La aritmética electoral… y la política
Columna JFM

La aritmética electoral… y la política

Si ha resultado evidente que el año electoral ya comenzó con las tomas de posición y las declaraciones de distintos actores políticos, más importante aún es observar cómo se están estructurando los partidos para sacar adelante las candidaturas en los distintos estados en los que habrá elecciones este 2010.

Si ha resultado evidente que el año electoral ya comenzó con las tomas de posición y las declaraciones de distintos actores políticos, más importante aún es observar cómo se están estructurando los partidos para sacar adelante las candidaturas en los distintos estados en los que habrá elecciones este 2010.

Siguiendo la lógica de acumular votos y no poner atención en las definiciones ideológicas o políticas, un punto clave del proceso electoral será la hipotética alianza del PAN y el PRD en varios estados para enfrentar al PRI. El acuerdo, ya lo hemos tratado, no parece convincente en un contexto de enfrentamientos tan rudos que los perredistas, públicamente, ni siquiera aceptan otorgarle al presidente Calderón el trato que deviene de su cargo, pero lo cierto es que las negociaciones continúan, aunque se deben enfrentar a una realidad que coloca mucha distancia entre los potenciales aliados.

El tema de la alianzas será crucial en dos estados: Oaxaca y Puebla. En el primero se quiere articular la misma en torno a Gabino Cué, en una posición que se observa, obviamente, mucho más cercana al perredismo. En Puebla, en contrapartida, el PAN estaría impulsando una alianza similar en torno a Rafael Moreno Valle. Dicen algunos de quienes participan en este proceso que tendría que ser una suerte de quid pro quo, entre ambos partidos para que las dos alianzas salgan en forma más o menos simultánea. Ninguna de las dos parece estar asegurada.

Pero no son las únicas. En Hidalgo, la ex encargada de asuntos indígenas en el gobierno de Vicente Fox, Xochitl Gálvez está impulsando una alianza similar que podría fructificar, mientras que en Tamaulipas el intento del PRD de lanzar a Lino Korrodi para buscar una alianza con el PAN parece haber naufragado luego de la descalificación que hicieran tanto César Nava como el ex “amigo” de Korrodi, Vicente Fox. Dicen que buscarán una alianza similar en Veracruz, aunque se ve difícil, casi imposible, que pueda superarse el enfrentamiento de personalidades que allí se ha dado. En Quintana Roo quieren ir con Greg Sánchez, dicen que el PAN lo apoyaría, pero tendrá que superar el tema de la residencia.

En realidad, con o sin alianzas, pero con ellas es más importante aún, es el PRI el que estará bajo presión en estas semanas para sacar adelante la designación de sus candidatos sin rupturas. El primer ejercicio se hizo en Chihuahua, con la designación de César Duarte, un buen candidato que sufrió la amenaza de la ruptura de parte de Héctor El Tato Murguía, amenaza que fue soslayada, pero que mostró también que el PRI, aparentemente, se irá por la búsqueda de candidaturas de unidad pero que además, caigan sobre personajes que no se perciba como involucrados en ámbitos oscuros, como podría haber ocurrido con Murguía. Si es así, en Sinaloa tendrían que buscar una opción alterna a Jesús Vizcarra y Mario López. No se debería soslayar que todo indica que como ocurrió en la campaña del año pasado, en el PAN sobre todo, pero también desde el PRD si se suman en esas alianzas, uno de los argumentos electorales que se esgrimirán será la hipotética relación de ciertos gobiernos y candidatos con el narcotráfico. Si el PRI abre ese flanco podrá sufrir derrotas que no esperaba. Con un agregado, como hizo en el 2009, a esa alianza PAN-PRD, el PRI buscará oponer una en la que participen el partido Verde y Nueva Alianza, y en ese sentido los candidatos tendrán, también que ser de alguna manera consensuados con esos partidos. Y la ausencia de percepciones negativas es fundamental para las designaciones.

El PRI quiere, dice su presidenta Beatriz Paredes, tener carro completo en este 2010 y puede tenerlo, el punto es que para eso no se puede equivocar en la elección de sus candidatos y por encima de los caprichos de dirigentes locales y nacionales tendrá que designar a los que tengan menos negativos y mejor imagen pública, aunque sacrifiquen votos en algunos sectores clientelares. Ese es su desafío, el del PAN y el PRD, si se concretan sus acuerdos, será explicarle a la gente cómo se pueden aliar el agua con el aceite, como pueden tener una alianza electoral cuando no mantienen una relación institucional a nivel de gobiernos.

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