La estrategia de Manlio
Columna JFM

La estrategia de Manlio

Lo que está haciendo Manlio Fabio Beltrones no tiene nada de improvisado y en el ambiente político actual, sin duda, le terminará otorgando beneficios. Los demás precandidatos presidenciales caminan, y a veces corren, tras agendas muy específicas y en la mayoría de los casos alejadísimas de sus verdaderas prioridades.

Lo que está haciendo Manlio Fabio Beltrones no tiene nada de improvisado y en el ambiente político actual, sin duda, le terminará otorgando beneficios. Los demás precandidatos presidenciales caminan, y a veces corren, tras agendas muy específicas y en la mayoría de los casos alejadísimas de sus verdaderas prioridades.

Enrique Peña Nieto tiene que cuidar cotidianamente su calidad de puntero en las encuestas y en su propio partido, pero todas sus baterías tienen que estar puestas, además, en el estado de México. Decíamos días atrás, citando a Erich Fromm, que no podemos pedir a nadie que nos salve, que las elecciones incorrectas son las que impiden que nos salvemos. Y Peña Nieto tiene que realizar su primera gran elección: quien será su sucesor en el estado de México. Todo lo demás se configurará en torno a esa decisión. De acuerdo a como se lea la designación del candidato mexiquense, será la lectura que la clase política le dará a Peña. Es un tema decisivo que, ante la situación de las oposiciones y la consulta del 27 de marzo, el gobernador ha decidido llevar hasta el límite, los primeros días de abril, con la consiguiente presión que eso genera dentro de las filas de su partido.

En el PRD la lucha entre Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador es cada día más abierta y el jefe de gobierno capitalino se ha atrevido ya a decir en público algo que hasta ahora sólo había manifestado en privado: está mejor posicionado para el 2012 que el tabasqueño, la gente lo ve mejor y tiene muchísimos menos negativos. Y es verdad, el problema es que nadie ve a López Obrador aceptando graciosamente que las encuestas no lo favorecen y retirándose de la carrera presidencial. Y con dos candidatos, la llamada izquierda mexicana no tiene posibilidad alguna. Por eso Ebrard apuesta a las alianzas. El tema del estado de México es un desafío, sobre todo para Ebrard que es el que busca construir. Para López Obrador es sencillo: sólo se opone. Es como en el fútbol cuando un equipo decide colocar hasta el autobús que los llevó al estadio en su propia área y deja que el otro haga el esfuerzo por ganar el partido. Marcelo, para consolidar lo que dicen las encuestas, debe ganar la dirección del partido con alguien viable para su proyecto, debe ganar la consulta del 27 de marzo y debe establecer una estrategia para el estado de México que pase por un buen acuerdo con el PAN. Y en el tiempo que le quede libre debe gobernar el Distrito Federal, donde la división de su partido hace mella en la administración (y la hará cada día más en la medida en que Ebrard y López Obrador se vayan separando).

En el PAN tienen suficientes problemas así que se suman ellos mismos otros sin que nadie se los pida. Los contrapuntos entre el presidente Calderón y el presidente del partido Gustavo Madero eran absolutamente innecesarios. Sacaron a los precandidatos a tratar de sentar posiciones desde esa ambigua situación de funcionario y aspirante y todo se tornó más confuso aún. Tener diez o más precandidatos es lo mismo que no tener ninguno. “La mucha luz es como la mucha oscuridad, ninguna de las dos dejan ver”, decía Cesare Pavese y ello se aplica evidentemente hoy al panismo.

Y mientras tanto Manlio Fabio Beltrones está haciendo la política que muchos sectores reclaman: está proponiendo cambios de fondo, que pueden salir adelante y está visitando todo el país y a todos los sectores de decisión con una propuesta de reforma fiscal que no veo quién pueda obstaculizar con sensatez. Ha estado desde con el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios en el DF hasta, esta semana, con el Grupo de los Diez en Monterrey, en casa de José Antonio Fernández, el líder de FEMSA. Se ha reunido con personajes del poder y de los medios, en todos los estados construyendo un consenso en torno a la propuesta que sacó con Francisco Labastida que, por primera vez en años, tendríamos que decir en décadas, propone una reforma fiscal de fondo que reduce la tasa fiscal y aumenta la recaudación, todo mientras los demás se distraen en las grillas presucesorias, incluido en ocasiones, el propio presidente Calderón. Por esas mismas razones, la única oposición que ha tenido la propuesta fiscal de Beltrones ha sido la del coordinador de los diputados priistas, Francisco Rojas, lo que no ha impedido que crezca con fuerza entre los legisladores de la cámara baja.

No sé si finalmente Manlio será candidato (la ventaja que lleva Peña es evidente en el PRI y muy difícil de remontar para cualquiera), pero sí que si está haciendo en ese sentido un trabajo político fino y que el país requiere. Hoy, querido o no por muchos, más o menos popular, es uno de los políticos más influyentes del país. Si saca adelante éste y otros proyectos de reforma que trae en su agenda, lo será mucho más en el futuro, trascendiendo la sucesión, y eso es lo que cuenta.

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