa instancia de poder es la que menos confianza genera en la ciudadanía, por debajo de las policías, lo cual, en nuestro país, ya es mucho decir.

La votación en el senado será, en los tres partidos, dividida, pero no olvidemos que la citada reforma se votó en la cámara de diputados por unanimidad, con el apoyo de todos los partidos y que el debate sobre la misma duró, exactamente, siete minutos. Hay cinismo o esquizofrenia: ayer Leonel Cota Montaño pedía “la movilización” de la sociedad para impedir la reforma pero de diciembre hasta ahora no ha dicho una palabra respecto a porqué los diputados del PRD votaron a favor de las mismas. Un grupo de éstos dieron a conocer un comunicado aceptando que se equivocaron al votar la reforma, pero tampoco nos dicen porqué cambiaron de opinión. Más grave es el caso de Pablo Gómez.

Con el ya hace mucho tiempo atrás, dirigente de las juventudes comunistas se puede estar en desacuerdo muchas veces, pero se le debe reconocer talento legislativo y congruencia. Ahora no ha sido así, al contrario, ha adoptado una actitud vergonzosa: ofrece Gómez disculpas porque, dice, “no leyó bien” la iniciativa cuando ordenó a su bancada aprobarla. No puede ser verdad por la sencilla razón de que Pablo Gómez, en ese momento, además de coordinador de la bancada del PRD, era el presidente de la junta de coordinación política de la cámara. La Junta de Coordinación, junto con la mesa directiva, es la encargada, entre muchas otras responsabilidades, de revisar las distintas iniciativas y decidir cuáles, cómo y de qué manera entran al pleno. Es la responsable de “encaminar” el trabajo legislativo. Si Gómez dice que no leyó bien la iniciativa estaría incurriendo en una doble irresponsabilidad, porque, primero, fue quien decidió cuándo y cómo se discutiría la iniciativa, y segundo, porque fue también él quien se tuvo que poner de acuerdo con los otros coordinadores antes de ordenar a sus diputados aprobarla: sencillamente no se puede sacar decisión alguna en el congreso, sin discusión y con un trámite de apenas siete minutos, sin un acuerdo profundo sobre el tema. Decir que no se sabía qué se estaba votando luego de que el tema llevaba años en la agenda legislativa es querer vernos la cara.

En todo caso la pregunta es porqué López Obrador cambió de idea y luego de impulsar la reforma decidió dar marcha atrás. Probablemente por varias razones, pero la principal es porque descubrió que si llega al poder en julio, con esa reforma no podrá establecer una red de radios y televisoras públicas y comunitarias, que le reste un amplio espacio del espectro a las emisoras privadas y que le sirva para recrear, ampliado y dinamizado, el viejo sistema de radio y televisión gubernamental. Por cierto es fue una de las primeras y más enérgicas medidas que tomó Hugo Chávez para evitar la crítica en los medios independientes, incluyendo los que lo ayudaron a llegar al poder.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *