¿Qué hará el presidente Calderón?
Columna JFM

¿Qué hará el presidente Calderón?

Se acabaron el tiempo y los apoyos, desde el martes varios medios internacionales como: New York Times, Financial Times, El País, El Mundo, El ABC, Vanguardia, Le Monde, Washington Post, Dallas Morning News, coinciden en un punto, López Obrador debe acatar la resolución del Tribunal Electoral y aceptar que perdió las elecciones y lo califican en el mejor de los casos de ?irresponsable?.
Calderón será confirmado en unas horas presidente electo. ¿Qué hará. Entonces?

Se acabaron el tiempo y los apoyos. El martes fue el New York Times, ayer el medio internacional que más defendió a López Obrador, el londinense Financial Times, a él lo acompañaron todos los medios de referencia españoles desde El País hasta El Mundo, desde el ABC hasta La Vanguardia, y lo repitió casi toda la prensa europea, comenzando por Le Monde. Antes habían sido los estadounidenses desde el Washington Post hasta el Dallas Morning News. Todos coinciden en un punto: López Obrador debe acatar la resolución del Tribunal Electoral y aceptar que perdió las elecciones. También coinciden con los adjetivos para calificar al tabasqueño, lo llaman, en el mejor de los casos, “irresponsable”.

Coincide la prensa internacional con buena parte de los medios y analistas en México, pero sobre todo con el sentir de la gente: todas las encuestas que se han levantado sobre el tema concuerdan en que la elección fue limpia y no hay motivo para la llamada “resistencia civil” lopezobradorista. Ello se refleja en la cada día menor cantidad de gente en los plantones, en el desprestigio de las autoridades capitalinas, en el desinterés de los demás gobernadores perredistas, se agudiza por los daños económicos producidos por el plantón en Reforma y el Centro Histórico (la cámara de la industria inmobiliaria denunció el martes que hasta ahora se han perdido o suspendido inversiones inmobiliarias por seis millones de pesos en la zona y que el valor de las nuevas construcciones ha caído en un 30 por ciento) y por el hartazgo hasta de los propios simpatizantes de López Obrador. Y si eso es en la capital, el foco lopezobradorista por excelencia, en el resto del país, simplemente se ignora al ex candidato. Si hoy hubiera elecciones difícilmente sobrepasaría el 25 por ciento de los votos.

El Tribunal Electoral decidirá en las próximas horas la calificación y si nos atenemos a sus resoluciones a lo largo de todo el proceso entregará la declaratoria de presidente electo a Felipe Calderón. Sólo en la ciudad de México quedan algunos pocos analistas, algunos muy respetables, otros no tanto, que especulan con la anulación de las elecciones como una opción para garantizar la “gobernabilidad” del país, intentando disfrazar con ese argumento aparentemente ecuánime una irresponsabilidad tan marcada como la del candidato que defienden.

Calderón será confirmado como presidente electo en las próximas horas. ¿Qué hará entonces?. Hasta ahora, ha decidido mantener un bajo perfil para no entrar en una confrontación vacía de contenido con López Obrador, pero en cuanto sea declarado presidente electo comenzará a fungir como tal. Se espera que confirmará en sus primera declaraciones algunos de los temas principales que enarboló desde su campaña para, como nos dijo en una entrevista 72 horas después de las elecciones, aprovechar a plenitud el periodo de transición, de forma tal que el primero de diciembre, las principales propuestas y negociaciones estén ya encarriladas y no comenzar a trabajar desde entonces.

Lo más importante es que Calderón mantiene una conciencia plena de qué debe hacer y cómo llega al poder. Está convencido de que necesita articular una agenda legislativa común, que no puede gobernar solo con su partido e incluso si pudiera no es lo más conveniente para la actual vida política nacional, que debe proponer un gobierno de coalición que sea realmente funcional, operativo y representativo de distintos sectores. Sabe, lo ha dicho, que la actual crisis encierra también una gran oportunidad para buscar los consensos perdidos en el pasado y sobre eso está trabajando ya su equipo.

¿Cuáles serán algunos de los ejes sobre los que comenzará a trabajar apenas sea declarado presidente electo?. No hay mucho secreto al respecto: ratificar la propuesta del gobierno de coalición y de una agenda legislativa que le permita consolidar una amplia mayoría en alianza con otros partidos; asumir que la sociedad exige una política social mucho más activa y que dé resultados en el corto y en el mediano plazo, no sólo en el largo; buscar una política que garantice la creación suficiente de empleos, que fue una de sus principales lemas de campaña. Quizás buscar avances en el tema energético, aprovechando el momento que vive la industria, sin modificar el status de PEMEX y la CFE. Allí está también el tema de las pensiones en el ISSSTE, algunas modificaciones fiscales que podrían incorporarse al paquete económico y dentro de él, un redistribución presupuestal que ponga más el acento en lo social y en la obra pública. Queda pendiente comenzar a buscar propuestas viables en el ámbito de la seguridad, manteniendo las pocas estructuras que han funcionado pero transformando todo lo que deba ser renovado. La idea parece ser no buscar inmediatamente grandes acuerdos, sino colocar sobre la mesa, durante la transición, algunas propuestas, viables para la mayoría de los actores que permitan ir afianzando un diálogo y una búsqueda de acuerdos sobre bases comunes para trabajar de cara al futuro.

En ello habrá tres grandes actores: por una parte el propio Calderón y su futuro gabinete, que deberá ser de un espectro político amplio; por la otra, el congreso que comenzó a mostrar esta semana cómo puede funcionar una mayoría legislativa amplia y eficiente. En tercer lugar y luego de la clasificación presidencial, adoptando un papel mucho más importante, los gobernadores, que terminarán siendo un factor de equilibrio clave entre el ejecutivo federal y el congreso. Es un escenario de política pura combinada con eficiencia y sensibilidad social. Es muy fácil decirlo pero mucho más complicado hacerlo, sobre todo porque durante demasiado tiempo la política real ha estado ausente de la práctica de la mayoría de nuestros actores, dentro y fuera del gobierno.

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