Contra la amnesia II: el poder y Guerreros Unidos
Columna JFM

Contra la amnesia II: el poder y Guerreros Unidos

11-09-2015 La historia se repite. Ese es uno

de los errores de la historia.

 

                                                                                  Charles Darwin

 

Para comprender como los Abarca y los Pineda se hicieron con el control de Iguala y de otros catorce municipios guerrerenses, hay que entrecruzar su historia con la del grupo criminal Guerreros Unidos, cuyo poderío tampoco se explicaría sin las relaciones que los Abarca y los Pineda construyeron con el PRD, con Morena y con el gobierno del estado, con Angel Aguirre. Es parte de esta historia la que queremos recordar ante la repentina amnesia de varios de sus actores.

Todo, como decíamos ayer, era parte de una larga historia familiar. María de los Angeles Pineda, la esposa de José Luis Abarca, tenía cuatro hermanos: Julio Guadalupe, Alberto, Mario y Salomón. Todos, además de sus padres, comenzaron su carrera criminal formando parte del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, que  disputaba las plazas de las entidades al sur de país con el cártel de Sinaloa,  de Joaquín El Chapo Guzmán.

En mayo del 2009, cuando ya los Abarca había inaugurado el Centro Joyero de Iguala y comenzaban a buscar opciones políticas, fueron detenidos los padres de María de los Angeles, de nombre Salomón y María Leonor (la misma señora que años atrás vendía vestidos de novia en la tienda del abuelo de Abarca), junto con otros 12 integrantes de una célula de los Beltrán Leyva. Fueron presentados por la Policía Federal, incluso en televisión, y en esa ocasión, se identificó al matrimonio Pineda Villa como el principal responsable de la operación de narcomenudeo en Morelos.

Cuatro meses dos de los hermanos de María de los Angeles,  Alberto, a quien apodaban El Borrado, y Mario, al que le decían El MP fueron asesinados por grupos rivales. Sus cuerpos fueron encontrados a la vera de la Autopista del Sol, también en Morelos.

El diciembre de ese año, en Cuernavaca, fue muerto Arturo Beltrán Leyva. Desde entonces el cártel se fracciona y comienzan a disputarse la sucesión. Aparecen en escena los Guerreros Unidos, los Rojos, la Barredora, el Cártel Independiente de Acapulco y el cártel de la Sierra. Iniciaron una guerra, una carnicería, para quedarse con el control de Guerrero.

En el 2010, al frente de Guerreros Unidos estaban los hermanos Salomón y María de los Angeles Pineda Villa… A Salomon, le decían El salo o El Molón, y había sido detenido poco antes de la caída de Beltran Leyva y recluido en Matamoros. Desde ahí dirigía la organización. Alegando errores en la integración de la averiguación previa, un juez de Tamaulipas ordenó la liberación de Salomón en 2013. Hoy permanece prófugo.

Para saber qué ocurrió en la noche de Iguala el 26 de septiembre del 2014, hay que retroceder poco más de un año, hasta junio del 2013, precisamente cuando Salomón queda en libertad. Ese año, David Molina Francisco, presidente del consejo político estatal del PRD, acusó a Abarca del asesinato de los activistas Arturo Hernández Cardona, Félix Rafael Banderas Román y Angel Román Ramírez, militantes de la corriente Izquierda Democrática Nacional (la de Bejarano). Habían sido levantados el 30 de mayo. Cuatro días después, Hernández, Banderas y Román fueron encontrados muertos a balazos y  con huellas de tortura en el municipio de Tepecuacuilco.

El conflicto había comenzado en enero, cuando el grupo llamado Unidad Popular había exigido la renuncia de 30 familiares de Abarca que trabajaban en la alcaldía, protestaban contra las extorsiones de la policía local y pedían cesar los operativos contra vendedores ambulantes en el Zócalo de Iguala. El 1 de abril de 2013, en reunión con el cabildo, volvieron a exigir la renuncia de los familiares de Abarca. La reunión terminó mal. Abarca amenazó a Hernández. Pero María de los Angeles, se lanzó a los golpes contra él. Días después, Hernández apareció muerto y torturado. Dicen que fue Abarca quien asesinó personalmente a su principal opositor.

Fue por eso que, en junio de 2013, los estudiantes de la normal de Ayotzinapa tomaron el ayuntamiento de Iguala y lo mantuvieron en su poder durante seis días. Según las investigaciones iniciadas entonces, estaban infiltrados por los Rojos. Desde allí la guerra entre Guerreros Unidos y los Rojos, entre los Abarca y la normal de Ayotzinapa, estaba declarada.

El brazo operativo de los Abarca y de Guerreros Unidos era la policía local. María de los Angeles, entregaba de dos a tres millones de pesos mensuales para operar y controlar a la policía municipal. Raúl Núñez Salgado, operador financiero del grupo delictivo, dijo que 600 mil pesos, eran usados para cubrir los gastos de nómina de la corporación. Además Pineda reforzó a la policía local con  patrullas y  motopatrullas, radios portátiles y móviles, incorporó más efectivos, les mejoró el sueldo. Todos los agentes, incluidos sus mandos, estaban al servicio de ella y de Guerreros Unidos. Y fue entonces cuando comenzaron a desaparecer personas y a aparecer fosas comunes en toda la sierra cercana a Iguala. El lunes seguimos con esta historia, que hoy muchos quieren olvidar.

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