13-02-2015 La sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, no se fue del DF derrotada, todo lo contrario. Llegaron con objetivos claros: lograr que se les pagara a los 3 mil 500 miembros de ese grupo político (lo sindical quedó atrás hace mucho tiempo) aunque no estuvieron siquiera en las platillas que los propios integrantes de la sección 22 entregaron luego de que se opusieron a ser censados. Les van a pagar. Dijeron que estarían tres días bloqueando Paseo de la Reforma, y el bloqueo no fue permanente pero si duró los tres días. Cuando fueron desalojados por la policía federal ya habían logrado sus objetivos centrales y realizaron un último bloqueo nomás por joder, para demostrar fuerza.
Hay algunas demandas inaceptables siquiera de discutir, como la liberación de la banda de secuestradores que mantuvo cautivos durante meses a dos niños en una cisterna, encadenados, casi sin comer y sin higiene alguna. Da la casualidad que esos secuestradores, lo hemos tratado ampliamente en este espacio, no sólo eran maestros y dirigentes de la sección 22 sino también, algunos de ellos, miembros de un grupo armado que así financia sus actividades. Ahora sus compañeros de la sección 22 quieren que sean liberados porque dicen que son presos políticos. En realidad son unos criminales crueles que deben recibir el mayor de los castigos. Es infame.
Como lo es exigir que se le pague con recursos públicos, en uno de los tres estados más pobres de la república, a miles de sus integrantes que trabajan como manifestantes, porque esa es su actividad ya que jamás han estado frente a un aula (quizás para bien de los pobres niños a los que les hubiera tocado esos “maestros” ). Como lo es exigir que los hijos de los actuales afiliados y de los jubilados tengan una plaza magisterial, más allá de cualquier capacidad, estudio o conocimiento. ¿Por qué usted o yo tenemos que utilizar nuestros impuestos para pagarle a alguien que no trabaja o para que otro herede una plaza en el gobierno?. Tampoco quieren que se les descuenten los días que no asistan a clases y exigen que la nómina se le entregue a la sección 22 para que ellos paguen. Se fueron por una sencilla razón, hoy viernes cobran sus quincenas. Les sirve para reaprovisionarse y comprobar si finalmente les pagaron a los que dicen tener una plaza sin trabajar.
No es mal negocio ser de la sección 22. El lunes llegaron sus militantes en camiones de lujo, con carpas nuevas (unas cuatro mil), con cobijas, también nuevas, comida asegurada, y hasta sabiendo que, aunque provoquen cualquier daño, tendrán impunidad. Y cobran por todos y cada uno de los días que están “movilizados”. Los dirigentes tienen otro status, ellos no están en los campamentos, duermen en hoteles del centro y se mueven en camionetas de lujo.
Lo cierto es que el gobierno federal no puede mantener la misma estrategia, si es que la hay, con la sección 22 (o con la CETEG, que no vino al DF porque estaba entretenida bloqueando el aeropuerto de Acapulco, con las mismas exigencias que sus colegas oaxaqueños). Van dos años de concesiones constantes que lo único que han logrado es fortalecer a esos grupos que son el mayor factor de desestabilización en el país, sin que los mismos paguen costo alguno, ni político, ni penal, ni sindical, ni social. ¿Cuál es la lógica de ceder a todo?¿No se comprende que la CNTE moviliza y negocia con pliegos petitorios cada días más amplios y delirantes con el objetivo de cubrir siempre sus demandas reales?¿Por qué no se asume una posición, por qué no se establecen límites, por qué no se convoca a los otros maestros (el 90 por ciento del total), a los partidos, a los grupos sociales, a la gente a que asuma también su posición?.
Estos grupos no tienen, salvo en sus propias estructuras y aliados políticos, respaldo social, pero no se los enfrenta porque generan miedo en las autoridades y en la gente. Y lo logran porque se sienten y son impunes. Pueden secuestrar, golpear, bloquear, robar, destrozar comercios, oficinas, carros y camiones, saquearlos, hasta vandalizar el patrimonio histórico del país y no hemos visto a uno solo de sus integrantes castigado o legítimamente perseguido por esos delitos.
Las opciones ante la CNTE no es la impunidad absoluta o la represión generalizada. Se trata de mantener vías de diálogo y negociación pero en el marco de la ley, de la convivencia. Y castigar los delitos que se cometan. Nadie puede negociar con una pistola en la cabeza, y mucho menos aceptar que nos sigan robando los recursos para mantener a esos mismos grupos que secuestran desde vialidades hasta niños.
Por cierto, espere a los miembros de la Coordinadora nuevamente en el DF en los próximos días. Y para mayo, con la excusa del día del maestro y la revisión salarial y en pleno proceso electoral, espere que estén de planta en la capital del país. Quieren reventar las elecciones, porque quieren reventar el sistema político. ¿Es tan difícil entenderlo?.