Les falta inteligencia, les sobra ambición
Columna JFM

Les falta inteligencia, les sobra ambición

Roberto Madrazo reaccionó con rapidez a lo sucedido en el consejo político de su partido porque la discrepancia por las listas es determinante para el futuro de su candidatura. Dijo Madrazo ayer que le ?decepcionó mucho? el comportamiento de varios de sus compañeros de partido. ?No les faltan méritos, insistió, les falta conciencia, les falta sabiduría, les falta inteligencia para ver que lo que está por encima es el PRI?. Con un Madrazo que en estos temas siempre busca protegerse, no ingresar en los temas internos de su partido que sabe que son complicados, una serie de definiciones tan tajantes lo que hacen es demostrar, con razón, el tamaño de su preocupación.

Roberto Madrazo reaccionó con rapidez a lo sucedido en el consejo político de su partido porque la discrepancia por las listas es determinante para el futuro de su candidatura. Dijo Madrazo ayer que le “decepcionó mucho” el comportamiento de varios de sus compañeros de partido. “No están a la altura del reto del partido, no se vale anteponer el interés personal al interés del PRI. No les faltan méritos, insistió, les falta conciencia, les falta sabiduría, les falta inteligencia para ver que lo que está por encima es el PRI". Con un Madrazo que en estos temas siempre busca protegerse, no ingresar en los temas internos de su partido que sabe que son complicados, una serie de definiciones tan tajantes lo que hacen es demostrar, con razón, el tamaño de su preocupación.

Las listas se construyeron siguiendo el criterio de que en los estados gobernados por priistas fueran éstos los que decidieran las candidaturas: hubo algunos movimientos pero no se fue mucho más allá. En los estados no gobernados por priistas la decisión fue más compleja pero lo que llama la atención es que en la mayoría de los casos las disconformidades se dieron porque eran demasiados los que querían, quieren, estar en las posiciones plurinominales y no ganar su escaño por mayoría. Ello lo que está demostrando es falta de confianza de muchos ya no sólo en su candidato sino incluso, en la posibilidad de que su partido pueda ganar los 177 distritos que según sus estrategas electorales deberán quedar en manos del tricolor en las próximas elecciones.

Tienen razón Madrazo en estar decepcionado porque las ambiciones de muchos de sus compañeros de partido son incomprensibles. Ahí está el caso de Emilio Chayffet, que luego de muchos esfuerzos “aceptó” sacrificarse y quedar al frente de los diputados priistas hasta el fin de la legislatura. Si bien el ex gobernador mexiquense ha tratado de dar varias explicaciones sobre su insistencia para estar en la lista plurinominal para senadores, la verdad es que ninguna logró hacer desaparecer la idea de que simplemente Chuayffet quería por una cuestión de orgullo o capricho, usted elija el término, estar en esa lista para que evitar que Alfredo del Mazo estuviera por encima de él. Logró un triunfo pírrico: ninguno de los dos está en la lista y con ello disminuye la presencia de su estado en esa fundamental instancia de gobierno. Es incomprensible, además, porqué Chuayffet no aceptó ser candidato por mayoría, para ganar desde allí el escaño: consideró que competir no estaba a su nivel.

Algo similar ha sucedido en Chiapas. Roberto Albores Guillén ha encabezado un movimiento contra su partido porque no está de acuerdo con la designación como candidato a gobernador de José Antonio Aguilar Bodegas y porque Albores Guillén pensó que podría repetir en el cargo, a pesar de que logró, en casi cuatro años de gobierno, entregarle éste a la oposición. Se le ofreció, nos dicen los priistas, posiciones en el estado y en el congreso pero las rechazó. Finalmente se decidió por un candidato de unidad, Aguilar Bodegas, porque el gobernados Pablo Salazar, según algunos priistas, viendo lo que sucedía y con mucho colmillo, se metió en el proceso priista y estaba a punto de decidir él quién sería el candidato del tricolor. Quién sabe si es verdad, pero logró dividir en forma seria a un adversario que, además, tenía amplias posibilidades para las próximas elecciones, y en el río revuelto se llevó al alcalde de Tuxtla, el priista Juan Sabines, que prefirió abandonar una candidatura al senado para buscar la gubernatura…por el PRD.

La lista podría continuar, pero lo cierto es que, por una vez, hay que estar de acuerdo con Madrazo: el problema de muchos priistas no es de méritos partidarios sino de falta de conciencia, sabiduría, inteligencia para comprometerse con su partido. El inconveniente es que muchos madracistas son los que impulsaron esa escuela.

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