¿Quién le tema a Hillary?
Columna JFM

¿Quién le tema a Hillary?

¿Alguien podría explicarnos el porqué de la sobre reacción que generaron en el gobierno y en muchos medios y analistas las declaraciones de la secretaria de Estado Hillary Clinton, respecto a las similitudes entre la Colombia de fines de los 80 y principios de los 90 con la situación que está viviendo México en la actualidad?. Por supuesto que hay diferencias: ninguna referencia histórica es una copia facsimilar de otra, pero son mucho los elementos comunes que se deben tomar en cuenta, sobre todo si lo que se quiere es buscar parámetros que nos sirven para recuperar la paz y el control territorial de las áreas de influencia del crimen organizado.

¿Alguien podría explicarnos el porqué de la sobre reacción que generaron en el gobierno y en muchos medios y analistas las declaraciones de la secretaria de Estado Hillary Clinton, respecto a las similitudes entre la Colombia de fines de los 80 y principios de los 90 con la situación que está viviendo México en la actualidad?. Por supuesto que hay diferencias: ninguna referencia histórica es una copia facsimilar de otra, pero son mucho los elementos comunes que se deben tomar en cuenta, sobre todo si lo que se quiere es buscar parámetros que nos sirven para recuperar la paz y el control territorial de las áreas de influencia del crimen organizado.

Es verdad que en Colombia existe el componente FARC que marca grandes diferencias con nuestro propio proceso de violencia; también que se llegó a un nivel de agresiones terroristas de esos y otros grupos armados, incluyendo los paramilitares, y de los propios cárteles que aún, afortunadamente estamos lejos de sufrir, pero en esto lo importante son las tendencias: y las mismas muestran que nuestros propios cárteles están evolucionando hacia un modelo cada vez más parecido al de la Colombia de aquellos años. La buena noticia es que esa evolución (o involución, como se quiera ver) los llevó también a su propia derrota.

Hace algunas semanas decíamos que, en realidad, hoy estamos peor que Colombia en muchos sentidos, pero también que el problema no es que nos colombianizemos sino la exportación, como ya ocurre con América Central, de la mexicanización del narcotráfico. Lo que más molestó de las palabras de la sra. Clinton es que dijo que se requería una suerte de Plan Colombia para México. Habría que recordar que ese Plan fue una estrategia diseñada en los últimos años del gobierno de Bill Clinton y los hechos demuestran que tuvo éxito.

Hemos estado en esa nación hermana y conocemos cómo funciona el Plan Colombia: definitivamente hay capítulos que serían inaplicables en nuestro país. Particularmente el involucramiento muy directo de agentes y contratistas estadounidenses en el combate al narcotráfico y las FARC, pero fuera de eso pocos estarían en desacuerdo de que se requiere una colaboración internacional mucho más efectiva y profunda que la hoy existente. No creo que necesitemos un Plan Colombia pero sin duda necesitamos un Plan México: necesitamos que sobre todo en la frontera, Estados Unidos asuma compromisos mucho más firmes que los actuales, necesitamos un esquema de cooperación más intenso e institucionalizado, necesitamos que la Iniciativa Mérida se convierta en algo más que un lema y que tenga una amplia vuelta de tuerca que otorgue un sentido de auténtica colaboración: que la gran noticia de la Iniciativa Mérida sea que se otorgaron 36 millones de dólares de apoyo de los cuales se retuvieron 26, es ridículo. Y necesitamos mucho más para derrotar a los violentos. Hay aspectos del Plan Colombia que nunca se analizan, por ejemplo, el enorme apoyo que se brindó para sacar adelante la reforma judicial en ese país.

Lo contradictorio de todo esto, es que tanto el gobierno como distintos sectores sociales han reaccionado a lo dicho por Clinton casi como ante un agravio en lugar de tomarle la palabra a la secretaria de Estado y demandar un verdadero Plan México para atacar el crimen organizado. La iniciativa en ese sentido tendría que provenir de México, no esperar a ver qué nos proponen. Un dato histórico: en 1990, después de la caída del Muro de Berlín y cuando Estados Unidos hacía apología del libre comercio, una jugada económica histórica fue que México llegara a Washington con una propuesta de tratado trilateral de libre comercio que iba por encima de las expectativas del gobierno estadounidense. Por eso salió adelante el TLC. ¿Por qué no llegar uno de estos días a Washington, antes o después de las elecciones de noviembre, con la propuesta de un plan México contra el crimen organizado, con propuestas concretas y bien articulado?.

En esta lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado no hay posibilidades reales de triunfar sin una estrategia multinacional y de largo aliento, y en nuestro caso sin una colaboración real con Estados Unidos y Colombia (y cada vez más las naciones centroamericanas). Y eso debería trascender los intereses electorales al norte de la frontera, pero también las reacciones nacionalistas, no menos electoreras, al sur de la misma.

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