GDF: deuda elástica y gastos secretos
Columna JFM

GDF: deuda elástica y gastos secretos

Las cifras no le cuadran al gobierno del Distrito Federal y eso que tiene, a diferencia de la administración capitalina anterior, un equipo financiero talentoso. En su primer informe Marcelo Ebrard se quejó de que ?le quitarán? a la capital tres mil millones de pesos de participaciones federales. Ese mismo día platicamos con el subsecretario de Ingresos de la SHCP, Fernando Sánchez Ugarte, y dijo que no era verdad, que se ha cambiado el sistema para calcular las participaciones, adecuándolo a la población y la contribución de cada entidad, pero que ello no reduce en nada los recursos para el GDF.

Las cifras no le cuadran al gobierno del Distrito Federal y eso que tiene, a diferencia de la administración capitalina anterior, un equipo financiero talentoso. En su primer informe Marcelo Ebrard se quejó de que “le quitarán” a la capital tres mil millones de pesos de participaciones federales. Ese mismo día platicamos con el subsecretario de Ingresos de la SHCP, Fernando Sánchez Ugarte, y dijo que no era verdad, que se ha cambiado el sistema para calcular las participaciones, adecuándolo a la población y la contribución de cada entidad, pero que ello no reduce en nada los recursos para el GDF. Ayer mismo, en la cámara de diputados, en la comisión de Hacienda, aclararon que el DF no sólo no tendrá un presupuesto menor sino que el mismo aumentará, gracias al gasolinazo en unos mil 800 millones de pesos al año, y que por la reforma fiscal en sí en poco más de 7 mil millones: en resumen, nadie le ha quitado al GDF tres mil millones sino que, por el contrario, recibirá en 2008 nueve mil millones de pesos adicionales.

Ese mismo día Ebrard anunció un seguro de desempleo que, dijo, se financiaría con base a los ahorros realizados en la renegociación de la deuda, que suma unos mil 500 millones de pesos. Pero el seguro que propuso Ebrard ocuparía sólo unos cien millones de pesos, de los cuales, entre 80 y 90 millones ya se los proporciona la Federación para financiar un seguro de desempleo que ya existe desde 1984. Así se podrían explicar las cifras, porque esos mismos recursos provenientes del ahorro de la deuda, son los que el propio Ebrard aseguró que se usarían para el mantenimiento y ampliación del deficiente sistema hidráulico de la ciudad. Más adelante, el gobierno capitalino dijo, también, que esos mil 500 millones de pesos serían para “obras de infraestructura”, sin especificar cuàles. Ahora se dice que se pagará un seguro de desempleo para 70 mil personas que ya está pagado en un 90 por ciento.

Los problemas son varios. Uno de ellos es que el GDF que dice que gasta, según informó Ebrard, más de la mitad de su presupuesto en programas sociales, pero no rinde cuenta de ellos. No conocemos el padrón de beneficiarios de ninguno de esos programas que se pagan con recursos públicos, no de la cartera de Ebrard o su secretario de Desarrollo Social, Martí Batres, aunque ambos, en ocasiones, parecen olvidarlo. No hablemos de los gastos de las obras viales de la anterior administración guardados como secretos de estado.

Por eso, quizás, los mil 500 millones de pesos ahorrados (en realidad diferidos) en el pago de la deuda capitalina, pueden estirarse tanto y distribuirse en tan diversos proyectos, aunque las cuentas no cuadren. Porque la deuda del DF sigue siendo un problema: en 1997, cuando asumió el gobierno capitalino Cuauhtémoc Cárdenas, la deuda del GDF era de 11 mil 800 millones de pesos. Al concluir el 2006 había ascendido ya a 44 mil 100 millones. En términos reales el incremento de la deuda fue de 98 por ciento, según cifras oficiales. El DF es la entidad más endeudada del país. Al terminar el 2006, su deuda representaba el 27.5 por ciento del total de la deuda de todas las entidades federativas de México. Si en 1997, la deuda representaba el 31.5 por ciento de los ingresos del gobierno capitalino, al inicio de la administración de Ebrard ese porcentaje era del 98 por ciento: o sea que la deuda es igual a todo lo que recauda por cuenta propia el GDF. Incluso representaba el 77.8 por ciento de todas las participaciones federales que recibe el gobierno capitalino. Y si alguien tiene dudas respecto al mal manejo financiero del gobierno lopezobradorista, habría que recordar que el servicio (o sea los intereses de la deuda) pasaron del 3.8 por ciento de las participaciones federales que recibe el gobierno capitalino al 11.6 por ciento en el 2006. Fue por esas consideraciones que el gobierno federal autorizó la renegociación de la deuda capitalina. Hay que recordar un punto: la única entidad del país que tiene como garante de su deuda a la Federación es el GDF. Los otros 31 estados son responsables por sí mismos de sus finanzas y de su endeudamiento. En otras palabras, si el DF no paga le cobran a la Federación.

La “refinanciación” de la deuda extendió el plazo de pago de intereses de 8 a 30 años, y permitió, como se dijo, un ahorro anual de mil 500 millones. Es un ahorro parcial porque en el futuro se tendrán que pagar esos intereses, pero por lo pronto, el compromiso es que se crearía un fideicomiso en el cual se depositarán las participaciones federales necesarias para pagar esas obligaciones. Pero en el mismo acuerdo, el gobierno capitalino se comprometió con la secretaría de Hacienda a transparentar sus gastos y a establecer nuevos indicares respecto a la forma en que gastaría esos ahorros, con el compromiso explícito de utilizarlos en infraestructura, sobre todo agua y drenaje. No se dijo una palabra de programas de desempleo sin mecanismos de control transparentes.

Pero hay un problema adicional. Para reestructurar la deuda el GDF contrató los servicios de la empresa Protego (que encabeza Pedro Aspe). Como se estipula en el contrato respectivo, por esa labor, Protego recibió un millón de pesos más IVA, pagaderos a cien mil pesos mensuales. Lo que se ha ocultado es cuanto suma el llamado sucess fee, o sea la comisión de éxito que recibe una empresa de esas características como porcentaje del monto a reestructurar. En el mercado ese porcentaje es de un 0.5 a un 1 por ciento del total del monto renegociado. De acuerdo con el monto que se reestructuró (38 mil 342 millones de pesos), la comisión por éxito de mercado de Protego tiene que haber sido de entre 190 y 383 millones de pesos. Pero la cifra real que se pagó por la reestructuración de la deuda es tan secreta como la lista de beneficiarios de la pensión para adultos mayores.

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