Las consecuencias de la tragedia
Columna JFM

Las consecuencias de la tragedia

Japón llevaba diez años sin crecimiento importante, con la deuda pública más alta como porcentaje del PIB de los países desarrollados, acababa de perder su sitio como segunda economía del mundo, desplazado por China, y el terremoto y el tsunami del viernes han dejado el país en una situación de extrema gravedad.

Japón llevaba diez años sin crecimiento importante, con la deuda pública más alta como porcentaje del PIB de los países desarrollados, acababa de perder su sitio como segunda economía del mundo, desplazado por China, y el terremoto y el tsunami del viernes han dejado el país en una situación de extrema gravedad.

En la vida siempre hay paradojas difíciles de comprender. Japón se había preparado, casi como ningún otro país, para un sismo de gran magnitud. Es verdad que un terremoto de 8.9 grados de la escala de Richter era una posibilidad que se veía lejana (el sismo en la ciudad de México de 1985 fue de 7.9 grados, y un grado de esa escala marca una diferencia de casi mil veces en la intensidad del sismo), el grado de preparación lo demostró el hecho de que los grandes edificios, las grandes instalaciones se mantuvieron en pie: el número de víctimas ocasionado directamente por el sismo fueron muy pocas a pesar de que fue de tal intensidad que literalmente “movió” a la isla de Japón 2.5 metros según mostraron fotos de satélites de la NASA. Para lo que no estaban preparados fue para el tsunami posterior: un movimiento de agua terrible que penetró en algunos lugares hasta cinco kilómetros tierra adentro y arrasó con todo. De allí vienen las víctimas, los mayores destrozos, los costos materiales y humanos.

En realidad es poco y nada lo que se puede hacer para prevenir un tsunami de esas características, pero el otro daño que tendrán que decir los especialistas si era o no prevenible, es el que ha afectado a dos centrales nucleares. Japón es un país que utiliza enormes cantidades de energía y que no tiene ni una gota de petróleo. Para dejar atrás esa dependencia desarrolló una serie de centrales nucleares a lo largo y ancho de su territorio que se consideran de las más seguras en el ámbito internacional. El sismo fue de tal fuerza que dos centrales han tenido problemas, una de ellas especialmente delicados. No habrá un nuevo Chernobyl porque la coraza de protección de los reactores ha soportado hasta ahora los embates del sismo y de las réplicas posteriores, pero la lucha que están librando el gobierno y los especialistas para evitar que se funda el reactor de Fukushima es notable.

Habrá, por encima de las consideraciones humanas, de los daños materiales, enseñanzas que extraer del sismo de Japón, y también consecuencias. Sigo pensando que el grado de preparación de la gente, incluyendo en las centrales nucleares ante un sismo de esta magnitud, ha sido decisivo para evitar daños mucho mayores en todos los ámbitos, desde los sociales hasta los materiales. Habrá quien diga que esto demuestra lo frágil que puede ser la estabilidad de las instalaciones nucleares. En realidad, habrá que ver lo que enfrentaron, e incluso así, lo ocurrido en ellas no ha sido por actos de negligencia. Imaginémonos por un minuto los daños que un sismo y un tsunami de esas características podría ocasionar en instalaciones o plataformas petroleras, recordemos lo sucedido ante un simple incendio hace unos meses el golfo de México.

Lo cierto es que de acuerdo a lo que suceda en Japón, al observar qué tanto pueden resistir esas instalaciones situaciones realmente límite como las vividas el viernes, se determinará en buena medida el futuro de la industria nuclear cuando cada vez son más los que ven, con lógica, que tendrá un papel cada día más importante en el futuro. La energía nuclear es cada día más segura y potencialmente más económica, mientras los precios del petróleo siguen una carrera alcista imparable. Esperemos ver qué sucederá hoy con la apertura de los mercados, luego del sismo y de un fin de semana de temor por lo que suceda en Japón y su futuro económico.

Este es, por otra parte, uno de los capítulos importantes en esta historia. ¿Qué sucederá con la economía japonesa?¿puede ser un punto de inflexión que lleva, ante la necesidad de la reconstrucción a revitalizar la economía japonesa aletargada desde hace años, o será un momento decisivo para iniciar un deterioro irreversible de una de las principales economías del mundo?. De ello dependerá lo que suceda en los mercados pero sobre todo, la repercusión que esta catástrofe natural tendrá en la economía. Si Japón cae, la recuperación economía que se espera quedará postergada por un buen tiempo. Y eso no será una buena noticia, como tampoco, aunque no se comprenda claramente en nuestro país, que los precios del crudo alcancen niveles estratosféricos.

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