La publicidad gubernamental alimenta? o mata
Columna JFM

La publicidad gubernamental alimenta? o mata

Mientras las encuestas siguen confirmando las tendencias que marcan, a 45 días de la elección, como ganador a Felipe Calderón, el peso de los factores de poder externos a los comicios, se ha colocado en el centro de debate. Tres son esos factores clave: el conflicto minero, el caso Atenco y la participación del gobierno federal, los estatales y municipales en la campaña.

Mientras las encuestas siguen confirmando las tendencias que marcan, a 45 días de la elección, como ganador a Felipe Calderón (allí está la encuesta de ayer de El Universal), el peso de los factores de poder externos a los comicios, se ha colocado en el centro del debate.

Tres son esos factores clave en la actualidad: uno de ellos es el conflicto minero, que será utilizado por la UNT y grupos sindicales cercanos a AMLO, para presionar al presidente Fox y a Felipe Calderón en sus apariciones públicas, exigiendo, supuestamente, el retorno de Napoleón Gómez Urrutia. El otro, obviamente, es Atenco, con las movilizaciones, cada vez más raquíticas, de los seguidores de Marcos, acompañados por los Francisco Villa que encabeza René Bejarano. En el caso de Atenco es evidente que si hubo una violencia excesiva de algunos policías ello debe ser castigado, pero no podemos perder de vista el centro de los hechos: la provocación montada por los llamados macheteros para generar el enfrentamiento y poder relanzar así al alicaído subcomandante, al tiempo que presionaban “desde la izquierda” a su aliado López Obrador.

El tercer factor ha sido menos publicitado pero puede ser, a fin de cuentas, más útil para aquellos que buscan descalificar el proceso electoral: se trata de la participación del gobierno federal, los estatales y municipales en la campaña. La semana pasada, el IFE explicó que a partir del 23 de mayo próximo, deberá suspenderse cualquier publicidad gubernamental sobre inauguración de obra pública o programas sociales. El propio IFE insistió en que no estábamos hablando de un exhorto, sino de una orden y que la misma era considerada obligatoria para los funcionarios de los tres niveles de gobierno. El problema es que, legalmente, si se dan violaciones a esa norma, éstas deben canalizarse hacia la Fiscalía de Delitos Electorales que encabeza María de los Angeles Fromow y los resultados de cualquier investigación terminarán conociéndose después de los comicios. Hoy, en la cartera de la FEPADE existen ya varios casos muy delicados de claro apoyo gubernamental a los distintos candidatos: paradójicamente, los más graves parecen ir en contra del candidato de la alianza por el bien de todos, sobre todo por dos denuncias muy documentadas: el apoyo del sistema estatal de radio y televisión de Guerrero, que trasmitió en vivo y en directo las giras de López Obrador en la entidad, y el apoyo del municipio de Macuspana, Tabasco, a la gira del propio López Obrador, con espacios y vehículos oficiales en los cuales incluso se transportó el candidato. Recordemos que el presidente municipal de Macuspana es José Ramiro, uno de los hermanos de López Obrador.

El tema es también importante porque se ha considerado como parte del éxito de Felipe Calderón a la presencia mediática del presidente Fox. En realidad, como siempre sucede, si ello es así, se deben tomar en cuenta dos consideraciones: si la labor del mandatario saliente es bien considerada, esa campaña mediática tendrá eco; si no es así, los costos los pagará el candidato del partido en el poder. Hoy, los índices de aceptación de Vicente Fox, están entre los 7 y los 7.5 puntos, lo que lo sigue convirtiendo en un mandatario popular, y ha crecido el índice de aprobación en varios de los principales capítulos del desempeño gubernamental, sobre todo en lo referente a la estabilidad económica y la política social. Recordemos que ello no es definitivo: Zedillo terminó su gestión con un índice de aprobación superior al 7.5 y con la economía creciendo al 7 por ciento anual y ello no se reflejó en votos a favor de Francisco Labastida, aunque también es verdad que Zedillo fue reacio a participar en la campaña. Pero tampoco existía la percepción de que la posible llegada de Fox al poder cambiaría los principales parámetros de la economía o la política nacional.

Ahora no es así y, en realidad, lo que más ha dañado la campaña de López Obrador son sus propios dichos, como aquel de “cállate chachalaca” o la percepción del tabasqueño como un “peligro” para la estabilidad del país. En ese aspecto, la campaña presidencial contra “el populismo” sin duda debe haber tenido algún peso, pero es difícil estimar cuán definitivo puede ser el mismo. En todo caso, ha fortalecido la percepción de que es posible algo así como “un cambio con continuidad”.

El 23 de mayo se supone que ya no habrá publicidad de la obra presidencial, pero dudo que el presidente se vaya a su cabaña en Los Pinos a esperar el resultado electoral. Continuará sus actividades y su debate contra el populismo, probablemente teniendo como adversarios a personajes como Hugo Chávez o Evo Morales.

Pero lo mismo hacen y se supone que seguirán haciendo los gobiernos estatales y sobre todo el del DF. El domingo, la inauguración (como se ha hecho costumbre) de las obras inconclusas del segundo piso del Periférico, fue una verdadera romería popular que estuvo plagada de publicidad de todo tipo para López Obrador y Marcelo Ebrard y donde incluso el discurso de inauguración de Claudia Sheimbaum se convirtió en una arenga de campaña a favor de su candidato. El GDF se ha volcado de lleno en apoyo de AMLO y lo hace sin disimulo alguno. Decía Sheimbaum, en ese discurso que hace seis años, se le hicieron al gobierno del DF acusaciones similares y sin embargo ganaron las elecciones. En parte es verdad, incluso si se habla con Rosario Robles, entonces jefa de gobierno interina, reconoce que caminó en el filo de la legalidad (y en ocasiones más allá de ella) para apoyar a López Obrador y sacar adelante su candidatura. Claro, también cuenta (y eso lo tendrían que tomar en cuenta Encinas y Sheimbaum) cómo apenas asumió el poder en la ciudad, AMLO rompió con todos los que lo habían hecho llegar a esa posición, comenzando por la propia Rosario y Cuauhtémoc Cárdenas. La publicidad (o el dinero, dirían en El Padrino III) es un arma, la política consiste en saber cuándo dispararla.

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