Las FARC y los Arellano, guerrillas y narcotráfico
Columna JFM

Las FARC y los Arellano, guerrillas y narcotráfico

Mariano Herrán Salvatti confirmó las relaciones entre la principal organización guerrillera latinoamericana y el cártel de los Arellano Félix. El médico colombiano, Carlos Charry, era el mensajero de uno de los más conocidos y duros dirigentes de la FARC, Jorge Briseño apodado El Mono Jojoy, para organizar el intercambio de droga por armas. A partir de que se descubrieron estos contactos las FARC rompieron el diálogo con el gobierno de Andrés Pastrana por la implementación del Plan Colombia. En ese contexto, el presidente electo Vicente Fox especificó en su reciente encuentro con Pastrana, el apoyo de México a dicho Plan.

El jueves pasado el fiscal antidrogas, Mariano Herrán Salvatti (por cierto, no descarte usted que pueda continuar en esa misma responsabilidad después del primero de diciembre) confirmó lo que era un secreto a voces: las relaciones entre la principal organización guerrillera latinoamericana y el cártel de los Arellano Félix, en un acuerdo mediante el cual los primeros proporcionaban cocaína y los segundos pagaban la droga con armas.La historia fue divulgada originalmente por la revista colombiana Cambio, que dirige el escritor Gabriel García Márquez, y pudimos ampliarla el pasado 9 de noviembre en la columna razones de Milenio Diario. Lo cierto es que esa relación parece estar ya confirmada y las repercusiones que está adquiriendo esa investigación en la que participan los gobiernos de México, Colombia y Estados Unidos, serán muy amplias.}Un médico colombiano con El MayelComo se ha publicado, la historia es la siguiente: un médico colombiano, Carlos Charry Guzmán, llegó a México el pasado 9 de agosto. Este hombre que visitaba frecuentemente nuestro país y que incluso gozaba de un FM-3, un permiso de trabajo en México como no inmigrante, es propietario de una clínica en San Vicente del Caguán, uno de los principales bastiones guerrilleros en Colombia y el lugar donde se estaban realizando las negociaciones entre el gobierno de Colombia y las FARC. El 28 de agosto, Charry fue detenido en el hotel Jena, en la colonia Tabacalera, en la ciudad de México. Poco antes había sido detenido en Tijuana un operador colombiano del cártel de los Arellano Félix, un hombre apodado Giovanni. Ambos, Charry y Giovanni se habían reunido apenas unos días antes y habían negociado el convenio del trueque de armas por drogas.Según la fiscalía antidrogas de México, Carlos Charry era un mensajero de uno de los más conocidos y duros dirigentes de la FARC, Jorge Briceño, apodado El Mono Jojoy, para organizar ese intercambio. Como carta de presentación, Charry traía un disco láser en el cual se veía al médico en San Vicente acompañado de Mono Jojoy. Ha trascendido que en Colombia, se encontró un video de Ismael Higuera, alias el Mayel, en la cual respondía afirmativamente a la propuesta de la FARC. Según esta misma investigación, el contacto estaba establecido desde tiempo atrás, la diferencia es que, hasta ese momento, la droga era pagada con dinero por los Arellano Félix. Un senador colombiano, Vicente Blel Saad, sería uno de los contactos para ese intercambio, pero su involucramiento, se supo después, iría más allá.Lo cierto es que con la documentación que se le incautó a El Mayel al momento de su detención, se descubrió que su relación con Charry se mantenía desde tiempo atrás. Las visitas del médico a México, e incluso sus reuniones en prisión con El Mayel se remontan, por lo menos hasta 1998. Además, se han detectado por lo menos otros tres encuentros de Charry con Giovanni y una visita del médico a la cárcel de máxima seguridad en Tijuana, donde está recluido El Mayel. El Primo y el 801 7090Pero ¿cómo se llegó a descubrir esta red?. El secreto está en un personaje que no está identificado pero que se sabe es llamado El Primo, que según las autoridades mexicanas es hoy uno de los principales operadores de los Arellano Félix, y el seguimiento de un número telefónico. Y la investigación ha llevado, también a la detención del ex director general de la policía federal de caminos, Enrique Harari Garduño.Todo comenzó con la declaración de un testigo protegido apodado Raúl quien aseguró que él había apoyado a El Mayel en el traslado de cocaína de Colombia a México y en el lavado de dinero en ambos países. Un primer hilo surge de una afirmación de este testigo protegido que asegura que Giovanni recibió un millón de dólares de El Mayel como pago de un cargamento y que se los robó, cuando éste fue detenido. Para tratar de recuperar ese dinero, fue enviado a México, el senador colombiano, que según esta declaración actúa como intermediario para el lavado de dinero, Vicente Blel Saad. El senador, según el mismo testigo Raúl, había sido enviado a México por un individuo ligado a las FARC y apodado El Doctor. También dijo que El Mayel y El Doctor tuvieron diversas reuniones en Tijuana en las que participaba el representante del cártel de Tijuana en Colombia, un individuo apodado José. El mismo testigo protegido es el primero que nombra a quien sería el representante del cártel de los Arellano Félix en el Distrito Federal: sólo sabía que se le apodaba El Primo y que se comunicaba con él mediante un localizador con el número 8017090.Otro testigo protegido, identificado como Juan López, también aseguró que participaba del tráfico de cocaína desde Colombia para el cártel de Tijuana, además de actividades de lavado de dinero. También él aseguró que mediante esa actividad conoció a un personaje llamado El Primo, que dijo, era el responsable de ejecutar a los adversarios de El Mayel en el DF y era el