Calderón en Europa: ni Posadas ni aborto
Columna JFM

Calderón en Europa: ni Posadas ni aborto

El presidente Calderón inició su gira a Europa con un rotundo triunfo político bajo el brazo, luego de recuperar la dirección de su partido en la Asamblea Nacional del PAN. En ese sentido, el recorrido que está haciendo el presidente por el viejo continente deberá enmarcarse en un contexto diferente: el centro del mismo no estará en la espectacularidad de ciertos acontecimientos sino en los amarres, internos y externos, que puedan realizarse de cara al futuro.

El presidente Calderón inició su gira a Europa con un rotundo triunfo político bajo el brazo, luego de recuperar la dirección de su partido en la Asamblea Nacional del PAN. En ese sentido, el recorrido que está haciendo el presidente por el viejo continente deberá enmarcarse en un contexto diferente: el centro del mismo no estará en la espectacularidad de ciertos acontecimientos sino en los amarres, internos y externos, que puedan realizarse de cara al futuro.

Un ejemplo. Sin duda el encuentro del presidente con el papa Benedicto XVI es importante y lo será más la visita del pontífice a México programa para el 2008. Pero probablemente se equivocan quienes sostienen que ese encuentro estuvo marcado por temas como el caso Posadas Ocampo o el aborto. La investigación sobre el asesinato del cardenal Posadas Ocampo está cerrada: el grupo de panistas que está impulsando su reapertura ha hecho lo mismo año con año, en cada coyuntura y jamás ha aportado, como ahora, ninguna prueba adicional sobre el tema. El objetivo parece ser, como casi siempre, netamente político y en esta ocasión pareciera un intento de los grupos de la ultraderecha del PAN, realizado previo a la Asamblea nacional de ese partido, para distraer de los temas que los llevaron a la derrota en ella: es un viejo y gastado recursos tratar de asustar con el tema de la maldad intrínseca de los priistas (como si eso hiciera falta cuando el ex presidente del partido y ex candidato acusa a ex mandatarios de ese partido de traición) para intentar debilitar las posiciones de negociación presidencial, en un momento en el que la administración Calderón está trabajando para sacar las reformas que el país necesita en diversos ámbitos, desde el fiscal hasta el de seguridad. Lo mismo le hizo ese mismo grupo al presidente Fox, que además terminó comprando el pleito una y otra vez, con resultados desastrosos para su administración.

Es verdad, también, que ese grupo está trabajado activamente para lograr la canonización del cardenal Posadas Ocampo y para eso necesitan hacer de su muerte un martirologio. Desgraciadamente no fue así: la muerte del cardenal, sin duda un gran personaje de la iglesia católica en México, se acepte o no la versión oficial de la confusión se debió más a las luchas palaciegas y de poder, relacionadas con los cambios al 130 constitucional, con su influencia en la entonces próxima sucesión presidencial y/o a los enfrentamientos de grupos de poder (de los que el cardenal formaba parte) entre sí y con las distintas organizaciones del narcotráfico. El tema da para mucho más, pero resulta evidente que no fue un asesinato organizado desde el gobierno…para deshacerse de un aliado.

Dudo también que el presidente Calderón haya centrado su conversación con Benedicto XVI, como algunos dicen, en el tema del aborto. Primero, porque sin duda el Papa conoce perfectamente la posición del presidente sobre el tema; segundo, porque, a nivel de Estado, lo más que puede hacer el gobierno federal ante una decisión de la legislatura del DF es lo que hizo: presentar un recurso de inconstitucionalidad. Y ello está ya en manos de la Suprema Corte: no tendría sentido abordar en detalle, perder tiempo en la primera reunión del presidente con el líder del mundo católico con un tema que ambos ya saben que llegó a un límite en el que no se puede hacer nada más.

En todo caso, con Benedicto XVI el presidente Calderón tiene otros temas más importantes que tratar, como la situación de la iglesia católica en México, la relación de ésta con el gobierno; la migración mexicana a los Estados Unidos (recordemos que desde tiempo atrás, tal como lo pensaba Juan Pablo II, Benedicto XVI habla de una nueva evangelización de América del Norte que, para avanzar deberá estar basada, casi necesariamente en los migrantes latinos, sobre todo mexicanos). Todos esos son capítulos más trascendentes en términos políticos que el caso Posadas Ocampo o el aborto en el DF.

Y tampoco será, la visita al Vaticano, la etapa más importante de la gira del presidente Calderón. Hay dos destacan: primero y por sobre todas las cosas, el encuentro con el G-8 en Alemania, un espacio donde México aspira a tener influencia en el futuro, dada la relación existente con Estados Unidos y Canadá. Pero también el encuentro con los representantes del llamado BRIC (Brasil, Rusia, India y China), los países que están señalados a ser los de mayor desarrollo relativo en el mediano y largo plazo y con los cuales los del G-8 quieren establecer una relación privilegiada. México, tiene incluso posibilidades mayores que esas cuatro naciones de contar con un desarrollo firme y sustentable, pero tantos años de rezago, de no realizar las reformas que nuestra inserción en una economía globalizada requiere, dejaron fuera del foco de atención a México y lo concentraron, en Europa, en Brasil. Ahora, en este encuentro podría darse la oportunidad de no sólo institucionalizar una relación sino también de incorporar de lleno a México a ese grupo de naciones y en sus esquemas de relación con el mundo industrializado. El capítulo es clave para comprender a qué jugaremos en el futuro como nación.

También será importante la reunión del presidente Calderón con el nuevo mandatario francés Nicolás Sarkosy. No sólo por la cercanía ideológica que pudiera existir entre ambos, sino también porque es la oportunidad de aprender cómo construir, desde el poder, una mayoría relativamente estable cuando no se cuenta claramente con ella y para analizar una serie de instituciones y mecanismos que intentan, vía la reforma del Estado, ser trasplantados de Francia a México sin contar, en ocasiones con una valoración suficiente de los mismos.

Desde la crisis del 94, como país, hemos puesto lo ojos demasiado en lo interno y demasiado poco en el mundo y en nuestra relación con él. Es una necesidad ineludible que esa visión cambie.

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