De las declaraciones a los hechos
Columna JFM

De las declaraciones a los hechos

La reacción de muchos de los principales actores políticos ante la ola de violencia que se ha dado en Juárez y en otros puntos del país es, por lo menos, desconcertante. En el gobierno federal deben profundizar su coordinación y la delimitación de responsabilidades, hablar de ella sin ejercerla dentro de las propias áreas de seguridad, es incongruente.

La reacción de muchos de los principales actores políticos ante la ola de violencia que se ha dado en Juárez y en otros puntos del país es, por lo menos, desconcertante. En el gobierno federal deben profundizar su coordinación y la delimitación de responsabilidades, hablar de ella sin ejercerla dentro de las propias áreas de seguridad, es incongruente.

Los gobernadores, que en la última reunión de la comisión de seguridad de la Conago. hablaron de replantear la estrategia sectorial, de coordinar esfuerzos, de apostar más a la inteligencia, siguen sin aparecer ni impulsar medidas que abonen ese objetivo.

Entre los legisladores se repiten declaraciones que, en principio son “políticamente correctas” pero que en realidad no dicen nada. Hablar, como se ha hecho, de replantear la estrategia contra el crimen organizado sin hacer la más mínima propuesta no tiene sentido. El punto es clave porque no ha habido capacidad de establecer propuestas alternativas: se ha dicho que hay que trabajar más en el lavado de dinero y es verdad, pero resulta la tarea más compleja porque los grandes movimientos del narcotráfico, dentro y fuera de México, se hacen en el sistema financiero internacional y trabajar sobre esos flujos requiere, como casi todo, una estrecha cooperación multilateral. Estados Unidos, donde se lava el 90 por ciento de esas utilidades, que alcanzan cifras de miles de millones de dólares, decomisa porcentajes ínfimos de esas cantidades y lo mismo puede decirse de la Unión Europea o las naciones asiáticas. El ataque al otro dinero, el que circula en efectivo y de mano en mano, debe ser atacado con medidas más estrictas en otros ámbitos: en un país donde los contribuyentes al fisco no llegan a los 5 millones de personas e indirectamente contribuyen apenas 20 millones, una quinta parte de su población, donde nadie sabe de qué medida es la economía subterránea, donde millones de personas viven del comercio informal, de la piratería y el contrabando ¿alguien puede pensar que se puede atacar eficientemente el lavado de dinero del narcotráfico, sobre todo el que proviene del narcomenudeo o del comercio ilegal generado por los cárteles?. Para golpear ese trasiego de dinero ilícito se requiere cerrar sus espacios de operación. ¿Están dispuestos los legisladores y gobernadores a realizar reformas lo suficientemente profundas en esos ámbitos (fiscales, sobre piratería y ambulantaje) como para cerrarlos?

Se dice que se debe hacer más inteligencia y es verdad. Los organismo de inteligencia federales son débiles porque no comparten eficientemente sus productos y porque existe desconfianza entre las distintas instituciones. Pero una exigencia para tener mejor inteligencia es la unificación de esfuerzos federales, estatales y municipales. Para combatir la esfera del narcotráfico que nos está asolando, la de los ajustes de cuenta callejeros, de pandillas y sicarios, se requiere inteligencia a ras del piso y esa sólo se puede lograr con una operación cotidiana, de fuerzas coordinadas que tengan control sobre los territorios. Pero los legisladores y gobernadores no quieren una policía federal unificada, y tampoco la solución alterna de  32 policías estatales coordinadas con la federación. Y cualquier especialista de inteligencia les podrá asegurar que sin esa centralización y coordinación de esfuerzos, simplemente no se puede realizar la inteligencia que están demandando.

Dicen que se debe fortalecer la colaboración con Estados Unidos, pero casi todos, sin excepción, se refieren solamente al tráfico de armas. Y es verdad, mientras Estados Unidos no frene el flujo de armas hacia México, la violencia seguirá siendo una norma. Pero aún en el hipotético y muy improbable caso de que ese flujo se interrumpa, hay ya suficientes armas en nuestro país, y entran tantas por la frontera sur, como para que esa violencia continúe por mucho tiempo. La cooperación con Estados Unidos incluye ese punto, pero requiere mucho más, comenzando por inteligencia y siguiendo por medidas operativas. Un ejemplo también hipotético ¿por qué no formar una fuerza binacional que ataque a las pandillas y el crimen organizado en Juárez-El Paso?¿lo aceptarían esos políticos que entienden la soberanía como una suerte de singularidad histórica?. Es hora de declarar menos y hacer más. Por lo pronto, apenas el martes, mientras se hacían todas esas declaraciones, en el senado se afirmaba que ni la ley antisecuestro y quizás tampoco la ley de seguridad nacional, podrían salir en este periodo ordinario. Debería darles vergüenza.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *