PRD, una semana para buscar su destino
Columna JFM

PRD, una semana para buscar su destino

El PRD ha terminado designando a Ruth Zavaleta como presidente de la mesa directiva en San Lázaro para el periodo ordinario que comienza el primero de Septiembre. Es una señal que puede resultar interesante. Zavaleta, además de ser una militante con experiencia política y legislativa, concitó la ira de los sectores más duros del lopezobradorismo el primero de diciembre pasado, porque era la perredista que había quedado más cerca de Felipe Calderón cuando éste ingreso al salón de sesiones para rendir protesta.

El PRD ha terminado designando a Ruth Zavaleta como presidente de la mesa directiva en San Lázaro para el periodo ordinario que comienza el primero de septiembre. Es un señal que puede resultar interesante. Zavaleta, además de ser una militante con experiencia política y legislativa, concitó la ira de los sectores más duros del lopezobradorismo el primero de diciembre pasado, porque era la perredista que había quedado más cerca de Felipe Calderón cuando éste ingreso al salón de sesiones para rendir protesta. Al lugar que ocupaba Zavaleta llegó a Manlio Fabio Beltrones, quien le pidió que le dejara el mismo: para algunos hoolingans de su partido, Zavaleta tendría que haber armado, por lo menos, un escándalo. No lo hizo y simplemente dejó el lugar con discreción (en realidad no podía ni debía hacer algo diferente) y ello le granjeó críticas e incluso la oposición del propio López Obrador a que ella presidiera la cámara de diputados.

Pero la mayoría de los legisladores del partido pensaron otra cosa y dieron luz verde a un nombramiento que también buscaba Raymundo Cárdenas, de la corriente del Nuevo Sol, de Amalia García. El hecho confirma la enorme confusión y el doble, triple y hasta cuádruple mensaje que han manejado en el perredismo desde el congreso del fin de semana pasado. El congreso, como se dijo, lo ganó Nueva Izquierda, pero al terminar éste, sus dirigentes presenciaron cómo los sectores más radicales intentaban reventar el mismo. De última hora sacaron una resolución que buscaba impedir el informe de Felipe Calderón para paliar las críticas. El texto hablaba de oponerse, todo mundo lo interpretó como impedirlo y nadie de Nueva Izquierda, por lo menos entre lunes y martes intentó aclarar la confusión. Esos días los dirigentes visitaron a López Obrador y fueron regañados, sobre todo porque el cada vez más intratable ex candidato, les reprochó que hubiera abierto una puerta para el diálogo con el gobierno en el 2008. El propio Carlos Navarrete, después de reunirse el martes con López, salió con un discurso tan contradictorio, que incluso Dolores Padierna estuvo de acuerdo con él. Ello no impidió que en La Jornada, convertida en foro de expresión de los sectores más duros del lopezobradorismo, se publicaran desplegados firmados por esos sectores en los que trataban de traidores a los miembros de Nueva Izquierda y a otros dirigentes, como Pablo Gómez, mientras la línea editorial era tan dura con ellos, que obligó a la publicación de un desplegado firmado y pagado por Jesús Ortega, protestando por ese tratamiento. Pero ya el jueves, cuando se aproximaba la plenaria perredista en Morelia, volvió a producirse un cambio de rumbo. Navarrete comenzó a insistir en que la resolución del Congreso no decía que se impediría al presidente Calderón rendir su informe y el propio coordinador de los senadores, que fue quien encabezó la toma de tribuna el primero de septiembre pasado, comenzó a insistir en que su bancada no haría acto de violencia alguno y que respetaría la ceremonia. El hecho coincidió con un recuento de legisladores que confirmaba que su sector seguía manteniendo, vía distintas alianzas, incluyendo la de Javier González Garza, la mayoría de las bancadas, los dos tercios como para colocar presidente de la mesa, al mismo tiempo que concluían, en los hechos, las negociaciones entre el PRI y el PAN para las reformas fiscal, electoral y del régimen fiscal de PEMEX.

Hubo acuerdo entre esos partidos de llevarle las propuestas ya acordadas al PRD para tratar de sumarlos. Y los líderes de las bancadas vieron una oportunidad de no quedar afuera del proceso. Ello coincidió con una declaración de Creel, en la que dijo que si no se permitía el informe no avanzaría la reforma electoral (la que mas interesa al PRD). Algunos, lo presentaron como una bravuconería del coordinador de los senadores panistas, pero el hecho es que surtió efecto, porque la reforma electoral es parte de la agenda de las oposiciones, no del oficialismo. Allí fue cuando Navarrete y González Garza comenzaron a aceptar que su resolutivo no hablaba de impedir el informe y comenzaron a aceptar que estaban participando en las negociaciones legislativas. Pero también en esos días, Emilio Gamboa Patrón, me adelantó en Imagen Informativa, que las tres iniciativas ya estaban acordadas, y que entrarían a comisiones casi de inmediato para que se votaran iniciando el periodo ordinario. El PRD tenía dos opciones: treparse al tren y aparecer como parte de esas reforma o persistir en su línea de perder-perder en el ámbito del informe y quedarse literalmente sin nada. En Morelia, optaron por lo primero.

Lo hicieron también teniendo enfrente un dato: el candidato perredista en Michoacán, Leonel Godoy, está, a tres meses de las elecciones, apenas tres punto arriba de su contrincante panista Salvador López Orduña. Siendo el presidente de origen michoacano, los sectores moderados del PRD coincidieron en aceptar que impedir el informe, simplemente acabaría con esa mínima diferencia desde ya. Y este año (e incluso en el 2008) para el PRD no hay nada más importante que Michoacán: perder ese estado presagiaría el mayor de los desastres de cara al 2009. Y entonces confirmaron una línea dialogista y institucional, que se reflejó con la candidatura de Ruth Zavaleta.

¿Qué ocurrirá el primero de septiembre? Si existe una mínima lógica nada: Calderón llegará a San Lázaro; quizás, aunque sea difícil pueda pronunciar un pequeño mensaje; hará uno m´sa extenso por televisión y radio; existe la posibilidad de que al momento de la ceremonia Zavaleta se retire de la mesa para no tener que recibir al presidente. Y si todos los compromisos se cumplen, la semana siguiente estarán ya en comisiones el dictamen de las reformas fiscal, de PEMEX y electoral. Todo el escenario está puesto para ello. Sólo falta ahora que el PRD no vuelva a asustarse ante un grito del jefe máximo.

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