Cinco mentiras impunes
Columna JFM

Cinco mentiras impunes

Me desconcierta profundamente el desplegado publicado el miércoles por el grupo de senadores del PRD. No porque se opongan a la nueva ley del ISSSTE aprobada ayer, están en todo su derecho a hacerlo, sino porque los cinco puntos incluidos en ese documento son, sencillamente, falsos. Ninguno de ellos responde a lo que se aprobó en la cámara alta y se había sancionado previamente en la cámara de diputados.

Me desconcierta profundamente el desplegado publicado el miércoles por el grupo de senadores del PRD. No porque se opongan a la nueva ley del ISSSTE aprobada ayer, están en todo su derecho a hacerlo, sino porque los cinco puntos incluidos en ese documento son, sencillamente, falsos. Ninguno de ellos responde a lo que se aprobó en la cámara alta y se había sancionado previamente en la cámara de diputados.

Por supuesto que ésta no es una reforma en contra de los trabajadores, pero sobre todo, y ese es el primer punto del desplegado de los senadores perredistas no “representa un grave retroceso en las conquistas en materia de seguridad social”. ¿Dónde está el retroceso?. El hecho es que la deuda del ISSSTE era ya insostenible y lo que hubiera sido un retroceso hubiera sido, como ha ocurrido en otros países que no pudieron atender a tiempo una crisis de esa magnitud, es que más temprano que tarde el Estado no pudiera pagar las pensiones, que representarían en el futuro inmediato el 54 por ciento de todo el PIB del país. ¿A poco es un retroceso en las “conquistas” de los trabajadores que el Estado en lugar de financiar las pensiones de los trabajadores del sector público pueda financiar, con esos mismos recursos, desde obras públicas hasta políticas sociales?¿por qué tendría que ser un retroceso que los trabajadores al servicio del Estado en lugar de no saber dónde quedan sus recursos tengan una cuenta personal donde saben cuánto han ahorrado para su retiro?¿desde cuándo se puede calificar como un “retroceso” el que a partir de esta ley los trabajadores al servicio del Estado puedan llevarse, literalmente, esa cuenta de ahorros si pasan del sector público al privado o viceversa?.

El segundo punto del desplegado perredista dice que “se condena a millones de trabajadores al servicio del Estado a no contar con una pensión digna para su vejez e inclusive a vivir en la pobreza”. Lisa y llanamente es otra mentira. Al contrario: hoy si los trabajadores al servicio del Estado no tienen una antigüedad de 20 años en el sector público no reciben ninguna pensión, aunque hayan aportado 19 años, tampoco si compartieron su vida laboral en el sector público y el privado. Además, ninguno de los actuales trabajadores pierde sus derechos: seguirán cobrando, si así lo desean, la pensión que les corresponde de acuerdo con la antigua ley. Los que prefieran acogerse a la nueva ley podrán hacerlo y tendrán un bono adicional en sus cuentas de pensiones. Algunos se mantendrán, de acuerdo con su decisión, en el esquema actual, otros cambiarán al nuevo. Nadie los obliga y lo harán de acuerdo con su conveniencia. Los nuevos trabajadores tendrán un esquema mucho más satisfactorio de pensiones, más remunerativas y con mayores posibilidades de hacer rendir esos recursos. Nadie se quedará, salvo que no aporte, sin una pensión digna.

Otra mentira está en el tercer punto: “se beneficiará sólo a financieros y líderes sindicales, a quienes se les entregarán para su manejo miles de millones de pesos de las aportaciones de los trabajadores”. El fondo de pensiones, llamado Pensionissste, será administrado por el sector público durante los tres primeros años, incluso con la reforma aprobada también ayer a la ley del SAR, se establecen candados para el administrador de esos fondos. Luego de los tres primeros años, serán los trabajadores los que decidirán quién quiere que les administre sus fondos de retiro: podrán quedarse en el Pensionissste o podrán irse a las Afores privadas. ¿Quiénes son los senadores perredistas para tratar a los trabajadores como menores de edad y no otorgarles siquiera el derecho de poder decidir en dónde quieren tener sus recursos para el retiro, en el fondo público o en los privados?. Tendrán tres años para analizar la situación y ningún cambio será corporativo, todos, como las cuentas, serán individuales. ¿De dónde sacan entonces que esos recursos se entregarán a los líderes sindicales?. Es absurdo.

Lo mismo sucede con el cuarto punto que habla del “manejo discrecional sobre los fondos de retiro”. Es, una vez más, mentira. Primero, porque esa afore pública tiene objetivos y candados muy específicos en la ley sobre en qué puede y en qué no puede invertir. O sea que no puede tener un manejo discrecional. Segundo, porque debe tener rendimientos acordes con el mercado. Tercero, porque, en todo caso, y volvemos al punto anterior, los trabajadores tendrán el derecho de cambiar de fondo e ir a uno que les satisfaga.

También es mentira que “se está privatizando” el sistema de pensiones o el servicio de salud pública. El sistema de pensiones queda, hay que insistir en ello, en un fondo público, no privado. Respecto a la subrogación, se está hablando de coordinar servicios de salud, en donde el ISSSTE no tiene cobertura, para que sean los hospitales del sector salud, sean federales o estatales, y los del IMSS los que puedan atender a los derechohabientes del ISSSTE. Sólo en aquellos lugares donde no existan servicios del sector público, se recurrirá a prestadores privados, que no serán ninguno de los grandes, concentrados en grandes ciudades y no en los lugares sin cobertura pública. ¿Preferirían los senadores del PRD que mejor no atienda nadie a los derechohabientes u obligarlos a trasladarse por horas hasta un centro de salud?. Es ridículo. A eso se suma la decisión de no volver a utilizar recursos de los fondos de gastos médicos para otros fines y la aportación de ocho mil millones de pesos para mejorar la atención y los servicios. ¿Dónde está la privatización?: eso lo dicen los senadores perredistas que, por cierto, pese a estar afiliados al ISSSTE no lo utilizan, prefieren pagarse, con costo al erario, sofisticados seguros médicos privados. Para los trabajadores que sí utilizan esos servicios la situación es muy diferente.

Es vergonzoso que se pueda mentir con tanta impunidad en un tema clave para el futuro del país.

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