Propósitos de Año Nuevo
Columna JFM

Propósitos de Año Nuevo

¿Cuáles habrán sido los propósitos de Felipe Calderón mientras se tomaba unos días de descanso y recibía el año nuevo en Acapulco?¿en qué medida esos deseos y propósitos pueden coincidir con el de la mayoría de los mexicanos?¿tendrá el presidente que hacer coincidir sus propósitos con los de la mayoría o tendrá, en este 2008, que trabajar para que los suyos se trasminen hacia la gente?. Porque nadie puede gobernar de espaldas a la gente, pero tampoco puede hacerlo teniendo como proyecto estratégico el resultado de las encuestas.

¿Cuáles habrán sido los propósitos de Felipe Calderón mientras se tomaba unos días de descanso y recibía el año nuevo en Acapulco?¿en qué medida esos deseos y propósitos pueden coincidir con el de la mayoría de los mexicanos?¿tendrá el presidente que hacer coincidir sus propósitos con los de la mayoría o tendrá, en este 2008, que trabajar para que los suyos se trasminen hacia la gente? Porque nadie puede gobernar de espaldas a la gente, pero tampoco puede hacerlo teniendo como proyecto estratégico el resultado de las encuestas.

No conozco los propósitos de Felipe Calderón pero no me cabe duda que éste debe ser el año de las definiciones para el gobierno federal: el año en que tendrá que mostrarnos con toda claridad qué quiere, con quiénes y cómo. Tendrá el presidente Calderón que tomar decisiones similares a las que adoptó casi tres años antes de la elección, cuando decidió quemar naves, abandonar la comodidad de un puesto en el gabinete que le haría las cosas más fáciles, que no lo enviaría “al lado oscuro de la luna”, como él mismo ha dicho, pero que prácticamente también le garantizaba que no ganaría ni la candidatura ni mucho menos la elección. El 2008 determinará las tendencias del futuro. No es una exageración ni un lugar común.

Cómo actuará el gobierno federal podremos saberlo relativamente rápido. Hay una tendencia natural para que aumenten los precios. No es un proceso exclusivamente nacional y no se trata sólo de la tradicional cuesta de enero. Se trata de procesos profundos y que no está en las manos de los mexicanos resolver (el alto precio de las materias primas, de los insumos básicos, de los productos agrícolas, del petróleo) pero que deberán tener una respuesta nacional. Establecer el control de precios, como han exigido algunas voces del PRD y el PRI, es absurdo: lo único que logra, ya lo sabemos, es terminar de distorsionar el mercado, incrementar la especulación y disparar la inflación. Pero se necesitan acuerdos, convenios, pactos: política para enfrentar el problema. Arrancamos el 2008 con esa amenaza y nadie ha visto al secretario de Economía, Eduardo Sojo, explicando en los medios, negociando, asumiendo compromisos, dando la cara. La economía es, en buena medida, una cuestión de percepciones: y si algunos medios, políticos y especialistas insisten en que se verá en serios problemas, eso será lo que creerá la gente, y desde esa lógica actuará. ¿Dónde están los hombres y mujeres del poder para hacer frente a uno de los conflictos político-económico-sociales más delicados de este año? Nadie lo sabe.

Ello va de la mano con la apertura del sector agrícola del TLC. Ya Pablo Hiriart en un par de magníficas columnas, ha dejado en claro los beneficios que ha generado el Tratado de Libre Comercio en estos años, incluyendo en forma destacada, al sector agropecuario. Pero durante los últimos 15 años ni los gobiernos, ni los productores ni los legisladores han trabajado para explotar los beneficios y reducir los efectos negativos que cualquier proceso de apertura genera. Con la apertura que entró en vigor este primero de enero no tendría, en realidad, que suceder prácticamente nada: el mercado estaba abierto desde tiempo atrás, los apoyos al campo permiten absorber la mayor parte de los efectos negativos y no tendrían porque dispararse los precios ni hundirse la producción. Por el contrario: estamos en una etapa de precios altos y si la misma es aprovechada eficientemente puede resultar benéfica para el campo. ¿Qué ciertos precios de productos básicos tendrán una tendencia al alza? Sí, es verdad, se trata de una tendencia global. Pero los beneficios pueden ser mayores. El problema es que nadie se molesta en explicarlo, en mostrar los amortiguadores existentes y sino están en crearlos. Pero ¿dónde está el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas, para dar esa pelea, para debatir, para apoyar, para llegar a acuerdos con los grandes y pequeños productores, para buscar consensos y desmentir las versiones falsas? Nadie sabe.

Este debería ser el año de la reforma energética. El petróleo ha llegado ya a los 100 dólares por barril. Nadie prevé que haya una disminución del consumo o una caída de los precios. México no es una excepción: consumimos cada día mayor energía y ello tiene efecto en los precios. Paradójicamente en el mejor momento del sector y cuando tenemos enormes ventajas diferenciales, existen presiones para que vayamos hacia atrás, para que conservemos intacto un esquema legal y productivo que simplemente ya es una rémora del pasado. Siempre se dice que sólo en Corea del Norte mantienen un esquema legal sobre la energía similar al nuestro. Pues bien, ellos también acaban de cambiarlo. Nos hemos quedado solos. Tenemos crudo, gas, podemos generar todo tipo de energéticos y derivados, podemos explotar energía alternativas, desde la atómica hasta la eólica. Es una batalla que se debe dar y ganar: ¿quién la está dando?¿cuántas veces ha visto a la secretaria de energía, Georgina Kessel haciendo política, convenciendo, buscando acuerdos, dando la lucha sobre el tema?

Y si la economía tendrá problemas, si el campo tendrá que adaptarse a lo nuevo, incluso si en la energía se tendrá que trabajar durante años para que dé todo lo que puede ¿qué es lo que queda?: la política social, el trabajo del Estado para disminuir las desigualdades, para atenuar los problemas, para demostrar que el camino elegido mejora la calidad de vida. Se está haciendo mucho o poco sobre el tema: ¿pero usted vio a la secretaria de desarrollo social dando esa pelea en los medios, ante la sociedad? La lista podría continuar en casi todos los ámbitos: el presidente Calderón tendrá que tomar, sin duda, definiciones sobre el camino a seguir, pero también su equipo, su gente, la forma que tienen de hacer y entender la política tendrá que asumir esas mismas definiciones.

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