20-05-2015 La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ha decidido jugar todas sus cartas y chantajea al gobierno federal exigiendo, para evitar que boicotee las elecciones del 7 de junio, que se libere a sus dirigentes presos y acusados del secuestro de dos niños Álvarez Benfield en el 2013. Los niños estuvieron secuestrados casi cinco meses, en condiciones terribles, encadenados en una cisterna, casi sin comida y sin baño ni agua. Los secuestradores, entre los que había delincuentes comunes, miembros de grupos armados y de la Sección 22 fueron detenidos en flagrancia, y existen innumerables pruebas y testimonios respecto a su participación en éste y en otros secuestros.
Pero se exige su liberación porque los maestros secuestradores de los niños, como hemos explicado muchas veces en este espacio, son dirigentes de la Sección 22 y de una de sus corrientes hegemónicas internas, el Frente Amplio de Comunidades Marginadas del Estado de Oaxaca (FACMEO). ¿Por qué tanta insistencia en liberar a estos presuntos delincuentes? Porque saben mucho y porque son parte de una trama que, si se termina de poner al descubierto, les generaría enormes conflictos.
El primero es muy evidente: es la candidata a presidenta municipal de Santa María Jalapa del Márques, Sara Altamirano Ramos, una de las detenidas ni siquiera es maestra, es presentada y defendida por el sindicato y, como muchos otros miles puede ser que cobre por una plaza magisterial, pero vive de un puesto de venta de pollo en la propia localidad. En otras palabras, si realmente es miembro de la Sección 22 es porque, entonces, es también aviadora.
Pero Sara es hermana de Rebeca Altamirano Ramos, quien la reemplazó en la candidatura, y cuñada de Lauro Atilano Grijalva Villalobos, que también fue precandidato del PRD a la alcaldía, pero en el 2010, cuando perdió esa elección. Ganó un candidato del PRI que, por un acuerdo político, le dio aLauro la regiduría de Educación del municipio. Hasta el momento de ser detenido, Lauro cobraba en el municipio priista
de Santa María Jalapa, también es aviador.
Pero además, Lauro se quería quedar con la presidencia municipal, pero para eso tenía que derrotar a Erangelio Mendoza, otro dirigente local del PRD y antes de la Sección 22, pero enfrentado con la dirigencia estatal, que recaía en el diputado federal Rosendo Serrano. Así que decidieron postular a Sara Altamirano como candidata a presidenta municipal. Esta mujer, que vende pollos, pero no es maestra, había sido la esposa de otro expresidente municipal, Jorge González Matus. Todo quedaba en familia.
Lauro Atilano, para toda esa operación, contaba con un importante aliado, definido en las investigaciones como el principal operador político de todo este grupo y parte del FACMEO, pero también del EPR: Mario Olivera Osorio, un dirigente originario de San Pablo Coatlán, un poblado que en octubre del 2009 fue allanado por el Ejército mexicano, incluyendo el palacio municipal, en busca de armas de grupos guerrilleros. Olivera tuvo varios trabajos políticos en distintos municipios, pero cuando en el 2012 Rubén Núñez gana la dirigencia de la Sección 22, Olivera es designado para un cargo que no existe: secretario particular del director de educación primaria. Desde esa posición, como representante del director general de educación primaria (un cargo público que como casi toda la estructura educacional de Oaxaca es designado exclusivamente por el sindicato) hace operación política con directores, secretarios generales de la delegación sindical y con los jefes de departamento, al tiempo que lucha por el control, entre otros espacios, de secundarias técnicas y trata de evitar que se cree otra sección sindical, la 59 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Como ya hemos dicho en otra oportunidad el secuestro de los niños Álvarez Benfield se descubre siguiendo distintas pistas, entre ellas las llamadas telefónicas entre Olivera, Lauro y Sara. Incluso, en una de esas llamadas hablan directamente del dinero que le van a entregar a Sara para su campaña. Cuando son detenidos todos ellos es, precisamente, en un encuentro donde están entregando ese dinero. Ellos llevaron a los investigadores hacia el lugar donde estaban secuestrados los niños. Ahí fueron detenidos otros operadores de esa banda y rescatados los niños que estaban encerrados desde hacía casi cinco meses en una cisterna.
Es un entramado en el cual no se distinguen con claridad banderías políticas más allá de intereses muy concretos, donde el poder, el dinero y la corrupción se entrelazan casi sin distinciones. Y es un entramado que quiere preservar la CNTE, porque son muchos los de ese grupo que se benefician con ello. Y sería inconcebible que un delito de esa magnitud pudiera siquiera ser parte de una mesa de negociación.