encargado, agregó, de enviar dinero a los colombianos para pagar la cocaína recibida. Dijo que se comunicaba con ese hombre mediante un localizador con el número 5 801 7090. Ese número estaba asentado en la agenda que se le decomisó a este testigo protegido al momento en que fue detenido.Para la misma fecha fue detenido el ex comandante de la Policía Federal de Caminos, Enrique Harari Garduño. Entre sus propiedades se encontró una tarjeta en clave con el nombre Primo y un número telefónico: el mismo 801 7090. El papel de Harari Garduño en este acuerdo era clave, porque era el responsable de proporcionar las armas para pagar el intercambio por la cocaína enviada por las FARC. Las relaciones de Harari con los traficantes de armas, son antiguos e incluso hace años fue procesado en San Diego acusado de traficar con armas. Casi al mismo tiempo que Harari, era detenido en el hotel Jena, El Doctor, que resultó ser Charry Guzmán, quien aceptó haber estado en Tijuana en diciembre de 1999, cuando, según el testigo protegido Raúl, se habría reunido con el Mayel para negociar el acuerdo de drogas por armas. El FM 3 de Charry confirma esa entrada a México y esa viaje a Tijuana. Por su parte, El Doctor afirmaba en su declaración que había venido a México a comprar equipo para tomografías computarizadas que, en su versión, sólo se comercializan en Tijuana: las investigaciones posteriores permitieron confirmar que en esa ciudad fronteriza no existe ninguna empresa especializada en ese tipo de equipo. Pero en la agenda de Charry, vuelve aparecer el nombre de Primo y un teléfono, el 801 7090. Se investigó en la empresa de localización sobre los mensajes que había recibido ese número, el 801 7090, número que compartían, por lo menos, los dos testigos protegidos, Harari y Charry, además de otros detenidos. Varios de los mensajes confirmaban “la llegada de José y el Doctor” y piden confirmación a distintos teléfonos celulares. Otro mensaje confirma que “El Doctor no pudo partir por problemas con la visa”. Posteriormente otro mensaje asegura que “el problema ya está solucionado” y confirma el viaje, y la llegada de El Doctor.Entre las pertenencias de Charry se encontró documentación que involucra al Mono Jojoy, al senador Blel y al citado Giovanni; también anotaciones sobre envíos de droga por aire y mar. Por el mismo operativo se terminó deteniendo a una pieza muy importante de esta red: Sergio Rodríguez Tapia, apodado La Gorda de Manzanillo, quien también en su agenda tenía registrado el número telefónico 801 7090.¿Cómo funcionaba esta red?. Todo indica que quien la manejaba en México era El Mayel y que a la detención de éste, la siguió manejando El Primo, un hombre no identificado. Harari era el responsable, según la investigación de las autoridades, de conseguir las armas para el canje por drogas, mientras que Rodríguez Tapia era uno de los encargados de la recepción de la droga y el envió de las armas. Del lado colombiano, el contacto en las FARC sería el llamado Mono Jojoy, el operador Charry Guzmán y el senador Blel actuaba en el proceso de lavado de dinero.A partir de que se descubrieron estos contactos se han sucedido distintos acontecimientos. Las FARC rompieron el diálogo con el gobierno de Andrés Pastrana por la implementación del Plan Colombia, un proyecto político, militar y financiero, para reducir, por lo menos a la mitad, el cultivo de coca en ese país en los próximos cinco años, un plan que, necesariamente deberá enfocarse contra las FARC y el ELN, organizaciones guerrilleras que están protegiendo cultivos y que, en el caso de las FARC se han reconvertido, ellas mismas en productores de cocaína. En ese contexto, el presidente electo Vicente Fox especificó en su reciente encuentro con Pastrana, el apoyo de México al Plan Colombia. Esta misma semana, el zar antidrogas de Estados Unidos y principal impulsor del Plan Colombia , Barry Mc Caffrey, de visita en ese país, declaró, con base en la información recopilada que “la principal organización de producción de cocaína en el mundo son las FARC” y que esa organización es directa responsable “del gigantesco incremento en la producción de cocaína” en Colombia. El propio zar antidrogas estadunidense estimó las utilidades de la FARC producto del tráfico de drogas, entre 500 y mil millones de dólares al año. Aseguró, finalmente, que los monitoreos por satélite que realiza su país confirman esa producción en las zonas controladas por las FARC y en la llamada zona de despeje, una suerte de zona abierta que se estableció al inicio de los diálogos de paz y que ha terminado siendo controlada por la organización guerrillera. En los primeros días de diciembre, Pastrana deberá decidir si mantiene la llamada zona de despeje o ésta intenta ser ocupada por las fuerzas de seguridad colombianas.En el plano nacional, esta confirmación de las FARC en su relación con el cártel de los Arellano Félix implica diversos desafíos: esa organización tiene una representación oficial, casi diplomática, en nuestro país; tiene un espacio en la Coppal (la conferencia de partidos políticos de América Latina con fuerte influencia priísta), al mismo tiempo que se sospechan relaciones no sólo con los Arellano sino también con grupos como el EPR y secuestradores profesionales. Por si esto fuera poco, dos ciudadanos mexicanos se encuentran, hoy, secuestrados, como rehenes, en Colombia por las FARC. Todo eso en un contexto, donde el apoyo al Plan Colombia y la tesis de avanzar en un combate global al narcotráfico, basado en el triángulo México-Colombia-Estados Unidos parece ser una piedra angular en la estrategia antidrogas de Vicente Fox.

 

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