Medios e IFE: la clave de las reformas
Columna JFM

Medios e IFE: la clave de las reformas

Para comprender qué sucede en la negociación en torno a la reforma electoral (que va de la mano con la fiscal, la de Pemex y con las posibles modificaciones al formato del informe presidencial), un dato es clave: el próximo primero de septiembre, Manlio Fabio Beltrones dejará la presidencia de la Junta de Coordinación de la cámara de senadores y por lo tanto, también, la presidencia de las instancias relacionadas con la reforma del Estado, su objetivo político de corto y mediano plazo más ambicioso.

Para comprender qué sucede en la negociación en torno a la reforma electoral (que va de la mano con la fiscal, la de Pemex y con las posibles modificaciones al formato del informe presidencial), un dato es clave: el próximo primero de septiembre, Manlio Fabio Beltrones dejará la presidencia de la Junta de Coordinación de la cámara de senadores y por lo tanto, también, la presidencia de las instancias relacionadas con la reforma del Estado, su objetivo político de corto y mediano plazo más ambicioso.

Beltrones se ha convertido, por su operación, por la posición que ocupa y por su experiencia política, en un referente clave del priismo. No es el único por supuesto y gana y pierde como cualquier otro político. Pero su estrategia, que pasa en buena medida por fortalecer posiciones en el control directo o indirecto de espacios e instituciones ha sido fructífera. Quizás, su única derrota en los últimos tiempos fue la apuesta, muy alta y arriesgada, hacia Jorge Hank Rhon, en Baja California. En este sentido, sería muy importante para Beltrones concretar lo que muy probablemente terminará resultando lo sustantivo de la llamada reforma del Estado: el capítulo electoral.

Declaraciones públicas aparte, nadie puede asegurar que no habrá periodo extraordinario: todas las propuestas de reformas están, en los ámbitos de negociación privados que se están realizando, muy avanzadas. Si se llega a un acuerdo habrá extraordinario para sacar en paquete esas propuestas (electoral, fiscal, PEMEX, incluso informe) en la última quincena de agosto, antes de los cambios de directivas en las cámaras de diputados y senadores.

En el tema político-electoral, lo que está en debate son dos cosas: medios y consejo general del IFE. Respecto al tema medios, el PRD (que en forma privada está participando en las negociaciones) ha colocado en el centro de sus intereses que no haya publicidad electoral en los medios electrónicos, salvo aquella que se difunda a través de los tiempos oficiales. Ha decidido no moverse un milímetro de esa propuesta que, por lo menos de palabra, es apoyada, aunque no con el mismo entusiasmo, por el PRI. En realidad, la propuesta de cero publicidad es bastante poco viable y puede terminar siendo contraproducente: con la forma en que se manejan los recursos en nuestras campañas electorales, puede terminar ocasionando un manejo mucho más intenso que ahora de recursos negros, encubiertos. La propuesta que parece abrirse paso y que el PRI podría apoyar, es que se estableciera un porcentaje de las prerrogativas que reciben los partidos destinada a la compra de publicidad, que podría ser la mitad o un tercio, y la contratación podría realizarse a través de la institución electoral, para tener un control mucho mayor de todo el proceso. El problema es que el perredismo no parece estar dispuesto a ceder en ese punto. Y es que en el tema electoral, el PRD parece estar, como en el resto de la agenda, simplemente a la defensiva y buscando respuesta a sus quejas, ficticias o reales, del pasado proceso electoral. No es la primera vez que le ocurre: en 1989-90, tuvieron en sus manos una ambiciosa reforma electoral de la que participaron durante todo el proceso de negociación y, a la última hora, decidieron darle la espalda argumentando la ilegitimidad de la elección de 1988. La reforma salió adelante y fortaleció la posición del PAN y los acuerdos estratégicos de éste con el PRI. En la siguiente elección intermedia, el derrumbe del perredismo fue absoluto. Ahora, en casi todos los espacios (incluyendo los resultados electorales) parece estar ocurriendo exactamente lo mismo.

Pero el tema de medios ha sido atado por el PRI, en la negociación electoral, con otro: la conformación del consejo general del IFE. El priismo y sobre todo Manlio, quieren cambiar a los consejeros electorales. No se trata sólo de cambios en el organismo, sino también de recordar que en ese proceso de integración participó activamente, entonces como líder de la fracción priista en la cámara de diputados, Elba Esther Gordillo. Y el eje del enfrentamiento político de Beltrones pasa por la maestra por razones personales, pero también netamente políticas: se trata de espacios y de capacidades de operación y alianzas. Lo que uno gana el otro lo pierde. O por lo menos así lo entienden ambos. ¿Pueden ser reemplazados los consejeros del IFE?. Desde el punto de vista estrictamente jurídico no, e incluso los asesores legales de la cámara de diputados así se lo han hecho saber a los partidos. De todas formas, aunque no fuera estrictamente legal, sería por lo menos difícil para los consejeros mantenerse en sus cargos sin el respaldo de los partidos políticos. Pero entonces se requeriría un acuerdo: existen, entre otras, dos posibilidades, una de esperar hasta el 2010, cuando debe reemplazarse el consejo general y establecer desde entonces un nuevo mecanismo. O buscar cambios desde ahora, que deberían pasar, muy probablemente, por un reemplazo gradual de consejeros, y que debería surgir de un acuerdo político implícito con los propios miembros del IFE. Si no es así, se entraría en un proceso legal que concluiría con el efecto exactamente contrario al que se busca: las elecciones y sus instituciones entrarían en un cono de sombra que afectaría irremediablemente el proceso federal del 2009, por lo menos.

Y de la misma manera que si se quiere una reforma fiscal, aunque sea parcial, la misma tiene que entrar en vigor de la mano con el presupuesto 2008, si no se realizan los cambios electorales ahora, ya estaríamos, el año próximo, muy cerca de la preparación de los próximos comicios federales. Para Beltrones, además, es muy importante sacar la reforma antes del 1 de septiembre. En eso coincide con el gobierno de Calderón. Y allí está la llave para los demás acuerdos.

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