AMLO se mantiene?en el segundo lugar
Columna JFM

AMLO se mantiene?en el segundo lugar

La encuesta de Excélsior-Parametría publicada ayer, es una confirmación más de que las tendencias electorales se han invertido y que desde hace ya varias semanas, López Obrador ha dejado de encabezar las expectativas de voto para el dos de julio. En el estudio de Parametría, la ventaja de Calderón es relativamente pequeña, dos puntos menor a la de otros encuestadores, pero lo notable es la tendencia que marca esa encuesta cuando se la observa a lo largo de los meses.

La encuesta de Excélsior-Parametría publicada ayer, es una confirmación más de que las tendencias electorales se han invertido y que desde hace ya varias semanas, López Obrador ha dejado de encabezar las expectativas de voto para el dos de julio. En el estudio de Parametría, la ventaja de Calderón es relativamente pequeña, dos puntos (36 contra 34 por ciento), menor a la de otros encuestadores, pero lo notable es la tendencia que marca esa encuesta cuando se la observa a lo largo de los meses.

El hecho es que en ella, López Obrador ha perdido, desde febrero hasta principios de mayo, seis puntos (estamos hablando de tres millones de votos), mientras que en el mismo lapso Felipe Calderón ha ganado siete puntos (unos tres millones y medio de votos). Si asumimos que la enorme mayoría de los electores de López Obrador estaban entre los considerados cambiantes, debemos asumir que son éstos los que progresivamente han abandonado al candidato de la alianza por el bien de todos, luego de una suma de errores notables del tabasqueño, para apoyar a Calderón. Cuando en febrero pasado, según Parametría, López Obrador tenía 40 por ciento de intenciones de voto y Calderón apenas el 29 por ciento, el primero debería haber suavizado su estrategia, haber usado un lenguaje conciliador, haberse reunido con los empresarios, los banqueros, con los medios de comunicación, haber articulado un discurso incluyente, realmente nacional. Hizo exactamente lo contrario: se endureció, a los empresarios y banqueros no sólo los despreció al no concurrir a sus reuniones sino que además les envió numerosas amenazas: si no lo apoyaban ahora, antes de la elección, les dio a entender, después de ella, ya no podrían contar con él. Un hombre que aspira a gobernar a todos los mexicanos le “ordenó” al presidente Fox, con aquel grito, reiterado por la publicidad callarse:  el “cállate chachalaca” se hizo famoso; cuando fue criticado por el PAN no salió López Obrador a responder sino que envió, en un spot terriblemente desangelado, a Elena Poniatowska a hacerlo; cuando debía debatir con sus oponentes para confrontar sus propuestas, decidió no participar en el debate del 25 de abril a pesar de que en su propio equipo le insistieron en que lo hiciera. Al interior de éste, el desgaste resultó inocultable y las divergencias comenzaron a ser públicas.

Por todo eso la caída de López Obrador. Pero lo que marca su deterioro no son sólo los números electorales, es la notable caída en las opiniones favorables. Ese es el principal dato duro de la encuesta levantada por Francisco Abundis. La llamada opinión efectiva (equivalente a la resta de la opinión positiva y la negativa) de López Obrador cayó de marzo a principios de mayo, 23 puntos. En marzo, el ex jefe de gobierno tenía un 31 por ciento de opinión efectiva (o sea de opiniones favorables por encima de las negativas), hoy es apenas de ocho, queda por debajo de Patricia Mercado (que tiene una opinión efectiva de 11) y muy por debajo de la de Felipe Calderón, que se mantiene en 23 (la más alta de todos los candidatos: Madrazo está en menos 12 y Roberto Campa en menos once). Ese parece ser, hoy, el punto determinante en la campaña de López Obrador: si bien no existe una relación directa sobre esta brusca caída de las opiniones favorables con su baja electoral, es evidente que la misma está minando sus oportunidades y, lógicamente, se debería esperar que mientras no mejore su imagen no podrá remontar en las encuestas.

Si el deterioro de su imagen está siendo un problema grave, no es menor la distribución del voto que muestran las encuestas y que ratifica la de Parametría. El voto de la alianza por el bien de todos está concentrado en apenas siete entidades del país, ubicadas en el centro de la república (Distrito Federal, estado de México, Morelos, Hidalgo, Guerrero, Michoacán, Puebla), donde López Obrador tiene un 47 por ciento de expectativas de voto contra un 29 de Calderón y un 19 de Madrazo. En todo el norte sigue estando en un lejano tercer puesto: allí, Felipe Calderón tiene el 46 por ciento de los votos, Madrazo el 33 y López Obrador el 18. En el sur, la intención de voto está empatada con un 33 por ciento de cada candidato. Esa distribución electoral, puede provocar en la ciudad de México y el área metropolitana, la impresión de que el fenómeno López Obrador es mayor del que existe en realidad, pero para efectos prácticos lo deja muy mal parado en dos sentidos: tanto en la elección presidencial como en la conformación del congreso, porque su voto está concentrado en un tercio de los distritos electorales y en dos de las cinco circunscripciones electorales.

Por eso, cuando se analiza la intención de voto para el congreso, nos encontramos con que el PAN concentra el 35 por ciento, mientras que el PRI se ubica en 32, igual que el perredismo. La diferencia es que por la distribución de votos, es mucho más probable que el PAN o el PRI ganen más distritos que el perredismo y eso hará, independientemente del porcentaje electoral, una diferencia muy importante en la conformación del congreso, tanto entre los diputados como entre los senadores: recordemos que los primeros se eligen con base en 300 distritos que se distribuyen por mayoría y 200 de representación proporcional (divididos en cinco circunscripciones) y en el senado entran dos por cada estado del partido que ganó por mayoría simple, uno por la primera minoría y otros 32 se distribuyen por representación proporcional.

Finalmente, otra mala noticia para López Obrador es que Patricia Mercado aparece, en esta encuesta, con 3 por ciento de expectativas de voto, un porcentaje que no sólo le daría el registro sino que se puede suponer que en buena medida proviene de electores indecisos que en algún momento apoyaron a López Obrador. A 45 días de las elecciones éste es el panorama. López Obrador se ha mantenido, pero en la segunda posición.

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