Un iceberg llamado Cabañas
Columna JFM

Un iceberg llamado Cabañas

En pleno mundial, cuando comienza la cruda luego de la decepcionante actuación de la selección ante Uruguay, fue detenido Francisco José Barreto García, apodado el contador, y el hombre que acompañaba a Jorge Balderas Garza, el JJ, cuando una madrugada de enero disparó en la cabeza contra el futbolista Salvador Cabañas. Hubo una carrera entre las autoridades capitalinas y la Policía Federal por detener a este personaje y al JJ, por todas las implicaciones del caso y, finalmente, la PF demostró que tiene, una vez más, un área de investigación e inteligencia mucho más eficiente que cualquier policía local, incluyendo la capitalina.

En pleno mundial, cuando comienza la cruda luego de la decepcionante actuación de la selección ante Uruguay, fue detenido Francisco José Barreto García, apodado el contador, y el hombre que acompañaba a Jorge Balderas Garza, el JJ, cuando una madrugada de enero disparó en la cabeza contra el futbolista Salvador Cabañas. Hubo una carrera entre las autoridades capitalinas y la Policía Federal por detener a este personaje y al JJ, por todas las implicaciones del caso y, finalmente, la PF demostró que tiene, una vez más, un área de investigación e inteligencia mucho más eficiente que cualquier policía local, incluyendo la capitalina.

La información que dio Ramón Pequeño, el jefe de la división antidrogas de la PF, sobre el contador y el JJ muestra de alguna forma la impunidad con la que se mueven los principales operadores del narcotráfico tanto en la capital del país como en muchas otras ciudades. El JJ es el jefe de la plaza del estado de México para Edgar Valdez Villareal, La Barbie, quien era su jefe directo junto con El Indio, Gerardo Alvarez, detenido hace unas semanas. El Contador venía trabajando desde hace años con Balderas aunque, según su versión, luego del ataque a Cabañas se mantuvieron en contacto para luego distanciarse, según su declaración porque el JJ lo quería matar ya que era el único testigo de la agresión a Cabañas pero también porque le debía (el contador al JJ) 200 mil dólares de distintos negocios de drogas.

También según el propio detenido, los empleados de seguridad del Bar Bar, a quienes conocían y frecuentaban, fueron los que les facilitaron la fuga aquella noche. Pero Salvador Cabañas, el JJ y el Contador también se conocían y frecuentaban. En la versión del detenido, la disputa entre Cabañas y su agresor se dio porque éste estaba alcoholizado o drogado y le reprochó al delantero del América que no estuviera marcando goles. Que por eso lo tomó del cuello en el baño y le disparó en la cabeza.

Esa versión no es creíble, precisamente por la relación que existía entre ambos, salvo que la misma estuviera condimentada con otros elementos, como temas de apuestas, de préstamos económicos o algunas de la relaciones extrañas, que van de las drogas a las mujeres, que se han establecido en muchas ocasiones entre el narcotráfico y el futbol (Diego Armando Maradona podría hablar mucho del tema, lo ha hecho, respecto a cómo se daba esa relación durante sus años en el Nápoles de Italia). Tan cercana era esa relación que Cabañas, dice Barreto, le decía “papi” al JJ. Esa misma noche, cuando llegaron al mismo tiempo al Bar Bar, dice Barreto que estuvieron platicando en muchas ocasiones, en forma muy amistosa, pero que algo pasó que concluyó con el disparo en la cabeza del futbolista.

Hay algo más importante que se dijo al respecto: el JJ sigue teniendo influencia en el grupo de la Barbie, sigue siendo el jefe del estado de México y del área metropolitana para ese cártel y, según Pequeño, tienen por ello protección de distintas autoridades locales. Ello podría explicar muchas cosas. La forma en que se atendió el ataque a Cabañas; las dificultades que hubo para identificar a Balderas a pesar de que era un personaje tan conocido que tuvo hasta una hija con una mujer de la farándula (La famosa Mapacha) y al que uno de los futbolistas más importantes del medio, el agredido, llamaba cariñosamente “papi”.

Pero un punto central está en otro ámbito: Salvador Cabañas abandonó el país, se instaló en Argentina, está bastante recuperado, entrena, ha dado entrevistas y se ha reunido con todo el mundo, incluyendo el presidente del Paraguay, Fernando Lugo, y sin embargo, hasta ahora no ha rendido siquiera declaración ante la procuraduría capitalina, según esto porque precisamente el momento de la agresión no lo recuerda y a todo mundo le ha parecido la cosa más normal del mundo. Puede ser que Cabañas no recuerda el momento de la agresión, aunque suene por lo menos extraño, pero tiene que recordar la relación con un personaje al que conocía de tiempo atrás y al que llamaba, insistimos, “papi”. Detrás del caso Cabañas parece que hay mucho más, la detención de El Contador por la PF, exhibe, aunque sea un poco más del iceberg en que se ha convertido ese caso.

La respuesta del PRI

Luego de las grabaciones, el PRI ya exhibió una respuesta: la posibilidad de un juicio político a Juan Molinar Horcasitas por el caso ABC. Y para ello tendrían el apoyo de los aliados electorales del PAN: el PRD. La seriedad de la política nacional es envidiable.

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