Los candidatos de los aparatos
Columna JFM

Los candidatos de los aparatos

Prácticamente ha quedado definido el cuadro de candidatos electorales para los estados y todo se reducirá a una confrontación del PRI, aliado en casi todas con el Verde, contra las alianzas PAN-PRD-Convergencia, en la que participa menos de lo que quisiera el PT, y con Nueva Alianza decidiendo en cada caso de acuerdo al aspirante. No hay sorpresas, salvo el comprobar el grado de pragmatismo que caracteriza a la política nacional: hoy hay alianzas y candidatos impensables, postulados por partidos que, hasta hace semanas, se consideraban enemigos, y que todavía lo son cuando se apartan del terreno electoral. Por cierto si fuera necesario demostrar porqué hay que realizar una reforma electoral que abra posibilidades a candidaturas ciudadanas y reste un poco de poder a las cúpulas partidarias, todo este proceso serviría, por sí mismo, para justificarlo.

Prácticamente ha quedado definido el cuadro de candidatos electorales para los estados y todo se reducirá a una confrontación del PRI, aliado en casi todas con el Verde, contra las alianzas PAN-PRD-Convergencia, en la que participa menos de lo que quisiera el PT, y con Nueva Alianza decidiendo en cada caso de acuerdo al aspirante. No hay sorpresas, salvo el comprobar el grado de pragmatismo que caracteriza a la política nacional: hoy hay alianzas y candidatos impensables, postulados por partidos que, hasta hace semanas, se consideraban enemigos, y que todavía lo son cuando se apartan del terreno electoral. Por cierto si fuera necesario demostrar porqué hay que realizar una reforma electoral que abra posibilidades a candidaturas ciudadanas y reste un poco de poder a las cúpulas partidarias, todo este proceso serviría, por sí mismo, para justificarlo.

La elección clave para este año será Oaxaca. Allí, aunque faltan aún pasos protocolares, no cabe duda que la disputa estará entre Eviel Pérez, candidato del PRI-PVEM y Gabino Cué, nuevamente por la alianza PAN-PRD-Convergencia-PT. Los dos han resultado ser los candidatos naturales de ambas corrientes, con una diferencia, mientras Gabino es más conocido porque ésta es su cuarta campaña en el estado (la primera para presidente municipal, luego para gobernador, más tarde para senador y ahora nuevamente para gobernador), la suya es también una alianza controvertida. Las diferencias entre el PAN y el PRD son mucho mayores que hace seis años. Habrá que ver si posiciones tan divergentes se pueden compatibilizar en una sola campaña. Y el problema no estará en la candidatura a gobernador, sino en los niveles inferiores. El caso Flavio Sosa es una simple demostración. Por su parte, Eviel es un buen candidato para el PRI, su carga de negativos es baja, viene del sector empresarial, deberá cargar con algunos aliados poco presentables, pero, sin duda, tiene detrás una estructura partidaria que en ese estado funciona muy eficientemente. Habrá que ver si su candidatura no genera rupturas en el PRI y si logra conservar la unidad sus posibilidades crecen.

Esa elección es clave porque el resto de las alianzas PAN-PRD tienen un destino mucho más incierto. Durango será difícil que concluya con una derrota priista. Hidalgo se está complicando, como dijimos, por las ambiciones de José Guadarrama que no dejará pasar a Xóchitl Gálvez (aunque termine siendo la candidata) y Puebla tampoco parece mostrar que Rafael Moreno Valle pueda con Javier López Zavala. Donde tendrán que decidir, sobre todo el PAN, es qué hacer con Sinaloa: esta noche, aún no decidía el blanquiazul si lanzar o no al senador priista Mario López Valdez. Si lo hacen tendrán muchos votos, pero la identidad del partido irremediablemente se perderá: Malova está demasiado identificado como priista de toda la vida, tanto que a horas de que se tome esa decisión y pese a que ya se ha reunido con el PAN y el PRD para organizar su candidatura, no ha terminado de renunciar al PRI. De todas las decisiones aliancistas, ésta puede ser la de mayor costo para el PAN, sobre todo con sus bases en el estado. Y habrá que ver qué sucede con Quintana Roo si el PAN logra convencer a Carlos Joaquín, quien sería un excelente candidato, pero éste aún no ha decidido dejar el PRI, podría buscar la alcaldía de Benito Juárez.

Pero la que no será con alianzas pero sí con enorme competencia es la de Veracruz. Miguel Angel Yunes es el mejor candidato que podría lanzar el PAN en ese estado. Yunes lo conoce perfectamente, ha sido un factor de poder desde hace veinte años en la entidad y se ha ganado la confianza presidencial. Es verdad que Yunes tiene una buena relación con Elba Esther Gordillo, pero si ha llegado a esa candidatura es por la relación con Felipe Calderón, que le reconoce, entre otras cosas, haber operado la reforma estructural más profunda  de este sexenio, la del ISSSTE, sin conflictos ni rupturas. Yunes se deberá enfrentar a dos candidatos que lo consideran su enemigo: uno es Dante Delgado, que será el candidato del PRD-PT-Convergencia; el otro es Javier Duarte, un aspirante que podría desmerecer ante Yunes y Delgado sino fuera porque tiene todo el apoyo del gobernador Fidel Herrera. Ese enfrentamiento entre Fidel, Dante y Yunes será el más duro de esta campaña y donde el PAN, sin alianzas, podría dar su mayor sorpresa.

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