La agenda para después de la epidemia
Columna JFM

La agenda para después de la epidemia

La epidemia de influenza todavía está allí y la enfermedad tardará muchos meses en estar completamente controlada, en México y en el mundo. Pero los niveles de la emergencia se están reduciendo y lo cierto es que luego de estas semanas donde todo estuvo ocupado por ella, es hora de comenzar a analizar cómo han quedado las cosas y los pendientes que las autoridades, federales y locales, deberán afrontar.

La epidemia de influenza todavía está allí y la enfermedad tardará muchos meses en estar completamente controlada, en México y en el mundo. Pero los niveles de la emergencia se están reduciendo y lo cierto es que luego de estas semanas donde todo estuvo ocupado por ella, es hora de comenzar a analizar cómo han quedado las cosas y los pendientes que las autoridades, federales y locales, deberán afrontar.

En primer lugar está la economía. Como si no fueran suficientes los que genera el combate al crimen organizado y la crisis económica internacional, la epidemia ha generado un costo muy alto en algunos sectores que se ha acrecentado, como hemos dicho, con algunas medidas de sobrerreacción de ciertas autoridades. El secretario Agustín Carstens confía en que a partir de julio podremos ver un regreso del crecimiento, pero lo importante es saber qué medidas se tomarán ahora. Carstens anunció algunas y distintos programas de apoyo, pero la verdad es que la población, bombardeada todavía por la información sobre medidas preventivas (y en el tiempo que le queda libre por la publicidad de los partidos y el IFE) no tiene idea de cómo saldrá del hoyo. Es verdad que el Estado no puede convertirse en el salvador de todos, pero al igual que en las medidas de prevención (que son tantas y tan difíciles de cumplir que llevan a que no se cumplan ni las importantes ni las inútiles) se requiere de claridad y sencillez. Es muy importante la conformación de fondos de contingencia o de reducciones fiscales para el futuro, pero hay cosas mucho más inmediatas: ¿qué pasará con los salarios de las personas que no pudieron trabajar en estos días o que no pueden hacerlo aún?. Mecanismos como el anunciado por el DF para los meseros de los restaurantes han demostrado su absoluto fracaso e imposibilidad de implementación. ¿Qué hacer?¿quién asumirá la pérdida y si es así quién tendrá alguna compensación por ello?. Porque una cosa es hacer llamados a que se paguen los salarios y otra muy diferente es que ello ocurra.

¿Qué se hará para restaurar la imagen turística de México?. No solemos darle al turismo la importancia que tiene en nuestra economía pero es nuestra segunda fuente de ingresos y son millones los mexicanos que de una u otra forma dependen de él. Y lo que se ve en estos días es una imagen desoladora de la mayoría de los centros turísticos internacionales: y no nos engañemos, buena parte de los ataques xenófobos que se han generado son parte también de una fría competencia internacional por mercados, inversiones y turismo que poco tiene que ver con la influenza (y la respuesta tendría que transitar también por ese camino).

¿Qué ha pasado con los proyectos de infraestructura pendientes?. En las más altas fuentes presidenciales se aseguró que la salida de Luis Téllez de la secretaría de Comunicaciones y Transportes estuvo más relacionada con la falta de implementación del plan de infraestructura que debía ser el eje en torno al cual girara la estrategia económica anticrisis que con aquellas tristemente célebres llamadas telefónicas. Pues bien, hoy esa estrategia es más urgente que nunca y la situación sanitaria del país en realidad no impide en absoluto que la misma pueda echarse a andar de una vez. Hay decisiones pendientes en telecomunicaciones, en obras carreteras, en aeropuertos, en puertos, como Punta Colonet, y en otro tipo de obras de infraestructura como la nueva refinería (aunque ello es competencia de Pemex, no de la SCT) que serían para la recuperación de la imagen, la confianza y la economía más importantes que muchos discursos.

¿Dónde están los planes de apoyo al campo y sobre todo a los porcicultores?. Está muy bien que el presidente Calderón se vaya a comer unas carnitas con el gobernador Leonel Godoy, pero del secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas, no hemos tenido noticias en todos estos días, mientras países como España ya están haciendo gestiones en todo el mundo para evitar que la epidemia contagie sus exportaciones de productos porcinos.

Pero no se trata de comenzar a observar sólo las consecuencias económicas, sino también las políticas. En estos días de emergencia pasaron, como en todo cierre de periodo ordinario de sesiones, una multitud de leyes, con la diferencia de que ahora muchas, simplemente, han sido ignoradas por la ciudadanía y los medios, y van desde leyes sobre la policía y el narcomenudeo hasta una ley para darle a la Auditoría Superior de la Federación atribuciones para indagar en los sindicatos y los fideicomisos privados. Los únicos que no podrán ser auditados, por supuesto, son los partidos políticos. Pero los congresistas tendrían que comprender que, ante la combinación de las crisis económica, de sanidad y la lucha contra la inseguridad, se tendrá que trabajar de verdad en una reforma fiscal en el próximo periodo de sesiones que tenga mucho más sentido que la actual. Y de paso preparar la contrareforma electoral que demuestra ya ser inaplazable si no se quiere volver a tener una campaña tan desastrosa como la que estamos viendo.

Las campañas electorales comenzaron sin pena ni gloria y los partidos no han podido siquiera estar a la altura de la emergencia, con dirigentes que no han sabido cómo reaccionar y que han pasado del más infame regateo de apoyo a la gente en su esfuerzo (el caso más notable es López Obrador, que desapareció durante días, no hicieron ni él ni ninguno de sus supuestos integrantes de esa farsa llamada gobierno legítimo una sola declaración, sólo para retomar el martes en una entrevista de radio, la tesis de la conspiración y aprovechar para atacar tanto al presidente Calderón como al PRD, pero también para grabar anuncios electorales, por cierto ¿no era que las personas físicas no podían hacer campaña?) a la preocupación sobre cómo y cuántos de sus spots se trasmiten en los medios. Todos han quedado en deuda. Es hora de que se les pida cuentas.

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