Encinas sólo acepta sus propias reglas de juego
Columna JFM

Encinas sólo acepta sus propias reglas de juego

Toda la presión para romper los márgenes de estabilidad del país se concentrarán en las próximas horas en una serie de eventos que están orientados, todos, por los mismo actores. El punto central es la elección de las nuevas dirigencias del perredismo, a nivel nacional y local. El lopezobradorismo, que no cuenta hoy con mayoría en ninguna de las cámaras ni en las gubernaturas (y tolera una disciplina a medias en el DF) ha apostado todo para ganar las elecciones internas, violando, el propio López Obrador, la normatividad de su propio partido.

Toda la presión para romper los márgenes de estabilidad del país se concentrarán en las próximas horas en una serie de eventos que están orientados, todos, por los mismo actores. El punto central es la elección de las nuevas dirigencias del perredismo, a nivel nacional y local. El lopezobradorismo, que no cuenta hoy con mayoría en ninguna de las cámaras ni en las gubernaturas (y tolera una disciplina a medias en el DF) ha apostado todo para ganar las elecciones internas, violando, el propio López Obrador, la normatividad de su propio partido.

El mismo López Obrador que en el 2006 se quejaba de que el presidente Fox hacía campaña a favor de su candidato, hoy ostentándose como “presidente legítimo” ha hecho una pública, abierta campaña a favor de Alejandro Encinas, campaña que, además, nadie ha dicho con qué recursos fue pagada. Como la campaña violó los estatutos y las normas del propio PRD, algunos candidatos del partido han elevado sus quejas al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y Alejandro Encinas, en una declaración que habrá que recordar, sobre todo si gana la presidencia del partido, deslegitimó esas quejas porque dijo que él considera que esas instituciones electorales, estamos hablando del IFE y el Tribunal Electoral, “no son legítimos” y por lo tanto no les reconoce autoridad.

En esa declaración de Encinas se encierra el verdadero debate que confronta hoy al PRD: si las instituciones electorales no son legales, si no son legítimas, ¿a qué instituciones responderá el PRD?. Los partidos, dice la constitución, son instituciones de interés público, y como tales deben aceptar normas y criterios, entre ellos la regulación por parte del IFE y del Trife. Si Encinas considera que su partido no puede aceptar esas regulación, entonces no considera a su partido como una institución de interés público y por lo tanto, si va a actuar fuera de las normas, lo menos que podría hacer es rechazar el financiamiento público que se le otorga a los partidos con la condición de que acepten esas normas que Encinas dice que no aceptará. Es absurdo y se repite en casi todos los pasos que da esta ala del perredismo: pareciera que la legalidad sólo se aplica a los otros. Ellos exigen y reciben el financiamiento público, los espacios gratis en los medios, los cargos de elección popular, pero no aceptan la existencia de las normas y las instituciones que les proporcionan todo eso. En campaña la responsabilidad que exigen para los demás, no la cumplen ellos mismos. En los temas políticos una denuncia pública, legítima o no, consideran que debe tratarse en los medios y en tribunales ad hoc, no en las instituciones de justicia, porque tampoco las consideran legítimas. No condenan la violencia salvo que les afecte a ellos o a sus aliados, en contra de sus adversarios es legítima. Exigen austeridad y transparencia y nadie sabe de qué viven algunos de sus dirigentes, comenzando por el más prominente de ellos, y decretan como un secreto de Estado (que no se pueden develar en una década) los costos de las obras públicas que entregaron por adjudicación directa. En otras palabras juegan con otras reglas del juego, con las suyas, no con las de un sistema democrático.

Este domingo, la coartada la volverán a utilizar: Encinas ha dicho que gane o pierda no “judicializará” la elección interna, y algunos han entendido, erróneamente, que no impugnará los resultados. Si se lee la declaración completa lo que dijo es que no recurrirá a los tribunales porque no los considera legítimos y que, la ropa sucia, la lavará en casa. En otras palabras, si pierde desconocerá los resultados pero no recurrirá a ninguna instancia legal para que dirima si tiene o no razón. Es una copia de la estrategia del 2006: como las instituciones no oficializaron el resultado exigido, éstas son enviadas “al diablo” y no se las reconoce. Con esa lógica la única posibilidad de la aceptación por parte de estos sectores de un resultado electoral, sea interno o abierto, es que ellos ganen.

De la mano con esa lógica de polarización van el conflicto de Luz y Fuerza del Centro, con un sindicato que ya no sabe que pedir además de los tratamientos de delfinoterapia y equinoterapia para sus afiliados, olvidando que tienen un hoyo negro financiero en su empresa de casi 4 mil millones de dólares anuales. O el conflicto en la UAM exigiendo aumentos salariales que exceden todos los límites establecidos en las otras universidades públicas del país. O la vergonzosa posición de ese grupo nucleado en el EPR y sus epígonos, muchos de ellos participantes también en la elección perredista, que no tienen la entereza, siquiera, de reconocer a los suyos y nos cuentan unas historias absurdas, inverosímiles, de sus lazos con un grupo terrorista y narcotraficante como las FARC (porque señores del EPR, no es un invento del CISEN la abierta participación de las FARC en el narcotráfico, incluyendo nuestro país: se trata de información dura, pública, confirmable, aceptada por todos los países que se han visto afectados por las actividades de esa organización criminal que tiene como rehenes, en condiciones inhumanas, a decenas de inocentes, que colocó carros bomba en centro comerciales asesinando a cientos de personas, no verlo es convertirse en cómplice de esos hechos).

El escenario está preparado para la confrontación: si gana Encinas será entendido como que esa confrontación se “legitimó” por la elección interna. Si no gana Encinas, la coartada será que, una vez más, hubo fraude y que ello es lo que ocasiona la confrontación e incluso la violencia. Insistimos, no se puede establecer un juego democrático con quien utiliza reglas diferentes, distintas, propias, para participar en él.

PD: estas semanas han sido especialmente complejas. Nos tomaremos un descanso y el lunes 24 estaremos nuevamente con ustedes. Gracias

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