El caso Creel y la lucha por el PAN
Columna JFM

El caso Creel y la lucha por el PAN

La designación de los coordinadores parlamentarios del PAN es una atribución de su presidente nacional. La norma puede ser controvertida, pero la intención de la misma es colocar en la misma línea a los grupos parlamentarios con la dirección del partido. En uso de esas atribuciones, Germán Martínez, en una decisión que no puede haber sido inconsulta, decidió la semana pasada, reemplazar a Santiago Creel de la coordinación de los senadores del PAN.

La designación de los coordinadores parlamentarios del PAN es una atribución de su presidente nacional. La norma puede ser controvertida, pero la intención de la misma es colocar en la misma línea a los grupos parlamentarios con la dirección del partido. En uso de esas atribuciones, Germán Martínez, en una decisión que no puede haber sido inconsulta, decidió la semana pasada, reemplazar a Santiago Creel de la coordinación de los senadores del PAN.

Lo que llama la atención es que buena parte de quienes han salido a apoyar a Creel son los mismos que apenas días atrás lo criticaban o quienes se vieron beneficiados por errores de operación (por lo menos así se las considera desde la dirección del PAN) del propio ex coordinador. Nada tiene que ver lo sucedido con la relación de Santiago con las televisoras, o con las avatares de su vida personal, aunque ello pudiera estar en la balanza. Tampoco con alguna encuesta de popularidad de cara al 2012 (por lo menos en el caso del calderonismo la búsqueda de esa candidatura no se planteará hasta que concluya el 2009, y el propio Calderón es conciente de que cuando comenzó su propia carrera por la presidencia no era conocido por más del 6 por ciento de la población). La diferencia real, profunda, pasa por un tema mucho más delicado: el perfil y la ubicación como partido político de Acción Nacional y la lucha por el control de éste.

Independientemente de la eficiencia en su accionar, incluso de sus posiciones personales, en muchas ocasiones liberales, lo cierto es que Santiago ha seguido muy cerca de los sectores más conservadores del PAN, alineados en torno a Manuel Espino y el propio ex presidente Vicente Fox. Pero también, un hombre de contradicciones, buena parte de sus acuerdos legislativos con el PRD, como la consulta de casi tres meses cuando ya existía un acuerdo con el PRI para realizar la misma durante un periodo más corto, se realizaron sin consensos previos con el Ejecutivo y la dirección del partido. Como está sucediendo con Espino, la derecha extrema en el panismo parece estar confluyendo con sectores del PRD, quizás no en otros capítulos, pero sí en uno clave que les interesa por razones distintas: boicotear todo lo posible al gobierno de Felipe Calderón y tratar de evitar lo que es uno de los mayores objetivos políticos de éste: mover al PAN hacia el centro, hacia posiciones liberales en política, economía y sociedad. Y lo que busca la derecha panista es hacer con el gobierno una operación, en sentido contrario pero similar, a la que en su momento realizó Calderón, de colocarse como una opción de gobierno dentro del PAN en este caso enfrentada al calderonismo.

En ese sentido Creel era y sigue siendo, la única carta que esos sectores panistas pueden presentar de cara al futuro, aunque cualquier análisis desapasionado demostraría que sería un candidato por lo menos endeble, vulnerable. Y lo es, por encima de sus talentos, que los tiene, porque resulta profundamente contradictorio a la hora de tomar decisiones: en Gobernación jugó a no apoyar medidas de mano dura, pero por otra parte, perdió el control del país y de la situación; en el proceso interno del PAN se basó en el apoyo de Vicente Fox para imponer primero a Manuel Espino y luego para tratar de deshacerse de sus competidores, pero terminó sin comprender a su partido y fue arrollado por Calderón, al que trató de bloquearle sus espacios en medios vía el apoyó a las televisoras. Pero cuando fue derrotado se volcó contra ellas y quedó mal con todos. La historia de esas contradicciones podrían continuar pero lo cierto es que eso lo hizo poco confiable para un gobierno, como el de Calderón que, con aciertos y errores ha hecho de la lealtad y la confiabilidad personal un eje de integración y articulación . Y en su accionar a lo largo de más de año y medio, la relación de Creel con el presidente Calderón no mejoró, sino que continuó deteriorándose. Y finalmente estalló la semana pasada, por la disconformidad sobre el manejo de la agenda gubernamental y partidaria en el senado.

El tema es delicado porque en 2009 no hay renovación de senadores, éstos continúan hasta el 2012 en sus puestos, y en la cámara alta, el antecesor de Germán Martínez colocó a muchos de sus partidarios para fortalecer sus posiciones.  Santiago Creel fue designado coordinador por Espino y no hubo consulta previa con el presidente Calderón. El equipo más cercano del propio Creel no se abrió a la participación de calderonistas y en las últimas semanas, el desempeño público en torno a la reforma petrolera había dejado profundamente insatisfechos a la dirigencia del partido y al gobierno. Y comenzaron a surgir las dudas de si se trataba de diferencias de opinión o de una operación política de más largo plazo. Coincidió con una reaparición de Espino y sus declaraciones sobre la estrategia de seguridad del gobierno que constituían una ruptura con el calderonismo. Y volvió a hablarse de la posibilidad de que la derecha panista pueda buscar construir para el futuro (no para el 2009 sino para el 2012) una expresión política propia. Por ello, esa corriente necesita fortalecer sus posiciones en el congreso, porque está perdiendo posiciones en los estados y en el 2009 sus posibilidades se verán seriamente afectadas si se consolida la corriente calderonista.

Quitar a Creel de la coordinación era entonces, una exigencia política en la búsqueda, incluso tardía, de homogeneizar las cosas en el partido, moverlo al centro y ser menos vulnerables a la amenazas de la derecha de escindirse. El proceso, por supuesto, no comienza ni concluye con el reemplazo de Creel. Vienen esta semana los cambios en el comité ejecutivo con la incorporación de Juan Ignacio Zavala y Rogelio Carvajal, y continuará con mayores movimientos en el futuro, porque el gobierno sabe que en el 2009 deberá dar una batalla vital para su futuro.

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