Lujambio, Jiménez, De la Garza: fuera del lugar común
Columna JFM

Lujambio, Jiménez, De la Garza: fuera del lugar común

Si la decisión de Josefina Vázquez Mota para competir por una diputación pudo ser percibida como un triunfo de Elba Esther Gordillo, ello, en términos de política real se debería matizar con dos hechos: la designación de Alonso Lujambio en la SEP y la salida de Miguel Angel Jiménez de la Lotería Nacional.

Si la decisión de Josefina Vázquez Mota para competir por una diputación pudo ser percibida como un triunfo de Elba Esther Gordillo, ello, en términos de política real se debería matizar con dos hechos: la designación de Alonso Lujambio en la SEP y la salida de Miguel Angel Jiménez de la Lotería Nacional.

Lujambio no es un político con experiencia como funcionario gubernamental aunque su paso por el IFE y por el IFAI le han permitido conocer de cerca y participar en varios de los principales procesos políticos del país en los últimos años. Es verdad, como se dijo en la última semana, que se podría haber optado por un político con mayor experiencia en el área, pero tampoco sería tan sencillo encontrarlo en el PAN sin una marca que no lo hiciera sospechoso de interferir en la educación laica o en el PRI en medio de una campaña durísima entre ese partido y el PAN y menos aún en el perredismo. Se podría haber buscado en el mundo intelectual pero la verdad es diferente operar en la SEP que, por ejemplo, en el Consejo para la Cultura y las Artes y no hay muchas Consuelo Saizar. Lujambio en ese sentido cumple correctamente con el perfil y el espacio que debe ocupar: es un hombre honesto que se deberá encargar de uno de los presupuestos más altos y sensibles de la administración federal. Es un hombre inteligente y culto, con buenas relaciones con el mundo de la educación y la intelectualidad. Podrá tener una buena relación con Elba Esther Gordillo si no apuesta por la polarización y en ese sentido me imagino que Emilio Zebadúa, compañero de Lujambio en el IFE y hoy en la Fundación SNTE (y una de las personas más capacitadas del entorno de la maestra) tendrá un espacio de interlocución especial con el nuevo secretario.

Lo que no puede hacer Lujambio es escuchar a quienes, sin que se haya siquiera sentado en el escritorio de Vasconcelos, están ya haciendo planes futuristas para su gestión. El tema hoy en la SEP es sacar adelante la alianza por la calidad de la educación en un contexto en el cual por lo menos cuatro estados no la respaldan, donde el sindicato demostró su capacidad de operación en la revisión del contrato colectivo y en la cual hay muchos temas que son claves para la administración Calderón. En la alianza hay temas de corto y de largo plazo: todos los mecanismos de calidad de la educación y de la carrera magisterial por supuesto que deben mantenerse pero en el corto plazo el tema es la economía y consolidar los ambiciosos proyectos de infraestructura que pasan desde los más modestos de lograr que las escuelas tengan techos, pupitres y baños, o lograr que tengan acceso a Internet son claves en el periodo. Y todo eso deberá pasar por consolidar un proyecto que ya se había echado a andar pero al que le falta aún mucho por recorrer que es el programa de escuela segura. Allí están los programas y los eslabones para ir sacando adelante el sistema educativo. Concentrarse en el grado de amistad o confrontación entre el titular de la secretaría y la líder del sindicato me parece un ejercicio político estéril, vano y que sólo puede concluir en la personalización de un proceso que va mucho más allá de esos actores. Y creo que Lujambio, apelando sobre todo a la experiencia que ganó en el IFE, sabe perfectamente como se pueden mantener esos equilibrios.

En esos términos se debe ver la caída de Miguel Angel Jiménez de la Lotería Nacional. Por más que el ex legislador de Nueva Alianza haya insistido en que su separación es temporal la sospecha sobre su accionar hace inaceptable su regreso a esa posición. Jiménez debe ser investigado y si se comprueba algún delito, castigado, pero por lo pronto no puede regresar a la Lotería. Se dirá que si hipotéticamente Elba ganó con la salida de Josefina, perdió con la de Jiménez: en la lógica de la simplificación peude ser, pero el tema es mucho más complejo. Gordillo ha calificado a Jiménez por lo menos de traidor en privado y no ha movido nada para mantenerlo en su posición, al contrario: ha dejado en claro que no tiene su apoyo. Ese es un dato duro, como debería serlo que mantener una institución como la Lotería en manos de políticos cercanos a la líder del SNTE no le ayuda a nadie, como se ha comprobado en los últimos meses. El presidente tiene la oportunidad de colocar en esa posición a alguien que sea evidente que le responde a él y a las autoridades de las que depende la Lotería, donde las señales políticas que se envían son más importantes que los verdaderos recursos que se manejan.

Allí podría haber encajado bien Bernardo de la Garza, a quien sorpresivamente le fue encargada la Conade. Tengo desde años atrás una buena opinión de De la Garza: es eficiente y serio, pero fuera de que le guste algún deporte no le veo la menor relación con la posición que se le ha encomendado. Es verdad que el presidente Calderón está muy interesado en el deporte (tanto que se dice que su intervención personal fue decisiva para convencer a Javier El Vasco Aguirre para que se hiciera cargo de la selección de futbol) y sabe lo que representa para la gente ver a sus deportistas siendo exitosos. Es verdad también que la experiencia de colocar a personajes de ese mundo en la administración pública no siempre ha funcionado adecuadamente (no funcionó bien con Carlos Hermosillo y menos aún en el DF con la ahora candidata perredista Gabriela Guevara). Quizás se requiera de un político para poner orden en un mundo muy desordenado, con enormes intereses personales, con un deporte olímpico que no le rinde cuentas a nadie y federaciones profesionales que se manejan como negocios privados. En el deporte hay cacicazgos que no tienen nada que envidiarle a los sindicatos más corporativistas del país. No sé si Bernardo tiene el perfil que se requiere para acometer esa tarea. Esperemos porque allí está todo por hacer.

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